15 años de 016, la primera línea de combate contra la violencia de género
El teléfono ha prestado asistencia informativa, psicosocial, y jurídica a más de un millón de mujeres.
Fátima es parte del primer eslabón de una cadena que ayuda a miles de mujeres. Trabaja en el 016, el servicio telefónico de información, asesoramiento jurídico y atención psicosocial inmediata a disposición de cualquier mujer que sufra violencia de género. Aunque es coordinadora, también coge llamadas, dependiendo del día, puede llegar a atender hasta 60. Este 1 de agosto el servicio cumple 15 años, y desde entonces ha recibido 1.083.187 llamadas, según la Delegación del Gobierno contra la Violencia Machista. “El teléfono nunca deja de sonar”, cuenta Fátima.
Y cada vez suena más veces. La violencia machista es un problema que incumbe a toda la sociedad, por eso Susana, la coordinadora general del servicio, señala que está abierto a toda la población: “Puede llamar cualquier persona que conozca una situación de violencia contra la mujer por razón de género y quiera recibir información para una amiga, familiar o conocida que se encuentre en una situación de violencia”, explica. Está disponible todos los días las 24 horas y no deja huella en la factura.
Esa violencia se ha llevado por delante la vida de 1.156 mujeres desde 2003, año en que empezaron a contabilizarse las mujeres asesinadas por razones de género, 26 en lo que llevamos de 2022. Es una realidad que ha afectado al 57% de las mujeres mayores de 16 años en España (11.688.411 mujeres) alguna vez en su vida, según los datos recogidos por la macroencuesta llevada a cabo por el Ministerio de Igualdad en 2019.
Sin embargo, a pesar de que este tipo de maltrato afecta a más de la mitad de la población femenina, las propias mujeres muchas veces no son conscientes de que están metidas en una dinámica de violencia de género. Susana explica que la idea del “esto no me puede estar pasando a mí” está muy extendida: “El 016 es a veces el primer paso. Hay personas que llaman para preguntar ‘¿Esto que me está pasando a mí es realmente violencia?’. Si ya se da el paso de llamar es porque se nota que hay algo que no va bien”.
El teléfono da esa información “desde fuera”, sigue la coordinadora general, desde alguien que no es “tu familia o tus amigos”, que muchas veces caen en los discursos del “te lo dije”, que puede cargar de culpabilidad y revictimizar a las mujeres. Una llamada al 016 no inicia ningún trámite, sino que se trata de un recurso de información, la decisión sobre cómo proceder, corresponde a la persona que llama. El servicio es confidencial, solo se piden los datos del lugar desde donde se llama para poder informar sobre los recursos más cercanos.
Sin embargo, hay veces que entran llamadas en situaciones de emergencia que requieren la intervención de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. “Es en el único caso en que se pide a la persona que llama la dirección concreta donde se encuentra para que puedan socorrerla”, explica Susana.
Fátima cuenta que entran muchas llamadas de ese tipo, “difíciles” con situaciones que en muchos casos ponen la tolerancia al límite, que después se quedan “enganchadas” en la cabeza: “Hay veces que tienes que salir a coger aire y fuerza”.
En la actualidad, la plantilla está formada por 35 mujeres formadas en derecho, psicología y educación social. Cuando empiezan a trabajar en el 016 tienen que acostumbrarse a estar en primera línea y a vivir situaciones límite. “Los primeros años que estás aquí tienes sueños recurrentes, pesadillas, te cuesta mucho desconectar de ciertas llamadas, se quedan ahí…”, confiesa Fátima. Pero el cuerpo acaba acostumbrándose: “Cuando llevas un tiempo, tu cabeza desarrolla un mecanismo de defensa, acabas siendo incapaz de recordar una llamada en concreto de entre todas las que se atienden”.
La vocación mueve a estas mujeres por encima de todo lo demás. “Nos gusta lo que hacemos y sabemos la importancia de nuestro trabajo, de que estemos ahí”, cuenta Fátima.
La información es el recurso primordial con el que una mujer puede empezar a alejarse de la violencia. “El 016 es la primera puerta para salir de esa situación. Muchas veces ni siquiera han contado a nadie lo que les está ocurriendo, es un primer momento de desahogo. Aunque no vayan a dar ningún paso más, sí tienen una persona que las va a escuchar y a comprender”, narra Fátima.
15 años de cambios
El teléfono ha evolucionado con el tiempo, ha ampliado sus servicios y métodos para contactar así como los idiomas en los que atiende a las personas que llaman, que en la actualidad suman 53 lenguas. Susana explica que las operadoras están capacitadas para atender en inglés y francés, sin embargo, cuando entra una llamada en chino, por ejemplo, se contacta con traductores que se unen a la llamada y funciona como una conversación a tres bandas.
La pandemia también supuso una transformación del servicio, cuando se abrió un número por medio de la aplicación de mensajería Whatsapp. “Se puso en marcha porque no era tan fácil hacer una llamada cuando la convivencia era de 24 horas [con los agresores]”, explica Susana. Muchas mujeres contactaron a través del nuevo servicio, y ahora ya se ha instaurado como otra de las vías regulares de contacto. Este tipo de contacto, en la actualidad, se puede hacer a través del número 600000016.
El servicio también tiene a su disposición los medios necesarios para que las personas sordas, mudas o sordomudas puedan llamar a través de la aplicación Telesor.
Este desarrollo ha ido en paralelo a los cambios que España ha experimentado en legislación y sensibilización frente a la violencia de género. Miguel Lorente, médico forense y exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género entre 2008 y 2011 señala que ha cambiado hasta el propio enfoque de la violencia: ”[Antes] Se pensaba que era una situación ligada al escenario, al ámbito doméstico. Lo que se hacía era sacar a la mujer de esa situación y se la llevaba a una casa de acogida para protegerla. Con el cambio de mirada, al centrarnos en quien sufre, se actúa también sobre el agresor, que es quien genera el riesgo”.
Lorente afirma que la inclusión de los menores como víctimas, y su acceso, por tanto, a los programas de protección, también ha supuesto un avance. Desde 2003, 47 menores han perdido la vida en casos de violencia vicaria, uno en 2022.
El exdelegado pone el acento en que se haya conseguido diferenciar la violencia de género del resto de violencias interpersonales. Precisamente esa diferenciación es la que explicaría que durante el confinamiento, a pesar del aumento de llamadas al 016, los asesinatos de mujeres experimentaran una reducción. “El objetivo de la violencia machista no es la muerte sino el control sobre la mujer. Cuando está controlada, el agresor no necesita aplicar más violencia”, explica. El confinamiento, en este aspecto, fue la clave: “Generó ese control con la limitación de la movilidad”.
Por contra, a pesar de los avances, y que España es un “referente” a nivel internacional, Lorente advierte que se han reabierto debates sobre la diferenciación de la violencia que pueden suponer un retroceso. Para el médico, el culpable de ese riesgo es claro: el negacionismo de la violencia de género por parte de la de la ultraderecha, encarnado en Vox.
Negar la realidad de la violencia
“Mucha rabia”. Eso es lo que Fátima y las trabajadoras del 016 sienten cuando se dan de bruces con declaraciones o titulares de responsables políticos que niegan o matizan la violencia de género como una ideología con objetivos espurios. “Da frustración al ver la cantidad de violencia que hay, entran llamadas constantemente, que alguien sea capaz de negar una realidad que está tan claramente expuesta... Lo vemos todos los días en las noticias y nosotras [las trabajadoras del 016] constantemente”, sentencia la coordinadora.
En los últimos años, el negacionismo se ha instalado en el tablero político aupado por la ultraderecha. Sin ir más lejos, este martes un concejal de Vox, Juan María Rivas, de Albuñol (Granada) afirmó que la mujer asesinada a tiros por su pareja en esa localidad “tenía tanta culpa como él”.
Estas posturas, para Lorente, lo que hacen es “negar una verdad incómoda”: “En realidad el negacionismo lo que hace es ‘afirmacionismo’, niega para afirmar aquello que le interesa”. El objetivo sería el “fortalecimiento” de un sistema en el que los hombres tienen privilegios. “Tú niegas aquello que cuestiona tu modelo para reforzarlo”, concluye Lorente.
Los datos demuestran que no es un discurso inocuo. Estas ideas que calan principalmente entre los jóvenes: el 20% considera que la violencia de género es un “invento ideológico”, un pensamiento más frecuente entre los varones. Si el 57% de las mujeres habían sufrido violencia en algún momento de sus vidas según la macroencuesta de Igualdad, en el caso de las jóvenes de entre 16 y 24 años ese porcentaje se dispara al 71,2%.
Susana asegura que al 016 llaman muchas chicas jóvenes con dudas porque sus parejas les obligan a estar localizadas todo el tiempo o a decirles qué hacen a cada rato, pero no saben hasta qué punto eso es violencia. “Si no sientes que estás bien, ese ya es el primer paso para tomar conciencia”, insiste Susana.
Este tipo de situaciones se perciben con pesar. “Nos llegan muchas llamadas de chicas jóvenes en situaciones terribles con sus parejas y es muy doloroso ver que en vez de avanzar lo que estamos haciendo es retroceder”, sentencia Fátima.
Los momentos de más llamadas
El número de llamadas y los momentos en los que se reciben “varían mucho” de un día para otro, cuenta Susana, pero hay factores que influyen: “Cuando hay algún caso de violencia de género que sale en los medios y aparece el 016 en pantalla, se suelen recibir más llamadas”.
Los medios influyeron en la puesta en marcha de los avances en políticas de protección, prevención y lucha contra la violencia de género, según Lorente: “Desde 1997 cuando Ana Orantes fue asesinada, sufrimos un shock y la sociedad y el feminismo reaccionaron, se produjo un cambio y un aumento del interés en la política por acercarse al problema y buscar soluciones específicas y no paliativas”. Ana Orantes fue quemada viva por su marido semanas después de denunciar públicamente en un programa de televisión el maltrato al que la tenía sometida.
La situación ha dado un giro de 180º. En la actualidad, cada vez que se informa de un caso de violencia machista, en las televisiones, radios y periódicos también se muestra cómo contactar con el 016. Una muestra del cambio en la difusión de medios de apoyo ante un problema social que implica a toda la población.
En esa línea, hay muchas evidencias de que los medios influyen en la percepción y búsqueda de salidas a la violencia. Un ejemplo reciente y claro fue el aumento de llamadas al 016, a raíz de la emisión del programa en el que Rocío Carrasco expuso el maltrato que sufrió durante años. Las llamadas se dispararon un 61% con respecto a mes anterior.
Hay que redoblar los esfuerzos para prevenir la violencia, según Lorente, por ejemplo, por medio del sistema sanitario, donde acuden “el 100% de las víctimas”.
También es necesario que tengan toda la información disponible y que sepan que, sea cual sea el grado de violencia que sufren, existen herramientas y medios para hacerle frente. Ante cualquier duda, hay 35 mujeres que están permanentemente dispuestas a disiparlas.