Alcalá de Henares: 20 años como Patrimonio de la Humanidad
En un país como España, apoyarse en la historia para mejorar el presente y construir el futuro es sin duda una buena idea. Así lo hemos entendido y lo estamos haciendo en Alcalá de Henares, la ciudad de Miguel de Cervantes y del Cardenal Cisneros, cuyos centenarios hemos conmemorado recientemente.
Viene esta reflexión al caso porque hoy, 2 de diciembre, se cumplen 20 años de la declaración de Alcalá como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, una decisión que no solo implica un reconocimiento mundial, sino sobre todo una responsabilidad y una oportunidad.
La UNESCO, basándose en la excepcionalidad de que Alcalá fuera diseñada como sede la Universidad, del concepto que animaba tal decisión (la ciudad ideal o la Ciudad de Dios), y de su contribución al desarrollo intelectual de la humanidad –particularmente con los avances del español y del trabajo del autor de El Quijote- nos otorgó un posición privilegiada para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
¿Cómo? A través de la promoción sostenible del turismo -con el impulso del crecimiento y del empleo- y de la cultura como uno de los ejes vertebradores de la cohesión económica social y territorial de una ciudad de 200.000 habitantes, es decir, con una población superior a muchas capitales regionales de España y del resto de Europa.
El Ayuntamiento de la ciudad, con el concurso de los agentes económicos, sociales, ciudadanos y culturales, ha actuado a fondo en esa dirección durante el actual mandato, consiguiendo resultados positivos: son muchos más los turistas que visitan Alcalá; se han creado numerosos puestos de trabajo en la hostelería y los servicios; las actividades culturales –El Mercado Cervantino, la Semana Santa, la representación de Don Juan, el Festival Clásicos de Alcalá, Alcine y tantas otras, todas ellas culminadas por la entrega anual del Premio Cervantes por los Reyes- se han convertido en una referencia regional, nacional e internacional; y todo ello ha permitido dinamizar los barrios.
Porque esa es una cuestión central para nosotros. Al afirmar que ser Patrimonio de la Humanidad implica también una responsabilidad, quería decir dos cosas.
La primera, que la ciudad ostenta ese honor no únicamente por y para su recinto histórico, sino para el conjunto de los distritos que la componen y para el bien de todos y cada uno de sus habitantes, vivan en el centro o en los barrios: un ejemplo de que el Ayuntamiento lleva a la práctica ese concepto será la conversión de la antigua fábrica GAL, ubicada a la entrada de Alcalá por la antigua Nacional II, como un centro de desarrollo social y cultural.
Y la segunda, que debemos no solo cuidar, sino restaurar y hacer todavía más accesible el Patrimonio Histórico a los vecinos y a los visitantes, haciendo especial hincapié en incluir en ello a todas las generaciones, mayores o más jóvenes.
Alcalá de Henares, por la boca de su historia y la pluma de Cervantes, que nos observa todos los días desde su estatua de la Plaza que lleva su nombre, invita a todos a visitarnos y celebrar estos 20 años como Patrimonio de la Humanidad con muchas actividades el 2 de diciembre, que servirán para divertirse y recordar con orgullo el legado de nuestra de ciudad y de nuestro país.