Ander Gil: “¡Qué bien se está portando la gente! ¡Y los críos!”
Entrevista en directo en Instagram con El HuffPost: “Echo de menos los abrazos de mi gente”
“Estoy en mi casa, en un pueblo pequeñito en el norte de la provincia de Burgos, en Valle de Mena, en concreto en una pedanía. Es donde vivo cuando no estoy en Madrid. Estoy bien, llevo una semana aquí metido. Estoy perfectamente de salud, no he tenido ningún síntoma”.
Ander Gil, portavoz del PSOE, es uno de los protagonistas de nuestros directos en Instagram en la cuenta de El HuffPost con dirigentes políticos para que nos cuenten cómo están, cómo llevan el estado de alarma, qué hacen en su día a día, qué emociones se acumulan y qué mensaje tienen para los ciudadanos.
Desde la semana pasada, Ander Gil solo ha salido dos veces de su casa: una para comprar carne para hacer unas hamburguesas para su hijo y otra para comprar medicamentos en la farmacia. Allí se encontró a un amigo de toda la vida, tuvieron que guardar los dos metros de distancia. Echó en falta poder abrazarlo.
Desde su ventana: Una chopera y un río
¿Qué ve desde la ventana en este confinamiento? Una chopera y el río. Ahora nadie pasa por allí, cuando normalmente está lleno de gente corriendo o con la bici: “No se ve a nadie, en algún momento la patrulla de la Guardia Civil y la policía local”. Y aprovecha para decir: “Es un pueblo muy bonito, tenéis que venir”.
Es hora de que hable cómo se organiza capitanear al grupo mayoritario en el Senado desde su casa. “Parecemos una centralita telefónica, mucha gente nos llama”. A él, especialmente, de su provincia de Burgos: alcaldes que quieren saber sobre las ayudas, las gestorías con dudas… Además, mantiene videonconferencias con parlamentarios socialistas. La última, con senadores de la Comisión de Sanidad para compartir información y datos. La vía es Facetime.
Emplea horas también el portavoz para escribir, esta misma semana ha publicado en su blog en El HuffPost. Y también ayuda con los deberes a su “crío” de ocho años. Su mujer tiene que ir a trabajar y no puede hacerlo desde casa. Él se ocupa del hogar y prepara la comida por la mañana.
Es muy importante, explica, poner una rutina a los hijos, como recomiendan los expertos. Desde tener un horario hasta que no pasen muchas horas pegados a la televisión o a las videoconsolas. “Le debo muchas horas a mi familia”, comenta sobre sus largas estancias en Madrid. Se ha inventado con su hijo el campeonato mundial de voley indoor: “Nos hemos picado”.
¿Y qué echa de menos? “El contacto cercano, los abrazos con mi gente y mis padres, que viven lejos de aquí”, responde durante la entrevista. Agrega: “Lo llevo mal, soy del norte, un poco frío, pero necesito esa cercanía”.
Ha tenido que seguir las sesiones por la televisión y el ordenador. Esta semana se produjo una en la Cámara Alta en la que solo fue un senador y todos votaron telemáticamente. “Te duele ver el Hemiciclo de esa manera, pero también de muestra la fortaleza de la democracia, sigue funcionando en situaciones muy complejas”. Sobre el Pleno del Congreso reflexiona: “Me gustó ver que todas las fuerzas fuimos capaces de aparcar las diferencias y aunarnos en torno a lo más importante: salvar vidas”.
Y cree que “no hay balcones ni aplausos para agradecer a esa gente” que está luchando en el sistema sanitario.
Al final del día intenta desconectar escuchando música: le chifla Bach y recomienda música clásica. “¡Qué importante la cultura!”, dice al hilo en el directo en Instagram, a la vez que se acuerda del papel de los agricultores estos días. Revela asimismo que toca el clarinete y está ensayando estos días.
Detrás se vislumbra su estantería y le pedimos que nos recomiende unos libros. Dos sugerencias: Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, y El fin del armario, de Bruno Bimbi.
Vuelta a la reacción ciudadana: ¡Qué bien se está portando la gente! ¡Y los críos!, dice con fuerza. ¿Y qué va a hacer lo primero cuando acabe esta situación? Contesta rápidamente: “Hoy es el Día del Padre, todos hemos restringido mucho los besos. Voy a comerme a besos a mi hijo en cuanto pueda”.
Es hora de despedirse con un mensaje para todos los ciudadanos: “Esto es una maratón, hay kilómetros muy complicados, como el 30, por eso es importante dosificarse. Pero hay que saber que estamos muy entrenados y tenemos el mejor equipo detrás. No corremos solos, esta meta la vamos a cruzar con éxito todos juntos”.