La primavera los tipos altera: el BCE, ante la opción de desmarcarse de la Fed con un primer recorte en junio
Después de mantener por quinta vez consecutiva los tipos en el 4,5%, el organismo presidido por Christine Lagarde abre la puerta a un giro en su política monetaria, sin seguir la sombra de la Reserva Federal de EEUU.
Una reunión de abril con la mente puesta en el próximo mes de junio. El Banco Central Europeo volvió a mantener la semana pasada los tipos de interés de la zona euro en el 4,5% por quinta vez consecutiva, aunque con una novedad, las dudas existentes en el seno del Consejo de Gobierno sobre una futura reducción del precio del dinero.
Nadie esperaba sorpresas y no las hubo. El organismo presidido por Christine Lagarde continuó defendiendo la necesidad de progresar con esta política monetaria restrictiva, la más alta desde el año 2001, para tratar de alcanzar el esperado 2% de tasa de inflación en la eurozona.
Pero la reunión del Consejo de Gobierno de este jueves supuso un importante paso al hablar de un posible desbloqueo de la situación de los tipos de interés, que este jueves, el vicepresidente de la institución, Luis de Guindos, reconoció que el objetivo es comenzar un descenso más que demandado, si nada cambia.
El debate no ha surgido ahora y muchos expertos han publicado diferentes análisis sobre si la política monetaria era adecuada ante una inflación de oferta, que poco tenía que ver con las registradas en medio siglo.
Christine Lagarde ya reconoció en su conferencia de prensa que había "algunos miembros" que se habían mostrado dispuestos a bajar los tipos de interés. Algo que retrasa al mes de junio, cuando cuenten con "muchos más datos y mucha más información".
Mantiene el tipo, por el momento
Muy pocos se lanzaban a la aventura de vaticinar que, en la reunión del mes de abril, el BCE contemplaría la primera bajada de tipos de interés tras casi dos años en los que el precio del dinero ha alcanzado subidas récord.
Y el organismo de Lagarde no falló a las previsiones y decidió optar por el camino del medio y mantener los tipos por quinta vez consecutiva. Desde que el pasado 14 de septiembre, alcanzaran el 4,5%, la cifra no ha variado en estos últimos seis meses.
"Consideramos que los tipos de interés oficiales del BCE se encuentran en niveles que están contribuyendo de forma significativa al proceso de desinflación en curso", aseguró la presidenta del regulador de los bancos europeos.
Desde la autoridad monetaria justificaron que "si nuestra evaluación actualizada de las perspectivas de inflación" se cumpliera, "sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria".
Desmarcarse de la Fed
Ahora se abre la posibilidad de que el BCE dé un paso al frente, no siga los parámetros fijados por la Reserva Federal de Estados Unidos, y se convierta en la primera autoridad monetaria que baja los tipos entre las economías desarrolladas.
Todo depende de la evolución que fije la inflación y la situación económica de las próximas semanas. Algo que se podría dar si "la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria reforzase adicionalmente nuestra confianza en que la inflación está convergiendo hacia nuestro objetivo de forma sostenida".
Desde junio de 2022, el organismo que preside Christine Lagarde ha ido adoptando una política monetaria similar a la aplicada en Estados Unidos para tratar de controlar el alza de los precios, pese a que la situación no es igual que en la eurozona.
Mientras que la inflación en Europa se sitúa en el 2,4% muy cerca del 2% fijado por el BCE para comenzar a relajar las medidas restrictivas, el país norteamericano sufre una inflación que ha repuntado.
Los datos conocidos este miércoles en Estados Unidos reflejan cómo su IPC ha escalado hasta el 3,5%, cifra más alta desde la registrada en septiembre de 2023.
De hecho, algunos de los miembros que componen el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed se mostraron preocupados por un posible enquistamiento de la inflación.
Leticia Poole, profesora de Economía de la Universidad Europea de Valencia, reconoce que una bajada de los tipos, sin seguir los pasos de la Fed, provocaría una "reducción de las importaciones energéticas".
"Tiene un aspecto negativo en cuanto a que la inflación puede aumentar y la positiva es lo que los empresarios pueden importar en condiciones más competitivas", añade.
Es por ello por lo que el BCE parece estar por la labor de desmarcarse de la Reserva Federal, por primera vez en este período de subidas, y comienza a valorar una rebaja de los tipos tras el exhaustivo control de los precios en Europa.
A la espera del primer recorte
El mensaje definitivo lo ha lanzado Guindos este jueves. En su intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, reveló que "para junio, creo que tenemos ideas muy claras de lo que deberíamos hacer en nuestra próxima reunión".
"Si las cosas continúan como han estado evolucionando últimamente, en junio estaremos listos para reducir las restricciones de nuestra postura de política monetaria", apuntó, antes de defender que las proyecciones cada vez son más precisas.
Martin Wolburg, economista senior en Generali AM, señala que la decisión adoptada por la institución monetaria "era de esperar", pero destaca el lenguaje "mucho más suave respecto a la inflación" que utilizó.
El experto explica que, pese a la motivación de "algunos miembros" del Consejo de Gobierno por bajar los tipos, "la mayoría espera hasta la reunión de junio, en la que habrá proyecciones actualizadas". Todo envuelto a que "Lagarde señaló que los datos de inflación serán irregulares en los próximos meses". "El obstáculo para desbaratar el giro parece ser alto", añade.
El economista senior en Generali AM ha respaldado su previsión de un primer recorte de tipos de 25 puntos básicos para la reunión del 6 de junio. "Seguimos viendo recortes acumulativos de 100 puntos básicos en 2024", detalla.
Leticia Poole destaca el mensaje que Christine Lagarde trasladó este jueves y cree que "es muy probable" que la bajada del precio del dinero se reduzca en la próxima reunión del Consejo de Gobierno del BCE.
"No sólo porque la economía esté estancada, sino porque las economías europeas están muy endeudadas. Los altos tipos suponen un alto coste del servicio de la deuda", justifica.
Francisco Joaquín Cortés García, profesor del Máster en Gestión Financiera de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), muestra sus "dudas" sobre una posible baja del precio del dinero. "Si hay un repunte inflacionario, no va a bajar en junio", asegura.
Pero sí pone en valor lo que indica la previsión, que "se quiere dar confianza al crecimiento económico y eso pasa por bajar los tipos de interés". "Se está dañando mucho la actividad crediticia de los distintos países. Si no hay solicitudes, no hay inversión y no se estimula el crecimiento. Es el coste de control", añade.
Uno de los aspectos que Francisco Joaquín Cortes considera clave para que el BCE cambie de parecer es que "la inflación subyacente ya está alineada con al general" y cree que prolongar con esta política restrictiva "ya está haciendo un daño importante a las familias".
En el caso de que el BCE cumpla con los pronósticos y de un giro a su política restrictiva, los expertos resaltan que sería una medida con la que aumentar "el poder adquisitivo y mejorar la solicitud de crédito". "Eso tiene un impacto sobre un sector importante, el de la construcción. Todo va encadenado. Sería un buen efecto", añade el profesor de la UNIR.