En qué se diferencia el voto nulo del voto en blanco
Cada una de las opciones tiene una motivación diferente y tiene un impacto distinto en el proceso electoral.
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Las elecciones municipales y autonómicas se encuentran muy próximas y las dudas acerca de cuál es la mejor opción a la hora de votar se acentúa a medida que se acerca la fecha. Si aún no lo tiene claro, el test del 28M puede hacer que se decante por una u otra opción.
En el caso de que la idea que más ronde su cabeza sea la de no votar a ningún candidato, tiene tres posibles opciones: votar en blanco, votar nulo o abstenerse, y aunque pueda parecer lo contrario, cada una presenta diferencias entre sí y tendrá un impacto distinto en los resultados finales.
Voto en blanco
El caso del voto en blanco presenta unas diferencias muy claras respecto a las otras dos opciones, ya que tiene una incidencia directa en los resultados, algo que no ocurre con las otras dos.
Para llevar a cabo esta posibilidad solo se necesita un sobre vacío, que se introducirá directamente en la urna. Este voto contará como válido y por lo general suele favorecer a los partidos mayoritarios, ya que, en caso de haber un gran número de votos en blanco, el porcentaje de votos para conseguir representación parlamentaria aumenta, algo que va en detrimento de los partidos que tienen menor peso en el panorama político.
Todo esto se debe al sistema electoral vigente en España: la Ley D'Hont, cuyo funcionamiento es distribuir los escaños con el método "de la media mayor".
Voto nulo
Su mayor diferencia con respecto al voto nulo y por consiguiente, mayor semejanza con la abstención, es que no tiene ningún tipo de impacto real en el resultado electoral. Un voto se considera nulo cuando hay algún aspecto irregular dentro del sobre: una papeleta que tenga el voto mal señalizado -por ejemplo, elegir varias opciones en la papeleta- o, un episodio que se repite mucho en cada elecciones: introducir cualquier tipo de objeto ajeno a una papeleta.
No son pocos los casos de gente que, en señal de protesta con el sistema, los candidatos o cualquier aspecto electoral o político, introduce cualquier tipo de objeto que una vez se inicia el recuento, se viraliza por lo peculiar u original que pueda ser. Fotos, cartas, incluso comida, suelen encontrarse en los sobres que se hallan en la urna. En cualquiera de estos casos, se considerará nulo y no tendrá incidencia en ningún aspecto del proceso electoral.
Abstención
Si no le convence ninguna de las otras dos opciones, siempre le queda la abstención. Esta opción supone directamente alejarse de todo cuanto tenga que ver con las elecciones. A diferencia de los otros dos, la abstención ni siquiera implica acudir al colegio electoral, ya que significa no votar.
Como ocurre con el voto nulo, no tiene ningún tipo de impacto en el desarrollo electoral. Dentro de la abstención se pueden detectar dos tipos de corrientes: por un lado, la abstención política racional, que no acude a votar por l
Esta acción electoral es aquella en la que el votante directamente decide no acudir al colegio electoral y estos votos tampoco se contabilizan, ni influyen en el resultado electoral. Existen dos tipos de abstención, por un lado, la abstención política racional y por otro, el abstencionismo apático. La primera se refiere a aquella en la que se expresa de manera simbólica un rechazo hacia el espectro político actual ya sea por desilusión o enfado con el sistema y la segunda, es un caso totalmente opuesto y se da cuando existe un total desinterés por la política.