Albert Rivera y Malú: ¿da votos el amor en campaña?
Expertos en comunicación política explican a 'El HuffPost' el efecto que tiene una relación como la del político y la cantante justo antes de unas elecciones.
Nicolás Sarkozy y Carla Bruni. François Hollande y Julie Gayet. Los españoles ya tienen su relación entre político y famosa. La revista Semana ha desvelado que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, mantiene una relación sentimental con la cantante Malú.
En El HuffPost hemos contactado con expertos en comunicación política que asesoran a los partidos y a los políticos tanto en campaña como en su trabajo en el día a día.
Nuestro objetivo es intentar encontrar respuesta a esta pregunta: ¿beneficia o perjudica una relación así cuando apenas quedan dos meses para las generales?
Los expertos coinciden en que los votantes españoles, aunque sí quieren conocer detalles de la vida privada de los políticos, todavía no lo consideran algo importante para decidir el sentido de su voto.
"Las relaciones de los políticos todavía no acaban de ser algo relevante en España, ya que los españoles pensamos que pertenece a la esfera privada", explica un consultor político que asesora a partidos y políticos de cargos muy relevantes, que prefiere no dar su nombre.
Los españoles llegamos tarde
Existen antecedentes en otros países de noviazgos entre políticos y famosos. La juventud de la democracia española conlleva que los españoles sean algo novatos en estas cuestiones. Hace casi 40 años, el expresidente de Estados Unidos Ronald Reagan llegó a la Casa Blanca en 1981 casado con la actriz Nancy Davis Reagan.
Hay un ejemplo más cercano y más reciente, el de François Hollande, expresidente de Francia. Tras separarse de la política francesa Ségolène Royal, madre de sus cuatros hijos y su mujer durante 30 años, llegó al Elíseo con la periodista Valérie Trierweiler, que ejerció de primera dama. Durante su mandato Hollande se enamoró de la actriz Julie Gayet en 2014. Su relación fue un secreto desvelado por la revista Closer.
Su antecesor en el cargo, Nicolas Sarkozy también se enamoró de una famosa durante su estancia en el Elíseo. El expresidente se casó en 2008 con la exmodelo y cantante italiana Carla Bruni, con la que ya ha cumplido más de 10 años de relación.
Los casos de Sarkozy y Hollande recuerdan a la relación de Rivera y Malú desvelada este miércoles. Ambas relaciones fueron muy comentadas en la sociedad francesa cuando se conocieron, pero se asimilaron rápidamente y no afectó a la valoración que tenían los ciudadanos franceses de estos líderes.
"Los españoles todavía estamos alineados con la moral francesa. El votante francés y el español piensa que la vida privada no influye en lo público", señala este consultor.
Este experto señala que no ocurre así en la política estadounidense. El expresidente Bill Clintonse enfrentó un proceso de destitución en el que acabó estallando el caso de la becaria Monica Lewinsky. Esto afectó mucho a la popularidad del presidente estadounidense.
Llegar a nuevos electores
Todos los expertos coinciden en una cosa: la relación de Rivera y Malú permite una mayor visibilidad del político en espacios como programas de televisión en los que habitualmente no se habla de política.
"La supuesta relación puede ser una oportunidad desde el punto de vista electoral, ya que en una campaña electoral lo que se busca es la conexión con los electores. Esto te abre otros espacios en los que antes no estabas presente. No solo se va a hablar de ti en espacios de política, sino también del corazón", señala Ana Salazar, consultora política, que ha trabajado, entre otros, como asesora en la Junta de Andalucía y como directora de estrategia en la compañía RedLines.
"Esta nueva relación de Albert Rivera con una persona de gran proyección pública, que es muy valorada profesionalmente y que tiene mucho éxito va a generar un impacto importante en la campaña que no se puede desdeñar", señala Antoni Gutiérrez Rubí, asesor en comunicación, consultor político y fundador de Ideograma.
Esta mayor visibilidad es positiva porque permite llegar a un público a través de un canal diferente. "Puedes llegar a una audiencia que normalmente no está atenta a los mensajes políticos", apunta Salazar. Aunque, también puede jugar en contra. "Puede distraer la atención, porque no se habla de las propuestas políticas", señala un experto.
Lo personal entra en escena
A pesar de lo que pudiera parecer, no es la primera vez que un tema personal se entremezcla con la política. Uno de los que más lo ha vivido ha sido el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, al que todavía le persiguen las famosas fotos con el nacrotraficante Marcial Dorado de cuando ambos eran amigos.
Una boda, un embarazo, un nacimiento, un viaje de novios, una compra de una casa... son acontecimientos normales pero que entran en el foco mediático si se trata de un político. Las relaciones personales entre miembros de Podemos han marcado mucho su trayectoria. Pablo Iglesias e Irene Montero se sometieron a una consulta de las bases tras la polémica por la adquisición de una vivienda en Galapagar que costó más de 600.000 euros.
"Los políticos tienen que parecen personas en una campaña electoral. Uno de los resortes que activan el voto es que el ciudadano tenga una conexión con el candidato", apunta Salazar. De hecho, el líder del PP gallego anunció su paternidad en plena campaña y aprovechó esa baza personal y familiar de cara a los comicios.
A pesar de que los expertos señalan que lo íntimo no influye mucho en el voto, los españoles sí quieren saber cómo se comportan los políticos en su vida privada y les gusta que esta sea ejemplar, sin escándalos. "Los electores siempre tienen interés por la vida personal o familiar de los candidatos. Creen que esa información de carácter personal y privada pueden dar pistas sobre el comportamiento público", apunta Gutiérrez-Rubí.
Todos los presidentes del Gobierno de la democracia, Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, llegaron al Palacio de La Moncloa casados. Solo González se ha divorciado de su esposa Carmen Romero, mucho tiempo después de abandonar el Gobierno.
"A la gente le gusta la estabilidad, porque es algo que está en el debate púbico después de la repetición de elecciones, la moción de censura, los presupuestos, el adelanto electoral... Un candidato tiene que proyectar una imagen de estabilidad", afirma Salazar.
Difícil de controlar
La publicación de la relación en la portada de la revista del corazón ha causado sorpresa en el ámbito político. "No estaba prevista como un hito de campaña", reconocen a El HuffPost desde Ciudadanos, según informan Pilar Portero y Ana Cañil.
Las consecuencias de una relación entre dos personajes tan conocidos por la sociedad española no se pueden prever. Los expertos señalan que lo que pase a partir de ahora es imposible de controlar, algo que pone de los nervios a los asesores en una campaña electoral.
También coinciden en que la relación con Rivera podría afectar negativamente a Malú en su profesión, ya que algunos seguidores de la cantante puedan entender que es afín a Ciudadanos. "Podría afectar más a Malú. El hecho de que se la vincule con un partido político puede afectar a las contrataciones que hagan los Ayuntamientos en verano", señalan algunos expertos. "Ella no está significada políticamente. Los artistas suelen huir de esa asociación política", apunta Salazar.
No sería la primera vez que ocurre. La cantante Mai Meneses (Nena Daconte) se casó con Eduardo Baeza, community manager del PP, y fue duramente criticada por cantar en una manifestación contra el aborto. Eso la llevó a alejarse de los escenarios durante varios años.