Así me convertí en monje budista a los 48 años
El granadino Manuel Blanes decidió replantearse su vida y abrazó el budismo para encontrar la felicidad genuina: "Nadie nos ha enseñado a mirar dentro de nosotros mismos".
Manuel Blanes decidió dar un vuelco a su vida cuando la muerte le puso frente al espejo de la felicidad efímera. Este arquitecto, que por entonces trabajaba como director de seguridad en una gran obra de viviendas, se dio cuenta a sus 48 años que todo aquello que daba solidez a su existencia no existía realmente. Y que la opulencia y la vida cómoda que disfrutaba formaban parte de una complacencia engañosa. “Descubrí que las cosas pueden durar menos que una gota de rocío ante los primeros rayos del sol”, explica. Por este motivo, decidió romper con su pasado y convertirse en monje budista.
Ahora es el Maestro Lobsang Zopa, todo un referente internacional del budismo. Durante catorce años residió en el monasterio de Nalanda y desde hace más de diez imparte cursos y retiros de mindfulness, calma mental y vipassana. “Yo ya había estudiado de manera autodidacta sobre la mente y la conciencia durante muchos años y practicaba la meditación zen. Pero el día que un hombre murió en la obra en la que yo trabajaba, vi la oportunidad de encontrar el sentido de la vida. Y después todo se precipitó”, asegura el Maestro a El HuffPost.
Manuel decidió dejar todo por el budismo. Incluso, a su familia. “Mis hijos conocían mi forma de ser y me han apoyado siempre. A mi madre y mi padre les afectó mucho más mi decisión”, explica. Pero eso no le detuvo para llegar a encontrarse con los monjes tibetanos. “Sabía que me iban a enseñar muchas cosas, pero me ha sorprendido la profundidad de sus conocimientos. Siempre digo que yo fui buscando un gato pero me encontré un león”, asegura.
Toda su experiencia la ha plasmado en el libro Silencia tu mente, enciende tu corazón, que acaba de editar Planeta. En él, Lobsang Zopa intenta hacer ver al lector que vivir con mayor plenitud es posible. La clave, según él, es prestar atención a nuestro interior, aprovechar el poder de nuestra mente y entender el mundo que nos rodea.
El maestro explica que la sociedad actual está aleccionada para desarrollarse en un mundo donde el éxito o los logros se miden por lo material, por conseguir más y tener estatus. “No es malo centrarnos en nuestro trabajo o buscar una familia. El problema es cuando creemos que esa es la única forma de obtener la felicidad. No nos damos cuenta de que la auténtica está en nuestra mente. Si buscamos cosas fuera, es una felicidad condicionada”, explica.
Para Lobsang Zapa, las decepciones y frustraciones llegan por las malas interpretaciones que hacemos de las cosas que nos suceden. “Nadie nos enseñó a mirar dentro de nosotros mismos y a poder desarrollar las cualidades innatas que tenemos. No importa lo que tengas fuera, si tú estás bien por dentro”, razona.
¿Es el budismo una religión?
El maestro no cree que la sociedad de ahora sea triste, pero sí que vivimos enajenados de nosotros mismos con respecto a lo que creemos que somos y lo que queremos. “Somos egoístas porque no nos damos cuenta de que dependemos de los demás y del medio ambiente. Hay una relación de interdependencia que desconocemos por completo”, señala.
Pero, ¿es el budismo una religión? El maestro Lobsang Zopa lo ve más como una “filosofía de vida”. “El budismo, si se entiende bien, solo habla de los seres vivos, de cómo viven y cómo pueden mejorar su condición. La gente debería entender que estas enseñanzas son patrimonio de la humanidad para vivir nuestra vida de forma diferente”, detalla. De hecho, la palabra ‘budista’ significa ‘persona que mirar en su interior para buscar la verdad’. “El propósito final es comprender nuestra mente para superar nuestro sufrimiento. Porque nuestra mente es la que nos esclaviza, pero también la que puede liberarnos”, cuenta.
En el libro, el maestro incluso rompe con falsas creencias sobre la meditación - “no podemos dejar nuestra mente completamente en blanco” - o sobre alguno de los términos asociados al budismo, como el “karma”. “Esta palabra quiere decir ‘acción’. Nosotros creamos acciones con nuestro pensamientos. No existe el destino o las cosas premeditadas. El destino lo tienes en tu mano, porque lo creas tú mismo”, sentencia.