Cádiz, una región que clama trabajo: de las revueltas y disturbios a la cacerolada por el sector del metal
El octavo día ha sido el más violento desde que empezaran las protestas.
La situación en Cádiz se ha vuelto más violenta y con la mira puesta en la nueva reunión de este miércoles. Las protestas de los empleados del metal han conseguido unir a toda una ciudad que ha visto como la reacción policial ha sido desproporcionada y con la polémica de la tanqueta circulando por alguno de sus barrios.
Después de no llegar a ningún consenso este lunes, a la manifestación convocada se unieron los estudiantes y también recibieron el apoyo de los sanitarios.
La convocatoria ha iniciado de manera pacífica por las calles gaditanas con más de 5.000 personas, según las cifras de los sindicatos. Sin embargo, la convocatoria ha acabado en graves disturbios cuando una parte de la protesta se ha salido del recorrido oficial para intentar cortar el puente José León de Carranza.
En ese grupo iban jóvenes convocados por el Sindicato de Estudiantes y miembros de otros colectivos, como la Coordinadora del Metal, que han seguido el recorrido por la avenida de Andalucía.
Megáfono en mano, las personas que estaban al frente de esta sección, han detenido la marcha, para dirigirse a los manifestantes y preguntarles: ”¿Dónde queréis ir? ¿Queréis ir al puente?, pues vamos al puente”.
En ese momento, ha comenzado los disturbios entre el grupo de manifestantes y la policía que ha empleado gases lacrimógenos y balas de goma para impedir que avanzaran hasta el puente.
Según la delegación del Gobierno, los enfrentamientos no han dejado heridos graves aunque sí múltiples contusiones y seis agentes heridos.
La tensión y la crispación de los trabajadores de la provincia mantiene la huelga indefinida hasta que se alcance un acuerdo con la patronal y se cumplan sus exigencias sobre un convenio que no se cumple con la actualización salarial. Las negociaciones se retomarán por cuarta vez este miércoles.
La cacerolada
Las protestas han continuado por la noche con la convocatoria a través de redes sociales y Whatsapp de una cacerolada a partir de las 20:00 horas en respuesta a la violencia policial vista en las calles horas antes.
Los vecinos han respondido saliendo a las ventanas también como medida de presión de cara a la próxima reunión convocada por la Junta y que retomará las negociaciones. Será la cuarta en poco más de una semana.
En diferentes barrios gaditanos se ha podido escuchar este sonido durante unos minutos como el barrio de los Astilleros, Guillén Moreno o los Puntales. Y estos lo han compartido en redes sociales.
Una región que pide trabajo
El número total de parados en Andalucía supera las 827.000 personas. Pero si se detalla por provincias, Cádiz es la que más número de parados suma. Incluso hasta se sitúa a la cabeza a nivel nacional.
Municipios como la Línea de la Concepción o Jerez de la Frontera tienen tasas de paro superiores al 30%, seguidos de cerca por otras localidades como Sanlúcar de Barrameda, Chiclana o Algeciras.
Es por ello, que algunas reacciones políticas, como la del diputado de Podemos Jaume Asens, se ha escuchado la exigencia de que en Cádiz “no necesitan tanquetas, sino trabajos dignos”.
También del diputado Juan Antonio Delgado que ha defendido en el Congreso que la provincia “no puede más” porque lleva más de 40 años sufriendo el desmantelamiento de la industria.
En el mismo contexto se ha pronunciado también la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz que, además de pedir a su compañero de Gobierno, el ministro Grande-Marlaska que retire la tanqueta de las calles, ha recordado que los trabajadores “no son delincuentes” y que están “legítimamente defendiendo sus derechos”.
Por su parte, los líderes sindicales de UGT y CCOO han apoyado desde un acto a los trabajadores del metal y han criticado que las negociaciones colectivas como en este caso se han bloqueado en muchas ocasiones por la reforma laboral de 2012 y que por ello la solución viene con la derogación en la que están trabajando y negociando con la patronal y el Gobierno.