Camilla, la 'roca' de Carlos
Cómo es la nueva reina (consorte) de Inglaterra en las distancias cortas.
“Espero que hayan descubierto lo especial que es”. Estas palabras sobre Camilla las pronunció el entonces príncipe Carlos en 2013 tras su primer viaje oficial juntos, cuyo destino fue Papúa Nueva Guinea. “Creo que respondieron mucho a que ella simplemente es alegre y con los pies en la tierra”, añadió sobre cómo la habían acogido sus habitantes. Tras el fallecimiento de Isabel II, hoy son rey y reina consorte, pero ese desconocimiento generalizado sobre cómo es realmente Parker-Bowles sigue vigente.
Durante décadas, la narrativa imperante la ha dibujado como la otra, la malvada, la madrastra, la poco agraciada, siempre comparada con Diana de Gales. Sin embargo, con el paso del tiempo, ha pasado de ser repudiada a ser aceptada por la sociedad británica —según los ranking de popularidad de YouGov, cuenta con el apoyo del 40% de los ciudadanos, mientras que a un 27% no le gusta y el 29% se muestra neutral—.
También fueron abriéndole los brazos desde su familia política, culminando con Isabel II dándole su beneplácito como sucesora. Fue en febrero de este año, en la víspera de su Jubileo de Platino, con una carta en la que expresó su “deseo sincero” de que cuando llegara el momento Camilla fuera conocida como reina consorte. Solo con esa frase despejó las dudas sobre el futuro y allanó el camino a su nuera.
Leal, abierta y con sentido del humor
“Nadie podría hacerlo mejor que Camilla”, ha defendido estos días en la BBC Lady Lansdowne, amiga de la nueva reina desde hace 40 años. “Entiende completamente su rol y lo hará absolutamente bien”, sostiene. Entre los puntos fuertes de Camilla, asegura que, además de ser leal, tiene unos “modales maravillosos” y que es muy buena hablando con la gente.
El amor mutuo entre Carlos y Camilla lo resume así: “Tienen una relación realmente feliz y tienen un apoyo real el uno en el otro”. Desde hace décadas se ha resaltado el papel de Camilla como de ‘roca’ de Carlos, con quien comparte gustos afines, que van desde el campo y la jardinería a los perros o los caballos, muy en sintonía también con lo que le gustaba a Isabel II. Hogareña, sabe cocinar y hace un pollo asado de rechupete.
Ella es también quien más le hace reír —supuestamente, la primera frase que le espetó al conocerle en un partido de polo en 1970 fue ‘¿Sabía que su tatarabuelo el rey Eduardo VII fue amante de mi bisabuela Alice Keppel?’— y en numerosas ocasiones se ha resaltado su sentido del humor o su naturalidad.
Prueba de ello es que en más de un acto público ha soltado la carcajada, como cuando al príncipe Harry le dio la tabarra un insecto mientras soltaba un discurso o cuando, junto a Carlos, ninguno de los dos pudieron contener el ataque de risa que les dio el canto inuit.
Se ha sabido que hace visitas secretas en apoyo a causas que le interesan, a las que no da publicidad. Poco a poco ha ido metiéndose también a la prensa en el bolsillo, mostrándose cómplice con los reporteros, hasta el punto de que fue mundialmente celebrado su guiño de ojo a las cámaras en un acto junto a Donald Trump.
Osteoporosis y violencia contra la mujer, sus causas
Sus intereses en el ámbito social van por derroteros más serios. Colabora con cerca de un centenar de asociaciones benéficas, pero su bandera es la concienciación sobre la osteoporosis, enfermedad por la que falleció su madre.
Emocionada, en 2019 dio un discurso en la Asociación Nacional contra la Osteoporosis de Reino Unido, de la que es presidenta, en el que lo contó: “De hecho, tenía exactamente la edad que tengo yo ahora”.
También ha demostrado que la violencia contra las mujeres es un tema que le importa. En 2021 pronunció un sonado discurso en el que se afirmó: “De ninguna manera responsabilizamos a todos los hombres por la violencia sexual, pero los necesitamos a todos para abordarla. Después de todo, los violadores no nacen, se construyen. Porque, ¿cuántas mujeres más deben ser acosadas, violadas o asesinadas antes de que nos unamos de verdad para forjar un mundo libre de violencia?”.
También tiene un club de lectura, al que mimó especialmente en el confinamiento, en el que no solo recomienda libros, sino que charla con autores o enseña joyas históricas de la Colección Real.
Sus hijos, con un papel discreto
Camilla Shand —su nombre de soltera— es la mayor de tres hermanos, fruto del matrimonio de Bruce Shand, oficial de caballería del Ejército británico, y Rosalind Cubitt. Su hermana Annabel, con quien apenas se lleva año y medio, es uno de sus pilares: ya desde pequeñas lo hacían todo juntas y hoy en día la acompaña discretamente a multitud de actos oficiales. El otro hermano, Mark, falleció en 2014.
Con Andrew Parker-Bowles, con quien estuvo casada desde 1973 a 1995, tuvo dos hijos, Tom (ahijado de Carlos y crítico gastronómico) y Laura (galerista). La gran incógnita surgida tras convertirse en reina consorte es si ellos y sus hijos —Camilla es abuela de cinco nietos— saltarían a la palestra, con un papel más protagonista y títulos nobiliarios.
No será así. no se espera que su estatus cambie y todo apunta a que mantendrán una vida alejada de los focos. Lo escenificaron en el funeral de Isabel II, al que acudieron entre los primeros invitados y no junto a la familia real. Un gesto que fue toda una declaración de intenciones.