UBS acuerda la compra de Credit Suisse por 3.000 millones de euros
La operación, cerrada tras un fin de semana de intensas negociaciones, supone el nacimiento de un nuevo gigante de la banca europea.
El banco suizo UBS ha alcanzado un acuerdo para adquirir Credit Suisse a cambio de 3.000 millones de euros con el aval del Gobierno suizo. La operación que fusionará a los dos mayores bancos del país se ha acordado en un fin de semana de intensas negociaciones entre los dos bancos, el gobierno, el banco central y la entidad reguladora, según adelantó este domingo el diario Financial Times.
Como parte del acuerdo, las partes involucradas habrían acordado una modificación de la legislación para evitar que esta decisión de compra sea sometida a voto de los accionistas de UBS.
La Confederación Suiza otorgará una garantía equivalente a más de 9.000 millones de euros para reducir los riesgos en los que incurre el banco UBS al absorber el Credit Suisse, según ha dicho este domingo la ministra de Finanzas, Karin Keller-Sutter.
Esta garantía funciona "como si fuese un seguro" y cubrirá eventuales pérdidas "de un portafolio muy específico" del Credit Suisse y únicamente si estas pérdidas superan un umbral que la ministra no ha precisado.
Keller-Sutter ha indicado que la quiebra de Credit Suisse "hubiese tenido consecuencias irreparables" no sólo para Suiza, sino para la banca en el resto del mundo y que por esta razón "asumimos responsabilidades que van más allá de nuestras propias fronteras".
Una gestión deficiente, escándalos y litigios
Hace un mes, las acciones de Credit Suisse valían 2,77 francos y hace seis meses se cotizaban en 4,64 francos, aunque en ese momento su imagen ya estaba deteriorada por los resultados de gestiones deficientes, escándalos que pusieron en duda su reputación y litigios que le obligaron a pagar millonarias multas, en particular en Estados Unidos.
Todo ello llevó a que el banco perdiera más de 7.300 millones de francos (unos 7.900 millones de dólares) en 2022, año en el que empezó a perder clientela de manera importante y experimentó salidas de colosales cantidades de dinero, en particular en el último trimestre del año.
El préstamo de más de 50.000 millones de francos que la semana pasada el Banco Nacional de Suiza aceptó hacerle para calmar los mercados —considerando que su capital y su liquidez eran suficientemente sólidos— no tuvo el resultado esperado.