"La tecnología que hay hoy en un tomate es más que la de un 'smartphone', pero no se sabe"
Entrevista con Ricardo Migueláñez, coordinador general de la iniciativa 'Si yo no produzco, tú no comes', una reivindicación "del relato del campo" ajeno a "oportunismos políticos".
Las luchas no son, únicamente, sobre los tractores. El campo se mueve para reclamar derechos, mejoras y un concepto que reconocen "haber perdido hace mucho tiempo", el 'relato'. En esa batalla cultural se enmarca una campaña mediática llamada Si yo no produzco tú no comes.
A los mandos se encuentra Ricardo Migueláñez, un "hijo de ganadero" que busca "dar a conocer la realidad de los productos que consumimos, porque se sabe de dónde viene la leche, pero no que toca levantarse a las 4 AM o todo lo que se hace por el medio ambiente o por evitar la despoblación de muchos lugares".
"La imagen del agricultor de hace años ya es historia. La gente no sabe que la tecnología que hay hoy en un tomate es más que la de un smartphone, porque para producir este alimento hay un I+D+I muy fuerte detrás", detalla. El ejemplo que pone no es casual. Llega en pleno seísmo diplomático por los ataques de la exministra francesa Segolène Royal contra el tomate español, unas palabras que ha rechazado hasta el Gobierno francés.
Ricardo Migueláñez niega la mayor sobre estas acusaciones e insiste en que esas labores de investigación e innovación "se orientan a producir, pero sobre todo a producir mejor; lo que pasa es que no se puede hacer agricultura verde con números rojos". Precisamente, otra de las 'batallas' que tiene en pie a millares de agricultores y ganaderos por España.
Los responsables no son ajenos a la politización que enmarca las crecientes protestas del sector, que abriga a cerca de millón y medio de trabajadores por todo el país. "Es que tampoco es nuevo; nosotros intentamos no contar con representantes de partidos políticos para evitar esa identificación incorrecta; de hecho, te diré que no hemos mantenido contactos con el Gobierno ni queremos ningún tipo de ayudas políticas".
"En pandemia se nos declaró sector esencial, pero en estos últimos años se nos ha atacado mucho, como colectivo y a cada uno de los trabajadores, tachándonos de cosas muy injustas, especialmente de gente que no conoce el sector, desde platós de televisión o parlamentos", lamenta el coordinador general, que enmarca ese señalamiento a lo que llama "el relato de la ciudad".
Sabedor de que sólo se habla del campo cuando hay problemas, Ricardo pone el foco precisamente en esta idea, que ve como una de las debilidades del sector, y reflexiona que "aunque las asociaciones invierten cada vez más en personal de comunicación, seguimos sin encontrar el hueco que merecemos".
En ese vacío nace Si yo no produzco, tú no comes, una campaña multiplataforma que pasa por descolgar una enorme lona en el centro de Madrid, celebrar eventos mediáticos y de acción local o procesos de activismo digital. Cuenta que la campaña "viene pensada de tiempo atrás", aunque los actuales problemas hayan multiplicado su eco. "Nunca ha sido fácil el campo, pero ahora se multiplican los problemas entre sequía, costes, burocracia, legislación... Al menos, que se nos valore todo este esfuerzo".
Siempre con un tono positivo, la intención de los ideólogos es huir de polémicas y politizaciones, como hace su coordinador general cuando se le pregunta por la actual cadena alimentaria, un proceso criticado hasta la saciedad por el sector. Para Migueláñez es "cada vez más eficiente, como también lo son cada vez más los agricultores", aunque marca unas claves a futuro.
"Todas las partes implicadas tienen un motivo y todas añaden valor al producto, desde el productor hasta el vendedor comercial, pero esa misma cadena tiene que garantizar que todos ganen lo suficiente para hacerla viable", matiza rápido.
Este ingeniero agrónomo vuelve a la pandemia y la 'esencialidad' del ámbito agropecuario. "Recordemos todos lo que pasó con las mascarillas porque aquí no había suficientes en un primer momento. Imaginemos ahora qué hubiera pasado si los alimentos hubieran tenido que venir de China...". Su despedida hace referencia a la mentada "soberanía alimentaria", otro de los riesgos que apunta el campo en su lucha y en su 'relato'.