Beatriz Rico: “Mientras la ultraderecha esté legalizada hay que darle voz"
La actriz critica que "la pandemia ha sido la excusa perfecta para tirar piedras sobre un Gobierno que no gusta".
Si eres actriz, como Beatriz Rico (1970, Asturias), y ya no sales en televisión parece que tu carrera ha caído en picado. Da igual que hayas estado en muchas de las series de los noventa y principios de los 2000 —como A las 11 en casa o Un paso adelante— y, desde entonces, te hayas dedicado al teatro.
Quienes siguieron a la intérprete entonces la han podido redescubrir en Twitter, donde se ha erigido en azote de los partidos políticos, no “por conseguir adeptos”, sino porque considera “un deber moral” denunciar las injusticias pese a que no vea con buenos ojos “que haya presentadores que se decanten tanto, que se les vea el plumero”.
Se reconoce cansada del “estercolero” en el que se ha convertido Twitter, pero su ideología es muy clara: “Mi pensamiento se alinea con la izquierda”, asegura. Habla de la ultraderecha, de las listas negras o de cómo algunos partidos se han aprovechado de la pandemia. Beatriz Rico alza la voz.
Después de perderte la pista resurges como una líder de opinión en Twitter.
No busco adeptos ni convencer a nadie, eso sería un intento de invasión. Twitter se está convirtiendo en un estercolero. Digas lo que digas, recibes ataques brutales, pero no me callo a las injusticias porque siento que es un deber moral. En Twitter ser moderado está muy mal visto. O te polarizas hacia un lado y te posicionas claramente en un bando político, o eres candidato a lapidación pública. Y los extremos y fanatismos siempre llevan a perder la poca o mucha razón que puedas tener. ¡Una pena!
Entonces, ¿no eres de las que defiende a la izquierda en cualquier circunstancia?
Mi pensamiento se alinea con la izquierda por su política social. Si hay un gobierno progresista y hay algo que no está haciendo bien, también lo digo. Hace poco escribí que hay gente que lleva desde marzo sin cobrar el paro, y me contestaron que eso es echar mierda encima del Gobierno. No puedo con el sectarismo.
¿De dónde viene esa manía de la ultraderecha al mundo de la cultura?
Ayer recibí un tuit en el que sutilmente un partido de ultraderecha que tenemos en el Congreso decía que después de leer declaraciones de algunos artistas [en su contra] les gustaría no verlos actuar nunca más, y animaba a colaborar para completar una lista en la que estaban Leticia Dolera, Anabel Alonso, Sara Sálamo, Carlos Bardem y yo misma.
Tienen una red montada para el acoso y derribo de los que no piensan como ellos. Los grandes dictadores hacen listas. Esto ha sido un arma de dictaduras de derecha y de izquierda. Se me pusieron los pelos de punta. ¿En qué estamos convirtiendo una pandemia? No vamos a salir más unidos. Estamos convirtiendo la pandemia en un verdadero infierno ideológico.
¿Te da miedo esa lista negra?
No. Me da pena. Esa lista sale de Twitter, de ‘vamos a por esta gente’, con silenciarlos ya está. Pero me parece un síntoma terrible, no me da miedo mi integridad física, pero me da congoja. La vida fuera es mucho más mediocre. Twitter es un reflejo de lo que la gente no se atreve a decir a la cara. Ha surgido un partido de ultraderecha que le ha dicho a toda esa gente que tiene un lado muy oscuro que puede tenerlo y soltarlo. Hay gente que no son votantes, son feligreses.
¿En que se ha convertido el Congreso en medio de esta ‘guerra’?
Se hablan de las terribles cifras de paro y de hambre y se intenta culpar a un Gobierno. Estamos en medio de una pandemia mundial, nunca nos habíamos enfrentado a esto. No lo hago por defender a nadie, hay cosas que han hecho bien y cosas que han hecho fatal, pero no deja de ser un Gobierno que lucha por librarnos de este bicho. El Congreso, en lugar de ser un punto de encuentro en el que los políticos se unen para cuidarnos, se ha convertido en un suburbio de la época de Jack el Destripador.
Has sido una de las famosas defensoras de Fernando Simón. ¿Te ha traído consecuencias?
Fernando Simón es un hombre que inspira ternura y lo he visto deteriorado y cansado. Se me ocurrió escribir que ojalá fuésemos agradecidos con su trabajo, porque recibe ataques como si él hubiese desatado la pandemia. Se me han llegado a decir cosas impronunciables que son delitos, siempre desde el anonimato. Lo hacen para que los que pensamos diferente no hablemos. He borrado varios tuits y no he ofendido ni he agredido a nadie verbalmente.
¿Por qué los has borrado una vez que se han viralizado?
Lo he hecho porque no quiero que mi familia lea las respuestas. Hay veces que también he atizado a la izquierda y muchos compañeros me han dicho ‘pero tía, que eso va en contra de que luego trabajes’. No me vendo ni a un lado ni a otro.
¿Has tenido alguna vez algún problema para trabajar por tus manifestaciones políticas?
Llevo muchos años en teatro y no he dejado de trabajar en ayuntamientos de todos los colores y nunca han dejado de llamarme. A veces la vida premia a los valientes. No se trata de ser una temeraria. Cuando era la ultraderecha los que me insultaban pensaba “están locos”. Hermann Tertsch, el europarlamentario, me dijo que me metiera el Twitter de Fernando Simón por el culo.
¿Qué ha desatado este infierno ideológico del que hablas?
La pandemia ha sido la excusa perfecta para tirar piedras sobre un Gobierno que no les gusta. Esa gente que tiene esa forma de dirigirse a los demás y agredir no creo que esté tan dolida por los muertos, sino no lo expresaría así.
Si surgiera un partido de derechas con un buen programa, ¿lo votarías?
Sí, claro. Con sus propuestas y con lo que te creas de lo que te cuenten. Estoy casada con un Policía Nacional. Marlaska dijo que les iban a equiparar el sueldo a la Policía Local, a los Mossos y a la Ertzaintza, y luego en el Congreso ellos mismos votaron que no.
Aun así, no soy una sectaria que dice ‘estos tíos para mí se han terminado’. Veo que están haciendo otras cosas por otras personas. Si sale un partido, como ahora se dice, de centroderecha y me convence, lo votaría. Yo no voto siglas, voto ideas y hechos. Aunque me extrañaría mucho que un partido de centroderecha (dado su recorrido histórico) tuviera un programa en el que den prioridad a las políticas sociales.
¿Estás de acuerdo con que se dé voz a Vox en televisión? Cada vez esa controversia es mayor.
Soy demócrata y estoy a favor de la libertad. Mientras que la ultraderecha esté legalizada hay que darle voz, además por la boca muere el pez. Si no le das voz no te puedes considerar demócrata. No veo tan bien que haya presentadores que se decanten tanto, que se les vea el plumero.