400.000 marinos están varados en puertos de todo el mundo por el coronavirus
Un número similar de trabajadores de barcos se encuentran en sus hogares esperando unirse a sus buques y ganarse la vida.
La pandemia de Covid-19 ha sumido al mundo entero, también a la gente del mar, en situaciones sin precedentes y desesperadas. Hasta el punto de que, a fecha diciembre de 2020, más de 400.000 marinos se encontraban varados en buques, esperando ser repatriados a sus hogares, obligados a quedarse a bordo sin poder salir por cuestiones sanitarias. Un número similar de trabajadores de barcos se encuentran en sus hogares esperando unirse a sus buques y ganarse la vida. Son datos tremendos revelados por la Organización Marítima Internacional.
Muchos puertos y aeropuertos han interrumpido sus operaciones, se ha prohibido el atraque de buques durante meses. Alrededor del 90% del comercio mundial tiene lugar por vía marítima, gracias a la labor que desarrollan dos millones de marinos en todo el mundo.
Algunos de estos trabajadores se encuentran actualmente confinados en barcos sin pasaje, en ocasiones sin recibir salario alguno. Otros se han visto obligados a permanecer a bordo de buques comerciales por un período de tiempo muy superior al estipulado en su contrato, porque los cierres de fronteras y los requisitos de los visados les han imposibilitado realizar el cambio de tripulación que se suele acometer cada uno o dos meses.
Según se desprende de información proporcionada a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), muchos marinos que precisan atención médica en tierra firme con carácter inmediato no han recibido autorización para desembarcar en puertos de numerosos países. Y una gran cantidad de trabajadores que había previsto volver a hacerse a la mar ha perdido su fuente de ingresos.
La OIT pide a los gobiernos que adopten sin demora todas las medidas que tengan a su alcance para facilitar la sustitución de tripulaciones y la repatriación de marinos y pescadores, al tiempo que se mitiga todo lo posible el riesgo de contagio. La seguridad y la salud de la gente de mar y de los pescadores deben tener carácter prioritario durante la pandemia.
Los testimonios recogidos por la Organización Marítima Internacional son desoladores: gente cansada, que lleva demasiado tiempo sin contacto con su familia, con problemas físicos por el encierro y mentales por la carga de trabajo, la ausencia de respuestas y la lejanía de los allegados, con dificultades económicas por no cobrar salarios o por ahorrar para lograr billetes de vuelta a casa, disparados con la pandemia...
“Debido a la tensión que sufrimos que afecta nuestra salud mental. Nuestras mentes están en mundos diferentes. Es como caminar en el aire. Si no pueden enviarnos a casa, lo único que hay que hacer es reducir nuestra carga de trabajo. Seguimos haciendo turnos de 12 horas”, afirma Rafael, un marino de 33 años procedente de Filipinas.
Naciones Unidas defendió durante el estado de alarma mundial que se considerase a estos trabajadores como esenciales, porque de ellos depende el tránsito de alimento o combustible, pero aún falta para que se les trate como tales.