Bruselas financiará los centros controlados de migrantes en la UE y dará 6.000 euros por cada refugiado
Las instalaciones serán gestionadas por cada país, pero con ayuda comunitaria. La idea es determinar con más rapidez quiénes tienen derecho a asilo y quiénes deben ser devueltos a sus estados.
La Comisión Europea ha anunciado este martes su propuesta para financiar los centros controlados de migrantes en territorio comunitario, un plan a través del cual pretende apoyar de manera temporal a los países del Mediterráneo, como España, que permitan los desembarcos de barcos de rescate en sus puertos, y entregará 6.000 euros por cada solicitante de asilo acogido por parte de un Estado miembro.
Así, estos centros serán gestionados por el país en el que se encuentren pero contarán con "total apoyo" tanto a nivel financiero como logístico por parte de la Comisión y de las agencias europeas, quienes desplegarán equipos expertos de la Guardia europea de fronteras y costas (Frontex), Europol y la Oficina Europea de Apoyo al Asilo en los puertos de llegada con el fin de determinar quiénes tienen derecho a protección internacional y quiénes deben ser devueltos a su país de origen.
El objetivo de la propuesta es acelerar el proceso para determinar el estatus de cada migrante, así como la tramitación de solicitudes de asilo, mientras que la carga económica recaerá sobre el presupuesto de la UE, que financiará tanto las infraestructuras necesarias como los costes de las operaciones, las cuales contarán asimismo con la participación de equipos médicos, intérpretes y mediadores culturales para atender a los migrantes.
La Comisión también pondrá en marcha un "punto de contacto central" encargado de coordinar a los países miembros que decidan participar en los "esfuerzos de solidaridad" y acoger a refugiados, como ha sucedido con los últimos barcos de salvamento llegados a puertos italianos y españoles con migrantes rescatados en el Mediterráneo, y que han sido repartidos por varios países europeos.
No obstante, la intención de Bruselas es que estas medidas sean temporales hasta que los países miembros desbloqueen la reforma del sistema común de asilo, que ha generado profundas divisiones debido a la oposición de los países del Este a cualquier tipo de sistema que implique cuotas obligatorias de reparto de refugiados. Este es, por tanto, el primer intento por establecer un reparto "voluntario" que cuente con el respaldo de todos.
Asimismo, este sistema garantiza el cumplimiento del conocido como Reglamento de Dublín, una normativa europea que forma parte del sistema común de asilo -en proceso de reforma- y que establece que el primer Estado miembro al que llega un migrante debe hacerse cargo de la tramitación de la petición de asilo.
Los Veintiocho previsiblemente darán su visto bueno en los próximos días a este paquete de medidas provisional, de manera que se pueda contar "cuanto antes" con un nuevo marco europeo de cooperación para los desembarcos de migrantes rescatados en aguas del Mediterráneo, que clarifica el apoyo financiero y logístico de la UE.
Implicación en origen y tránsito
Por otro lado, la propuesta de Bruselas también contempla la creación de "centros regionales de desembarco" en países del norte de África, en "estrecha cooperación" con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que deberán ser complementarios a los centros en territorio europeo.
Los migrantes que sean rescatados en aguas internacionales por barcos de rescate con bandera de un Estado miembro podrían ser desembarcados en países del norte de África considerados seguros, como Argelia, Túnez o Egipto, en el caso de que estos acepten acoger estos centros.
Fuentes comunitarias aseguran que la Comisión todavía no ha mantenido encuentros formales con representantes de estos países para discutir este asunto, si bien hasta el momento las autoridades de Libia y Túnez se han mostrado reticentes a acoger cualquier tipo de centro.
En todo caso, estos centros funcionarían de manera similar a los situados en suelo comunitario, aunque el reasentamiento en la UE no sería una posibilidad para todos los que necesiten protección internacional ya que también se estudiarían "soluciones locales" de integración o estancia temporal en el país de llegada. La idea es, según Bruselas, que los centros se sitúen "lo más lejos posible" de los puntos de salidas irregulares operados por los traficantes de personas, principalmente en Libia.
La hoja de ruta
El próximo 30 de julio tendrá lugar una reunión en Ginebra a la que han sido invitados, además de los estados miembro de la UE, todos los países del Mediterráneo, la Unión Africana y representantes de ACNUR y la OIM, con el fin de discutir una estrategia de colaboración regional con todos los actores implicados, y que respete la legislación comunitaria e internacional.
Bruselas no contempla, no obstante, que barcos europeos devuelvan a migrantes a Libia por la inestabilidad que vive el país y las denuncias de violaciones de derechos humanos. Los desembarcos en Libia solo serán posibles si los rescates son llevados a cabo en las aguas jurisdiccionales de ese país o en aguas internacionales por parte de los guardacostas libios.
Estas medidas llegan como respuesta al mandato recibido por la Comisión por parte de los Veintiocho, tras la cumbre de líderes de la UE del pasado junio, la cual estuvo centrada en el reto migratorio.
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