Andrés Aberasturi emociona con Risto al hablar de su hijo: "Su historia es la de un fracaso"
"Lo que vive mi hijo es una estafa de vida".
El periodista Andrés Aberasturi emocionó este lunes por la noche a la audiencia de All you need is love... o no, el programa que Risto Mejide presenta en TeleCinco.
Aberasturi habló de la vida de su hijo Cris, que nació hace 38 años con una parálisis cerebral severa. El periodista explicó que su objetivo era "desmitificar todo este mundo de la discapacidad", "que lo pintan todo muy bonito", antes de asegurar que lo que vive su hijo "es una estafa de vida".
"¿En algún momento has deseado que Cris no naciese?", preguntó Mejide a Aberasturi, que respondió con un claro "sí". Luego aseguró que durante las primeras 24 horas de vida de su hijo llegó a pensar que hubiera sido mejor que no saliera adelante.
"Él no tiene la culpa de nada. Entonces, ¿quién responde a ese dolor? ¿Quién responde de ese sufrimiento? He intentado buscar en la Sanidad, en la fe, en Dios, en mí mismo... ¿Me siento responsable? Pues no. Por lo menos, no conscientemente. Pero... Es que es una injusticia tremenda. No sé de quién", prosiguió Aberasturi.
El periodista admitió que un padre siente por un hijo así "amor, desesperación, rabia, impotencia, cabreo, ganas de luchar, ganas de tirar todo por la ventana, ganas de seguir..." Y lamentó que la historia de Cris es "la historia de un fracaso, de una vida fracasada".
"¿Un fracaso?", preguntó Risto. "Sí, porque el hombre ha nacido para ser libre, entonces lo que vive mi hijo es una estafa de vida, no es una vida porque no puede elegir. Porque si no puedes elegir, no puedes comunicarte con quien te quiere, si no puedes pedir agua cuando tienes sed, si no puedes pedir que te arropen cuando tienes frío, eso no es una vida".
La historia de Andrés y Cris ya emocionó hace poco más de un año, cuando El Mundo publicó un extenso reportaje en el que el periodista decía: "Cris es como debería ser Dios".
"Creo que Dios es él. Mi hijo es como debería ser Dios. Aunque yo no querría que fuera Dios, claro... Yo querría que llegara a las cuatro de madrugada hasta arriba, como los otros, con una copa de más", afirmaba.