La prensa tanto española como extranjera ha llenado páginas y páginas sobre los tonificados brazos de la reina Letizia, pero no es la única royal que ha llamado la atención por este detalle. En numerosas ocasiones, los tabloides británicos se han fijado en los cincelados brazos de Kate Middleton.
A raíz de unas de las últimas fotografías de la duquesa de Cambridge, que hace unos días acudió a un partido de polo en Windsor junto a su marido, el príncipe Guillermo, con un vestido blanco de Emilia Wickstead que dejaba al descubierto sus extremidades superiores, el Daily Mail le ha dedicado un exhaustivo análisis, haciendo una lectura histórica.
“Los esculpidos brazos de Kate son hoy un símbolo de estatus, pero hace un siglo la hubieran la habrían señalado como pescadera. Una parte superior del brazo elegantemente esculpida es un signo discreto de juventud, confianza y poder femenino”, es el inmenso titular del artículo, firmado por la historiadora Lisa Hilton.
Kate Middleton, durante una visita en Jamaica el 22 de marzo de 2022.Chris Jackson / GTRES
Hilton califica los brazos de Middleton como “un misil de belleza que guarda bajo la manga” y señala que posee algo que “millones de mujeres han anhelado desde que Michelle Obama cruzó el umbral de la Casa Blanca”, unos brazos “perfectamente tonificados”.
Como apunta, durante mucho tiempo el tener desarrollados los bíceps se asociaba solo a las atletas femeninas y se consideraban algo “demasiado masculino” para las personas de a pie, mientras que ahora “un brazo esculpido es una aspiración que habla de una inversión de tiempo y de dinero en entrenamientos serios”.
La historiadora recuerda cómo ha variado la percepción sobre esta parte de la anatomía femenina, desde las espartanas, donde una buena forma física “las convertía en mejores madres para los superguerreros”, hasta los siglos posteriores, en los que quedaron escondidos. “Ninguna mujer con pretensiones de respetabilidad habría soñado con mostrar sus brazos en público hasta la introducción de los vestidos de corte Imperio a finales del siglo XVIII. Incluso entonces, el más mínimo indicio de músculo era un ‘no’. La fuerza física se asociaba con el trabajo manual y, por lo tanto, con un estatus bajo”, explica.
La autora asocia a la irrupción del feminismo —con la incorporación de la mujer al trabajo y a la práctica de deportes— el que unos brazos fuertes de mujer volvieran a ser apreciados y cita el icónico cartel marcando músculo de Rosie la remachadora de la II Guerra Mundial.
Doña Letizia, en el Teatro Real durante la reciente Cumbre de la OTAN.Jesus Brione / sGTRES
Tras unos años en los que dejaron de ser tan cultivados, Jane Fonda y Linda Hamilton agitaron de nuevo los estándares, pero para Hilton, quien marcó un antes y un después fue Michelle Obama.
“Desde entonces, hemos visto brazos admirablemente tonificados en mujeres como Madonna, Jennifer Aniston, la reina Letizia de España y la actriz de Wonder Woman, Gal Gadot”, menciona.