Albares busca rebajar la tensión con Argelia, aunque Planas señala de nuevo la tesis rusa
El ministro de Exteriores garantiza que defenderá a las empresas españolas y los intereses de los españoles y de España en el país norteafricano.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha buscado aplacar la crisis con Argelia después de la última reacción airada de este país a través de su agencia oficial, aunque su compañero de gabinete Luis Planas ha abundado en que Rusia puede estar detrás del giro diplomático del país magrebí.
Albares interviene este jueves en un acto en Málaga tras una visita a Nueva Delhi, donde ayer no quiso comentar el editorial de la agencia oficial de noticias de Argelia cuestionando la utilización por parte de España del “fantasma ruso” y recordando que el cambio de postura en la cuestión del Sáhara precipitó la crisis.
Albares se limitó a decir que lo que busca España es resolver la crisis a través del “diálogo y de la diplomacia” y tener con ese país “la mejor relación posible”. Además, garantizó que defenderá a las empresas españolas y los intereses de los españoles y de España.
Sin embargo, el ministro de Agricultura, Planas, horas antes abundaba en la tesis apuntada esta semana por la titular de Economía, Nadia Calviño, sobre la influencia de Rusia en este incidente diplomático. Planas remarcaba que Argelia está recibiendo “presiones por parte de otros países” que están influyendo en su relación con España.
En ese contexto, el ministro Planas observó que las recientes visitas del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, “algo significan”, aunque confiaba en que “prevalezca el sentido común” en las relaciones bilaterales.
“Es evidente que en el marco geopolítico actual hay presiones por parte de otros países” y “más en el contexto” de la cumbre “histórica” de la OTAN que se celebrará en Madrid a finales de este mes de junio, opina Planas, que fue embajador en Marruecos.
Además, subrayaba que la guerra de Ucrania “está influenciando muchas cosas en el mundo, muchas más de las que pensamos” además de en el campo de batalla, como es la acusación de Rusia de que la UE sea la responsable de los problemas de abastecimiento de cereales de países africanos.
También terciaba en el asunto la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, al calificar de inaceptables los calificativos que ha dedicado a Albares la agencia oficial de noticias de Argelia. La vicepresidenta lamentó que un medio de comunicación pueda introducir esos comentarios contra un ministro de un país vecino con el que ha habido una relación “muy intensa durante décadas “y con el que quieren normalizar la relación”, toda vez que entiende que “no se dan las circunstancias” para que haya una reacción de esas características mantenida en el tiempo.
En esa línea se pronunciaba este miércoles también la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, quien coincide hoy en Málaga con Albares, y que ha abogado por no subir el tono para tratar de reconducir las relaciones “cuanto antes”, unas palabras prácticamente iguales a las utilizadas por Nadia Calviño.
“Nuestro interés como país es tener las mejores relaciones con nuestros vecinos, y muy particularmente con Marruecos y Argelia”, decía este miércoles Calviño, que confía en que se vuelva a tener una situación de relaciones excelente.
“Inciertas consecuencias”
El PP, por su parte, ha propuesto al Gobierno un pacto de Estado sobre asuntos exteriores y defensa y ha expresado su “preocupación” por la crisis con Argelia “y sus inciertas consecuencias” o acerca de la “falta de unanimidad en el seno del Gobierno” respecto a la OTAN y advierte de que este tipo de hechos “resienten la imagen exterior” de España.
Argelia anunció el pasado 8 de junio la ruptura del Tratado de Amistad con España y puso después en marcha medidas económicas como la suspensión de las transferencias bancarias entre ambos países, aunque tras las amenazas de la UE Argelia aseguró que respetaría los acuerdos de suministro de gas.
El origen de las tensiones entre España y Argelia está en el cambio de la postura española sobre el Sáhara Occidental, después de que el pasado marzo el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, apoyó la propuesta marroquí de una autonomía para ese territorio, antigua colonia española.
Hasta entonces, España había apoyado un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui auspiciado por Naciones Unidas.