10 motivos (peregrinos) por los que los niños tienen berrinches
"Cuando le dije que su hermana nunca había tenido pito se puso a llorar con más ganas" 😂.
Ningún padre puede evitar los berrinches de sus hijos, así que en vez de echarse a llorar (como ellos), lo mejor es asumirlo y, si es posible, tratar de ver el lado divertido de la situación.
Una madre que pasó un día muy estresante con su hijo decidió buscar consuelo en otros padres para sentir que no estaba sola. Y, obviamente, no lo estaba; a ella se le unió una legión de padres que compartieron los motivos más graciosos por los que a sus hijos les ha entrado una rabieta.
Esta es la selección del HuffPost Reino Unido, en la que se incluyen aquel gato que no hablaba y un viento que no dejaba de soplar.
1. Porque se salía la salchicha.
"Mi hijo, de tres años, una vez tuvo una pataleta de una hora porque la salchicha no dejaba de salirse del bocadillo".
2. Porque la pared le hizo daño.
"Mi hija se enfadó con la pared porque le hizo daño cuando intentó morderla (y yo la avisé)".
3. Por no ir al restaurante al que él no quería ir.
"Cuando se enteró de que íbamos a llevarlo a un restaurante, mi hijo se puso a llorar y dijo que odiaba ese sitio. Así que le dijimos: 'Vale, pues no vamos'. Entonces tuvo una crisis que le duró una hora porque quería ir y le encantaba el restaurante".
4. Porque el perro la miraba.
"Siempre me sorprende cuánta ira tienen esas personitas tan pequeñas. La hija de una amiga una vez tuvo una rabieta porque el perro la miraba".
5. Porque puse el pañal sucio en la basura.
"Tiré el pañal sucio de mi hija al cubo. Y le dio por llorar: 'Adiós, caca, te quiero".
6. Porque hice la comida.
"A mi hija hoy le ha entrado una llorera porque le he hecho la comida. Se ha puesto a gritar: 'Comer no, comer no' al mismo tiempo que se metía la comida en la boca".
7. Porque el gato no le dijo hola.
"El gato no le devolvió el saludo cuando mi hijo le dijo hola. Y tuvo un berrinche de 10 minutos".
8. Porque quería hacer caca de pie.
"Mi hijo se puso a llorar desconsolado cuando le expliqué que no podía poner el culo 'de frente' por más que se empeñara en hacer caca de pie".
9. Porque pensó que le había robado el pito a su hermana.
"Mi hijo se pasó 30 minutos llorando cuando me vio cambiándole el pañal a su nueva hermanita. '¿Por qué qué le quitas el pito?', me preguntó. Él creía seriamente que se lo había robado y cuando le dije que su hermana nunca había tenido pito se puso a llorar con más ganas. Todavía me sigue diciendo: 'Vale, puedes quitarme los calzoncillos, pero déjame el pito".
10. Porque el viento no dejaba de soplar.
"Cuando mi hija era más pequeña le dio un berrinche en mitad de la calle y se tiró al suelo. ¿Por qué? Porque yo no fui capaz de parar el viento".
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano