Escenas de guerra en Brasil, con pacientes atados para entubarlos porque no hay sedantes
"Es como un Fukushima biológico, un reactor nuclear que está fuera de control", dicen los expertos, ante los casos disparados de coronavirus.
La situación del coronavirus en Brasil es alarmante: ha registrado 30.624 nuevos contagios, con lo que ya roza los 14 millones de casos, mientras el número de muertes camina hacia las 375.000, informó este lunes el Ministerio de Salud. Es el segundo país con más fallecidos, detrás de Estados Unidos, aunque actualmente es el lugar del planeta donde más se muere por covid-19.
La explosión de contagios, asociados a la circulación de variantes del virus más infecciones, entre ellas varias de origen brasileño, tienen a la red de salud pública en una situación crítica, con buena parte de las unidades de cuidados intensivos (UCI) al límite de su capacidad.
Las escenas son “de guerra”, según medios locales como O Glovo: está habiendo falta de calmantes y anestesias, por lo que a los pacientes los están entubando atados a las camas, indica Reuters. Río de Janeiro y Sao Paulo han dado la voz de alarma por la escasez de sedantes y el secretario de Salud de Sao Paulo dijo que la capacidad de la ciudad para atender a los pacientes gravemente enfermos de COVID-19 está al borde del colapso.
Una “tortura”
“Nunca pensé que viviría algo así después de 20 años trabajando en cuidados intensivos”, dijo a Reuters Aureo do Carmo Filho, médico de una UCI de Río. “Utilizar sujeciones mecánicas sin sedantes es una mala práctica (...) el paciente es sometido a una forma de tortura”, señala.
Los pacientes graves de la covid-19 que luchan por respirar son sedados para ponerles respiradores, una práctica intrusiva a la que el cuerpo se resiste de forma natural.
El hospital Albert Schweitzer, a través de la oficina de prensa de la ciudad de Río que lo gestiona, dijo que había una escasez de medicamentos para la intubación, pero que se estaban utilizando sustitutos para garantizar que la atención médica no se viera comprometida. También dijo que las sujeciones mecánicas sólo se utilizaban cuando las prescribía un médico.
El ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, dijo que están negociando con otros países para obtener medicamentos para la intubación de pacientes de covid-19 ante una “situación de emergencia” por la escasez de los productos.
Como una catástrofe atómica
“Cuando la gente me pide que haga una metáfora, digo que para mí es como Chernóbil o Fukushima, un reactor nuclear, pero uno biológico, que está fuera de control en una reacción en cadena”, explica en BBC Mundo Miguel Nicolelis, neurocientífico y profesor de la Universidad de Duke (Estados Unidos), desde su casa en Sao Paulo.
Según el experto, los factores que explican cómo Brasil se volvió un reactor nuclear biológico fuera de control se pueden resumir en tres: la “falta de liderazgo gubernamental, la ignorancia (del gobierno) y la confianza en noticias e información falsa o el negacionismo científico”.
“Los brasileños quieren salir de esto, no quieren exportar variantes a todo el mundo”, señala, pero apunta a lo que considera ha sido una ausencia de estrategia y dirección para enfrentar la pandemia por parte del gobierno federal, al que acusa de carecer de empatía.
Además de las variantes P.1 de Manaos y P.2 de Río de Janeiro, los científicos estudian la aparición de más cepas del coronavirus en Brasil y alertan de la posibilidad de que surjan otras más resistentes, si continúa el actual ritmo vertiginoso de contagios en el país. La que más preocupa ahora es la P.1 surgida a finales de 2020 en la capital del estado de Amazonas y de la que se sospecha que está detrás del tsunami de infectados y muertes que asola al país. Esta variante ya está presente en 52 naciones del planeta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No obstante, un grupo de científicos del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) ha encontrado otra posible nueva cepa en la zona metropolitana de Belo Horizonte, sureste de Brasil.
Esta posible nueva variante brasileña tiene “un conjunto de 18 mutaciones”, seis de ellas en la proteína spike (espiga), de la que se vale el coronavirus para penetrar en las células humanas.
Bolsonaro, el horror
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) sostiene que la “fracasada respuesta” de Brasil ha provocado miles de muertes evitables y ha creado una catástrofe humanitaria que aún podría empeorar. “A más de un año de la pandemia, la respuesta fallida en Brasil ha causado una catástrofe humanitaria”, dijo Christos Christou, médico y presidente de la organización.
“Cada semana hay un nuevo y sombrío récord de muertes e infecciones: los hospitales están desbordados y, sin embargo, todavía no hay una respuesta centralizada coordinada”, dijo Christou en una reunión informativa con periodistas, y añadió que se esperaba que la situación fuera aún peor en las próximas semanas.
Sus quejas se suman a la creciente presión internacional sobre el presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien se ha opuesto a los confinamientos y ha celebrado grandes actos en los que a menudo no lleva mascarilla. Sólo recientemente ha abrazado las vacunas como una posible solución.