Esconde a su empresa que entra en prisión y es despedido: ahora la justicia decide si es improcedente

Un trabajador que ocultó a su empresa que había ingresado en prisión ha perdido la batalla judicial para recuperar su empleo. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), según Confilegal, ha confirmado que su despido, tras ausentarse del trabajo sin justificación durante varios días, fue procedente. La sentencia, emitida el 26 de julio de 2024, ha concluido que el empleado, que prestaba servicios en el Centro de Seguros y Servicios desde 2021, no informó en ningún momento de su situación, lo que llevó a la empresa a despedirlo en septiembre de 2023.

El trabajador, que no acudió a su puesto durante varios días en agosto, alegó que no pudo hacerlo porque estaba en prisión provisional. La empresa intentó contactar con él a través de varias vías, incluyendo un burofax que nunca fue respondido. Ante la falta de comunicación, la compañía decidió finalizar su contrato aplicando el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores, que permite el despido por faltas injustificadas de asistencia.

El trabajador impugnó el despido, argumentando que su encarcelamiento debería haber implicado la suspensión temporal de su contrato, algo que, según su abogado, habría permitido su reincorporación una vez recuperara la libertad. Sin embargo, los magistrados rechazaron este argumento, subrayando que una suspensión contractual requiere que el empleado o sus familiares informen a la empresa de su situación, lo cual no ocurrió.

El fallo, que ratifica la sentencia inicial del Juzgado de lo Social Nº1 de León, destaca además que, pese a la gravedad de su situación, el trabajador mantuvo una conversación de WhatsApp con su responsable el mismo día de su detención, alegando que estaba en urgencias, pero sin mencionar su ingreso en prisión.

Finalmente, el tribunal ha desestimado el recurso y declarado el despido como procedente, cerrando el caso.