Ben & Jerry's deja de vender helados en los asentamientos ilegales de Israel en Palestina
La firma entiende que es “incompatible con sus valores” seguir con su negocio en las colonias de Jerusalén Este y Cisjordania. Israel dice que es "moralmente incorrecto"
La firma de helados Ben & Jerry’s dejará de vender sus productos en la Palestina ocupada por Israel, en un gesto que supone escuchar las reivindicaciones de la campaña BDS (boicot, desinversión, sanciones) que busca la concienciación de empresas, artistas o universidades ante los asentamientos y la presencia militar ilegal en la zona.
La empresa, cuyo lema es “peace, love, & ice cream”, o sea, “paz, amor y helado”, ha emitido un comunicado en el que explica que cree “incompatible con sus valores” que sus productos se vendan “los Territorios Ocupados de Palestina”. “También escuchamos y reconocemos las preocupaciones compartidas con nosotros por nuestros fans y socios de confianza”, añaden.
“Tenemos una asociación de larga data con nuestro socio, que fabrica helado Ben & Jerry’s en Israel y lo distribuye en la región. Hemos estado trabajando para cambiar eso, por lo que le hemos informado a nuestro socio que no renovaremos el acuerdo de licencia cuando expire a fines del próximo año”, ahonda.
“Aunque Ben & Jerry’s ya no se venderá en los Territorios Palestinos Ocupados, nos quedaremos en Israel a través de un acuerdo diferente. Compartiremos una actualización sobre esta situación tan pronto como estemos listos”, concluyen.
La medida, muy aplaudida en redes sociales por la ciudadanía palestina, ha sido sin embargo catalogada de “inmoral y discriminatoria” por el Ministerio de Exteriores de Israel. Constituye, a su entender, una rendición a la presión constante de los grupos propalestinos, que para Tel Aviv son “antisemitas”. “Perjudica tanto a los israelíes como a los palestinos y alienta a los grupos extremistas que utilizan tácticas de intimidación. No solo dicha decisión no promueve la paz o una solución para el conflicto israelo-palestino, sino que fortalece a aquellos que se oponen a la reconciliación entre las dos naciones y piden la destrucción del Estado de Israel”, señaló en su comunicado el ministerio, que añade que Unilever, propietaria de la cadena, ha permitido a la empresa “boicotear inmoralmente a Israel”.
Palabras similares a las del primer ministro israelí, Naftali Bennett, que ha hablado de “decisión moralmente incorrecta”. Su partido está a favor de los asentamientos judíos en Cisjordania y el este de Jerusalén, en los que según la ONU residen de forma ilegal más de 600.000 personas.
“El boicot a Israel, una democracia rodeada de islas terroristas, refleja una pérdida total de rumbo. El boicot no funciona y no funcionará y lo combatiremos con todas nuestras fuerzas”, escribió Bennett en su cuenta de Twitter.
La empresa heladera se está destacando por defender causas de derechos humanos en sus redes sociales, con peleas sobre la justicia social, la homofobia o el cambio climático, entre otras.
Toma de conciencia
A Israel le duele la decisión porque Ben & Jerry’s es una marca mundialmente conocida y sus decisión supone un éxito mayúsculo del BDS. Se trata de un movimiento pacífico mundial de defensa de los derechos humanos, impulsado por más de 200 organizaciones palestinas y propalestinas, que pretende usar medios no violentos para presionar al gobierno de Israel para que ponga fin a su ocupación de los territorios palestinos, ilegal según el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas.
Reclama además que se conceda igualdad de derechos para los palestinos (Israel se ha declarado un Estado “racista” al aprobar en 2018 la Ley del Estado Judío, precisan), un país propio para los palestinos o el retorno de sus refugiados.
Sus áreas de actuación son cinco: la política, la económica, la académica, la deportiva y la cultural. En España, por ejemplo, su lucha la impulsan desde BDS Madrid o RESCOP, por ejemplo.