Dos de cada tres españoles cree que tener un empleo de calidad depende más de los contactos que del mérito
La encuesta de 40dB de la Cadena SER y 'El País' señala además que la misma cifra de ciudadanos apoya la reducción de jornada laboral a 37,5 horas.
Los contactos, los conocidos, los enchufes. Eso es lo que más influye a la hora de encontrar un trabajo y no los la formación y la experiencia, el mérito. Es lo que cree la mayoría de los españoles, según se extrae de la encuesta de 40dB para la Cadena SER y El País, que en su entrega de este lunes analiza la percepción que se tiene sobre el mercado laboral en España.
Hay una segunda conclusión importante que surge de estas entrevistas: también dos de cada tres españoles apoyan la reducción de jornada laboral a 37,5 horas, un respaldo similar al recorte hasta las 32 horas.
En concreto, el 64,9% de los españoles cree que la llamada "cultura del enchufe" funciona mejor que la cualificación de cada cual, da igual el tramo de edad en la que se consulte. Eso ayuda a que la desafección laboral haya aumentado casi 11 puntos en apenas cuatro generaciones. Los más jóvenes son los que más insatisfechos se encuentran con sus puestos de trabajo, indica el sondeo.
Salvo quienes están cerca de la jubilación, las tasas de desconfianza hacia la cultura laboral aumentan con la edad, dice la encuesta: asplastante entre los más maduros, hasta el punto de que el 68,5% de quienes tienen entre 43 y 58 años piensan que el enchufe es la vía de obtener un buen empleo, frente al 66,5% de la generación millennial (de 27 a 42 años) y con una tasa ligeramente inferior, aunque mayoritaria del 63,4% de la generación más joven, la generación Z (hasta 26 años).
La percepción del mercado laboral es la de que "reina la explotación de los trabajadores", afirma La SER. En concreto, el 76,9% de los empleados considera que el abuso del trabajador es bastante o muy frecuente, una percepción que aumenta entre los trabajadores no cualificados, frente a los empresarios que apenas la consideran común en el 16% de los casos.
Los empleados admiten también que algunos trabajadores cometen fraudes, aunque si el 76,9% considera que hay explotación de los trabajadores, apenas el 58,8% (casi 20 puntos menos) considera que los fraudes de los empleados son frecuentes. Lo que sí está extendida entre todos los empleados es la percepción de que muchos de sus colegas solo cubren el expediente. De hecho, más de la mitad de los españoles piensa que la otra mitad trabaja "lo mínimo para que no le echen". En concreto, el 57,4% de los encuestados opina que otras personas en sus puestos de trabajo.
Sobre la jornada laboral, los que más apoyan esta medida son los jóvenes y el electorado progresista, pero también destaca el escaso rechazo en los partidos de la oposición. Solo un 24% de los votantes de PP y un 29% de los de Vox reniegan del recorte de dos horas y media de trabajo a la semana.
Sobre el global de la población, el 34% cataloga el recorte de jornada a 37,5 horas como muy positivo y el 32% como bastante positivo. Más allá de estos dos tercios de apoyo claro, hay otro 19% a mitad de camino, que no lo cataloga ni como positivo ni como negativo. Solo hay un 5,8% que lo considera bastante negativo y un 5,6% que lo ve muy negativo.
Al discernir por clase social también hay diferencias reseñables: el apoyo va cayendo cuanto menor es el poder adquisitivo. Entre las personas de clase alta o media alta recibe un respaldo del 69%, entre las de clase media un 67% y entre las de clase media baja o baja, un 62%. Es habitual que las personas con menos recursos no consigan trabajar tantas horas como les gustaría, condenadas a una parcialidad involuntaria que reduce sus posibilidades.
Ante la deseada semana de cuatro días el sondeo dice que, de momento, irrumpe tímidamente en España. El 66% considera muy o bastante positiva esta posibilidad, un 15% ni positiva ni negativa y un 14% muy o bastante negativa. Apoyo de hasta el 77% en el caso de los votantes de izquierda.
Las ideas asociadas por la población a este recorte de jornada son buenas: un 78% cree que mejoraría la conciliación entre la vida laboral y la personal, un 74% que mejoraría la salud física y mental de los trabajadores, un 67% que impulsaría el consumo al haber más tiempo libre, un 61% que aumentaría la productividad en el trabajo y un 59% que ayudaría a disminuir el paro. Son mucho menores las proporciones que mencionan problemas relacionados con esta política. Un 37% cree que perjudicaría a las empresas y un 33% que supondría un freno al crecimiento económico.