A bofetadas por la primera fila del hemiciclo
La próxima batalla entre los líderes políticos va a ser por la punta de un quesito. Da igual que sea del antiguo y muy nacional El Caserío o del francés La Vaca que Ríe. Por lo que Iglesias y Rivera van a andar a codazo limpio es por esa porción del hemiciclo que les permite estar en primera fila. Pero lo más entretenido será la bronca entre Albert Rivera y Pablo Casado.
El PP, propietario hasta ahora de toda la porción del queso que los telespectadores ven a la derecha del Congreso, siempre vestido de azul en los gráficos, tiene que ceder los 68 escaños que ha perdido a los 35 que ha ganado Albert Rivera y a los 24 diputados del nuevo inquilino de las filas de la derecha, el ultraderechista Vox. Cada porción de ese queso está compuesta por unos 127 escaños a derecha e izquierda y 97 en el centro.Ciuda
Todo puede suceder, porque en los partidos ya están moviendo ficha para que los suyos ocupen el lugar más rentable mediáticamente o pierda posiciones lo más dignamente posible. Estar en primera fila o en el gallinero tiene una carga simbólica que define las alianzas de las que parten los partidos en la XIII legislatura, esta que arranca el 21 de mayo. Un número, el 13, que a muchos les da yuyu y no es para menos, al PP sobre todo que es quien más ha caído. De 134 escaños a 66.
Podemos también regresa diezmado al hemiciclo, con una caída de 27 escaños, de los 69 a los 42, pero exhibirá su relevancia como probable socio de Gobierno. Algo en lo que nadie le va a hacer sombra. La convivencia entre las tres derechas, ahora que ya se han dado cuenta que solo puede quedar una, puede ser la más peliaguda.
“La mesa decide dónde se sienta cada uno. Y como ahora estará en manos del PSOE y Podemos, esperemos que a los socialistas no se les olvide que les libramos de la presión de Iglesias, cuando aspiraban a ocupar los asientos más a la izquierda del Congreso, desplazándoles de su histórico lugar. Supongo que habrá lealtad en ese sentido a la hora de mandar a Vox a la montaña, y no permitir que Rivera tome posiciones en la bancada popular, con un pie en el centro que ocupa actualmente y otro en nuestra derecha de toda la vida” explicaba un relevante miembro del equipo de Casado, muy consciente ya de lo que les puede pasar.
Insiste en que “nos corresponde el lugar legítimo del jefe de la Oposición. Las primeras filas tienen que ser nuestras. Vox solo tiene 24 diputados y ningún derecho a sentarse delante. Tienen que ir para arriba”.
Cierto, puede haber acuerdo en que Vox se vaya a la grada de arriba, por encima de los populares en el quesito de la derecha, pero lo de que Ciudadanos no entre en el ala derecha del hemiciclo es casi un imposible. De entrada, los de Rivera, triunfadores, pasan de 32 a 57 escaños y su lado de crecimiento natural sería invadir con el naranja las filas azules del PP, repartiendo la forma el trozo desde “la punta, con sitio en la primera fila de los azules que hoy ocupan los populares” apuntan fuentes parlamentarias.
Ciudadanos fue desde el principio muy consciente del valor mediático y de las imágenes que transmiten las ocho cámaras del hemiciclo. Un gesto vale mil palabras y un escaño bien situado, vale una legislatura. Todavía hay quien recuerda que la última vez, Toni Cantó llegó el primero y se sentó, alrededor de las ocho de la mañana, en el sitio que había escogido. Dos horas antes de que empezara la sesión.
Al inicio de esta semana, y pendientes de la constitución de la mesa, el PSOE no había reparado aún en la posición de sus escaños, aunque lo tiene bastante fácil. “No lo habíamos pensado, porque primero tenemos que ver la distribución de la Mesa del Congreso, que es quien decide sobre ese asunto. Hasta ahora lo había hecho, en las últimas legislaturas, Antonio Hernando, un experto en negociaciones de este tipo. Pero ya no está, de todas formas, lo tenemos relativamente fácil. La cuestión es cómo apoyamos a Podemos y a Esquerra o PNV, y eso depende de cómo quede definitivamente la Mesa” apuntan en el partido, con calma.
La calma le viene al PSOE de que sus 123 escaños (viene de los 84), más los 42 de Podemos, los 15 de ERC y los 6 del PNV, más otros grupos independentistas, suman 198 escaños, una mayoría más que holgada, pero tienen que distribuir esos sitios de los presuntos aliados. Ahora, los escaños rojos (en los gráficos) de los socialistas van a ocupar todo el quesito de la izquierda de los espectadores y echan hacía el centro a Podemos, “que seguirá exigiendo primera fila del centro, a compartir con Rivera, los seis diputados del PNV y Esquerra Republicana, que con 15 escaños pasa a ser la quinta fuerza del Congreso” reflexiona un socialista, muy fogueado en estas batallas.
Los de Iglesias llegan a esta pelea bien aprendidos, pues no olvidarán nunca el intento de los socialistas y del PP de meterlos en el gallinero, la montaña que llaman los del PP, las últimas filas, fuera del tiro de las cámaras y detrás de las columnas. “Creo que los de Esquerra van a estar cómodos con la segunda, tercera fila de la porción del centro. Les gusta. La cuestión es que el PNV, con sus seis diputados, siempre les hemos dejado ahí tanto nosotros como los del PP y van a querer repetir primera y segunda fila de ese mismo lugar, que tendrán que compartir con Iglesias y Rivera. Ciudadanos va a tener mucho, pero mucho que decir, aunque la última palabra la tendrá la Mesa del Congreso. Si las fuerzas progresistas mandan en esa mesa, lo lógico, el PP y Ciudadanos tendrán que tragar” recuerdan las mismas fuentes socialistas.
Es decir, señoras y señores adictos a las teles y los gráficos, que el próximo 21 de mayo, constitución de las cámaras, imágenes y fotos distribuidas, ustedes tendrán ante sus ojos una primera aproximación de la representación del poder y de las broncas y acuerdos que vienen. Justo ese día cada cual se sienta libremente aunque en la siguiente sesión ya estarán los sitios asignados. La porción triangular de queso del Congreso, esa en la que últimamente han visto ustedes a señorías como Rivera, Rufián, Cantó, Aitor Esteban (PNV) o Tardá, les dará pistas sobre la que se avecina.
De la otra guerra entre diputados del mismo color, que pelean por ese asiento privilegiado que hay por encima del presidente del Gobierno o del líder de la oposición, o del que mejor está pegado en primera fila y al pasillo central, de esas cuitas internas también será posible sacar conclusiones. Qué nadie olvide como Irene Montero ocupo el sitio de Carolina Bescansa, de la noche a la mañana, desplazando a la fundadora de Podemos y lanzando un contundente mensaje. Si los sillones de cuero hablaran.