Ayuso anuncia un acuerdo entre PP y Vox para ceder un puesto a la ultraderecha en la Mesa de la Asamblea de Madrid
La presidenta madrileña asegura el apoyo de la ultraderecha para allanar la investidura y PP, Vox, Más Madrid y PSOE ocupan la Mesa.
La presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha avanzado este martes que su partido, el PP, ha alcanzado un acuerdo con Vox para la composición de la Mesa de la Asamblea regional. Los populares han cedido un puesto a la ultraderecha —la vicepresidencia segunda— pese a que no les corresponde ninguno por peso parlamentario. Toda una declaración de intenciones.
En declaraciones a los medios, a la entrada de la Cámara regional, que se está constituyendo esta mañana, la presidenta madrileña ha dicho que las dos formaciones han acordado finalmente “revisar” el número de diputados de la Asamblea, la condición que este lunes puso Rocío Monasterio a los populares para cerrar un pacto sobre la Mesa.
Esta sesión es la primera de la nueva legislatura y tiene un único objetivo: elegir a la presidenta de la Asamblea que ya es la exconsejera de Presidencia Eugenia Carballedo (PP), quien se ha hecho con 78 votos frente a los 57 de la candidata de Más Madrid, Esther Rodríguez. Carballedo ha sido la mano derecha de Ayuso en el Gobierno regional.
Los 136 diputados de la Asamblea también están eligiendo al resto de miembros de la Mesa, el órgano de Gobierno de la Cámara. Las tres vicepresidencias han sido para PP, Vox y Más Madrid.
Como vicepresidente primero ha sido elegido Jorge Rodrigo (PP), que ha contado con 45 votos. La vicepresidencia segunda ha sido para Ignacio Arias, de Vox, con 33 votos. Y la diputada de Más Madrid Esther Rodríguez ya es la vicepresidenta tercera, gracias a 29 votos. Este ha sido el primer revés para Más Madrid, porque quería a su candidata como vicepresidenta primera.
Tras la elección de las vicepresidencias, ha llegado el turno de las secretarías. La secretaría primera ha sido para el diputado del PP José María Arribas y la segunda para el socialista Diego Cruz, que repite en el órgano. Por último, se ha votado de forma independiente la secretaría tercera, que ha sido para el parlamentario del PP Francisco Galeote, frente al diputado de Podemos Jacinto Morano. Tanto el bloque de la derecha como el de la izquierda han seguido el planteamiento de votar únicamente a los mismos candidatos para no dividir el voto.
Finalmente, el PP ha logrado cuatro puestos dentro del máximo, mientras que Vox, Más Madrid y PSOE se quedan con uno. Unidas Podemos se ha quedado una legislatura más sin hueco en el órgano de Gobierno de la Cámara.
“Bajo ese acuerdo, lo que hemos decidido es apoyarnos a la hora de configurar la Mesa y el PP le cederá [a Vox] un puesto en la misma para que tengan representación”, ha zanjado Ayuso. Con este entendimiento entre PP y Vox, la jefa del Gobierno regional trata de encarrilar la investidura y atar los dos años de legislatura que quedan hasta las elecciones de 2023.
Ayuso se asegura así el apoyo de la ultraderecha para allanar su elección como presidenta autonómica en un pleno se celebrará, según fuentes del Gobierno consultadas por El HuffPost, previsiblemente los días 17 y 18 de junio.
El show ha empezado con el pacto entre PP y Vox, que atisba dos años de entendimiento entre ambos partidos, pues juntos suman mayoría absoluta. Por primera vez, Ayuso controlará la Mesa de la Asamblea, que en la anterior legislatura estaba en manos de Juan Trinidad, de Ciudadanos. Parece una cuestión menor, pero lo cierto es que quien controla la Mesa tiene mucho ganado, ya que es la encargada de marcar los tiempos de la actividad parlamentaria.
La elegida por Ayuso para ocupar la presidencia de la Mesa ha sido su mano derecha en el Gobierno regional. Toda una declaración de intenciones para evitar conflictos como el del decreto de disolución de la Asamblea, que enfrentó al Gobierno regional con la Cámara por la interpretación del reglamento. Y todo porque Ciudadanos no quería elecciones y Ayuso sí.
Elecciones en dos años
Lo cierto es que esta legislatura será diferente. Primero, porque no será de cuatro años. El Estatuto de la Comunidad de Madrid obliga a que se disuelva la Cámara para que los comicios regionales coincidan con el resto de elecciones autonómicas y con las municipales. La todavía presidenta en funciones tendrá que someterse de nuevo al examen de las urnas en menos de 24 meses.
Y, segundo, porque la Asamblea ha cambiado mucho tras el 4-M: Ciudadanos ya no existe, el PSOE no es el principal partido de la oposición y el PP y Vox forman una mayoría absoluta en la que la ultraderecha tendrá mucho que decir si Ayuso quiere sacar adelante cualquier proyecto de ley.
Fuentes oficiales del Gobierno autonómico remiten al discurso de investidura que pronuncie la presidenta antes de avanzar cualquier prioridad legislativa. Según esas mismas fuentes, el pleno en el que Ayuso buscará el apoyo de la Camara. No obstante, es previsible que el PP coja la bandera de la reactivación económica para presentar su plan de Gobierno a los madrileños.
Según fuentes populares citadas por ABC, en el cajón de las cosas por hacer hay un plan para ejecutar una bajada de impuestos de medio punto en cada uno de los tramos autonómicos del IRPF, así como deducciones fiscales a los jóvenes para la compra de vivienda.
Los populares, que sientan más diputados que la suma de todos los partidos de izquierda (58), esperan alumbrar por fin una nueva fiscalidad regional, que estuvo a punto de ver la luz hace poco más de un año, pero que se fue al traste por un rifirrafe entre Ciudadanos y Vox. La extrema derecha defendía, además, una reducción de las subvenciones de la Comunidad que los naranjas no vieron con buenos ojos.