El AVE de Estados Unidos deja casi 6.000 millones de euros a España

El AVE de Estados Unidos deja casi 6.000 millones de euros a España

La primera línea de alta velocidad en EEUU: un logro significativo para la tecnología ferroviaria con firma española.

El sistema que se construirá en Texas será una réplica de la alta velocidad Tokaido Shinkansen en Japón.Hitoshi Yamada

Un acuerdo histórico. Renfe ha obtenido una concesión valorada en 5.560 millones de euros para construir la que será la primera línea de alta velocidad en Estados Unidos y que conectará las ciudades de Dallas-Forth Worth y Houston, en Texas, con una distancia de 386 kilómetros que se recorrerán en menos de 90 minutos. La ruta también contará con una estación intermedia en Brazos Valley, lo que mejorará las conexiones de la región.

Este contrato, además, se ha convertido en el primero de esta magnitud que obtiene una empresa española fuera del país, tal y como anunció en su momento el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. La adjudicación no solo destaca por su valor económico, sino también por la proyección internacional que ofrece a Renfe y a otras empresas tecnológicas españolas especializadas en sistemas de seguridad ferroviaria.

La importancia del contrato es significativa para la industria ferroviaria española. Aparte de Renfe, otras compañías como Llalco Fluid Technology, especializada en sistemas para prevenir accidentes, podrán beneficiarse del crecimiento del sector en EE.UU. Aunque el país cuenta con una industria ferroviaria avanzada, aún carece de líneas de alta velocidad.

Renfe será responsable también del diseño y la construcción de la línea, con la fecha de finalización prevista para 2026. Después de este período, la empresa española también se encargará del mantenimiento hasta 2042, garantizando su operatividad durante 16 años. Aunque Renfe no intervendrá en los trabajos de ingeniería ni proporcionará trenes, se encargará del asesoramiento y la explotación de la infraestructura. Hasta ahora, se ha establecido un preacuerdo con Texas Central Partners, un consorcio privado que asumirá la construcción y operación de la línea en EE.UU.