Al menos un muerto y 600 detenidos en las protestas contra las nuevas restricciones en Alemania
Hasta 10 policías han resultado heridos en las calles de Berlín por manifestantes que no quieren retomar medidas de control, relajadas desde mayo.
Varios miles de personas participaron en la tarde de ayer en Berlín (Alemania) en diversas protestas no autorizadas contra las restricciones para contener la pandemia del coronavirus y el ascenso de la nueva variante delta. El balance provisional es preocupante: más de 600 detenidos, según datos de la prensa local, al menos 10 agentes heridos por choques con los manifestantes y lo peor: se ha confirmado la muerte de un hombre de 49 años. Según las fuerzas policiales, colapsó cuando iba a ser identificado por un grupo de uniformados. Los agentes practicaron inmediatamente medidas de primeros auxilios hasta la llegada de una ambulancia, aunque el hombre falleció poco después de ingresar en un hospital.
Según indicó la policía de Berlín en su cuenta de Twitter, centenares de manifestantes, que pretendían participar a pie en una caravana de coches en protesta por las medidas anticovid que sí contaba con el visto bueno de las autoridades, se congregaron esta mañana en una acción espontánea no autorizada.
En declaraciones a la cadena regional rbb, el portavoz de la policía, Thilo Cablitz, habló de hasta 2.000 manifestantes. La policía indicó que los protestantes trataron de romper los cordones policiales y aislar a los agentes, por lo que las fuerzas de seguridad hicieron uso de gases lacrimógenos y porras.
“En varios puntos del oeste de la ciudad hay todavía grupos grandes de personas que tratan de concentrarse y de ponerse en marcha. Nuestras barreras están siendo ignoradas y los agentes están siendo agredidos. Se han producido detenciones”, tuiteaba la policía poco antes de las 14.00 horas.
Por la tarde, otras 2.000 personas se congregaron en torno a la Columna de la Victoria, en la céntrica calle del 17 de junio, avenida que parte de la Puerta de Brandeburgo y atraviesa el parque Tiergarten, a pesar de que las autoridades habían prohibido previamente la concentración convocada por la iniciativa Querdenken 711, a la que pretendían asistir hasta 22.500 participantes.
Los medios de comunicación berlineses denunciaron unánimemente, también, la agresión sufrida por el jefe de la asociación de la prensa local, Jörg Reichel, por parte de participantes en las protestas. Reichel fue atacado, derribado de su bicicleta y pateado y golpeado cuando circulaba por el barrio de Kreuzberg. Solo la intervención de varias personas evitó que los agresores causaran mayores heridas al periodistas, que se encuentra hospitalizado en estado grave.
“Estamos conmocionados y expresamos nuestra solidaridad con nuestro colega, que a lo largo de los últimos meses se ha jugado el físico para informar de las protestas de los llamados inconformistas, denunciar sus abusos y defender la libertad de prensa”, dijo Monique Hoffmann, presidenta de la Unión de Periodistas Alemana (DJU), quien denunció que Reichel es difamado y amenazado desde hace meses por miembros de esos grupos. “Jörg no se dejó intimidar y continuó con su trabajo”, afirmó Hoffmann
Este movimiento antivacunas, el más visible contra las medidas restrictivas en Alemania, ha atraído a miles de personas a sus manifestaciones, gente de diferente color político, incluyendo a quienes se oponen a las vacunas, negacionistas de la pandemia, extremistas de derecha y los teóricos de la conspiración.
El Tribunal Superior Administrativo de Berlín-Brandeburgo confirmó el sábado la prohibición de 17 manifestaciones convocadas para este domingo por movimientos anticovid, integrados mayoritariamente por negacionistas y conspiranoicos, al considerar que no estaba garantizado el respeto a las medidas de higiene y distanciamiento.
La policía despegó en la capital alemana hasta 2.250 agentes para garantizar el cumplimiento de las prohibiciones y disolver posibles concentraciones no autorizadas. Cablitz había indicado ya por la mañana que la policía monitoreaba toda la ciudad, consciente de que habría “acciones descentralizadas”.
Alemania suavizó muchas de sus medidas en mayo. Aun así, muchas actividades, como cenar en restaurantes o alojarse en un hotel, requieren de un certificado que demuestre que la persona está totalmente vacunada, se ha recuperado del virus o ha dado negativo en un test reciente de coronavirus.