A muchos se les han ido los ojos al mismo lugar al ver a Busquets: no, no lo llevaba
Se lo habían pedido, pero...
El regreso de Sergio Busquets, capitán de la selección española, tras superar el coronavirus era muy esperado este miércoles por los aficionados para comprobar si daba otro aire al equipo y también por otro detalle importante: ver qué brazalete lucía.
El futbolista del Barcelona ha optado por uno estándar azul y no ha llevado uno con los colores del arcoíris, algo que le había pedido la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales bajo la etiqueta de Twitter #SéNuestroOrgullo. Un detalle con el que querían que La Roja mostrase su apoyo a la diversidad LGTBI.
“Lucir el brazalete arcoíris no solamente implica el apoyo explícito a las personas LGTBI, sino que también es un acto de solidaridad hacia los ataques lgtbifobos que están sufriendo sus propios compañeros de profesión”, aseguraba el organismo, que también había hecho la petición del brazalete a José Manuel Franco, secretario de Estado para el Deporte.
“En la Eurocopa, en pleno mes del Orgullo LGTBI, se han detectado varios sucesos que -de una forma u otra- perjudican a la imagen y los derechos del colectivo. Dos de ellos son los insultos homófobos de los aficionados húngaros a Cristiano Ronaldo y la investigación de la UEFA a Manuel Neuer por lucir el brazalete arcoíris en los partidos de la selección alemana”, aseguraba la la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales.
Todo ello después de que la UEFA haya expresado su “orgullo” por llevar los colores del arcoíris y aclarase que la prohibición de iluminar el Allianz Arena de Múnich con los colores que simbolizan la lucha del colectivo LGTBI no fue política, aunque sí la petición relacionada con la presencia de Hungría en el estadio.
“Es un símbolo que promueve todo aquello en lo que creemos: una sociedad más justa e igualitaria, tolerante con todo el mundo, independientemente de su origen, creencia o género”, señaló en un comunicado.
En este sentido, la UEFA aseguró que se ha interpretado como ‘política’ su decisión de rechazar la petición de la ciudad de Múnich de iluminar el estadio con los colores del arcoíris para el partido de la Eurocopa.
“Por el contrario, la petición en sí era política, vinculada a la presencia de la selección húngara de fútbol en el estadio para el partido de esta noche contra Alemania. Para la UEFA, el arcoíris no es un símbolo político, sino un signo de nuestro firme compromiso con una sociedad más diversa e inclusiva”, subrayó.