Argentina: Sin justicia por el feminicidio de Lucía
En 2016, cuando Lucía tenía 16 años, fue salvajemente asesinada en la ciudad bonaerense de Mar del Plata, Argentina. En sus restos se encontraron rastros de violencia sexual extrema -incluyendo violación vaginal y anal con objetos-, y signos de intoxicación con estupefacientes. Por más que luego de violarla, la bañaron, le cambiaron la ropa y casi muerta la abandonaron en la puerta de un centro de salud, hay rastros que no se pudieron borrar.
En su momento, la fiscal del caso fue clara sobre la brutalidad del asesinato de Lucía Pérez y las mujeres argentinas hicieron el Primer Paro Nacional de Mujeres, con miras a concientizar sobre la situación preocupante en el país. El país hablaba de Lucía Pérez y los allanamientos comenzaron a ocurrir sin aparente demora.
Juan Pablo Odiffani y Matías Farías fueron imputados por abuso sexual "agravado por el suministro de estupefacientes" seguido de muerte "en concurso ideal con feminicidio" por el asesinato. Un tercer sujeto, llamado Alejandro Maciel, fue imputado por encubrimiento del hecho. Sin embargo, el juicio absolvió a los tres acusados y sólo fueron condenados por el suministro de estupefacientes. El feminicidio, según el Tribunal, no pudo probarse en sede judicial. Hoy día, el o los asesinos de Lucia -sean quienes sean- están libres, caminando por la calle.
No puedo dejar de pensar que estamos en peligro. Nosotras estamos en peligro. Todas estamos en peligro.
No es la primera vez que pasa -es incluso, un patrón lamentable el que vemos a diario-. Mujeres asesinadas, feminicidios vinculados y juicios que quedan en la nada por deficiencias, fallas o faltas en la etapa de investigación -e incluso trampas procesales- que llevan al Tribunal a no condenar, por obvias razones y dudas razonables.
A Lucía, una menor de edad, alguien -con la excusa de venderle marihuana-, la llevó a su casa en donde provee la droga, la violó y la abandonó casi muerta en la puerta de un centro de salud. Alguien lo hizo. Y es también alguien quién no está haciendo bien su trabajo -una investigación seria- para develar y revelar quién mató a Lucía.
Es llamativo y contradictorio que la sentencia por este caso haya sido emitida unas horas antes del comienzo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, habiendo sido también Argentina el lugar del nacimiento del movimiento #NiUnaMenos, hoy por suerte, extendido por toda Iberoamérica.
Qué vacío se siente ante la falta de justicia. Qué indefensas estamos las mujeres.