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Desregular y unificar, las claves de la hoja de ruta de la UE para competir con EEUU y China

Desregular y unificar, las claves de la hoja de ruta de la UE para competir con EEUU y China

La "Brújula de Competitividad", presentada hoy por Von der Leyen y con planes para los próximos cinco años, busca una mayor autonomía a base de productividad e  innovación. Gusta a las empresas, pero enciende a sindicatos y partidos verdes. 

Ursula von der Leyen y Stephane Sejourne, en la rueda de prensa de hoy en Bruselas, presentando la Brújula de Competitividad.OLIVIER HOSLET / EPA / EFE

"La estrella polar", "la hoja de ruta", "el mapa claro", "la terapia de choque", "la doctrina económica", "la guía definitiva". Muchas etiquetas para definir un mismo documento, la Brújula de Competitividad (Competitive Compass) que la Comisión Europea (CE) ha presentado este miércoles en Bruselas y que tiene una meta clara: poner a la Unión primero y competir con Estados Unidos y China sin quedarse relegada. Sus herramientas, la desregulación y la unificación, con las que espera ganar en productividad, innovación y autonomía. Un reto ilusionante, dicen, pero también mayúsculo. 

El documento, de 27 páginas y 30 medidas y explicado por la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen -cuya neumonía de diciembre había retrasado el acto-, reconoce que es el tiempo de pasar a la acción y avisa de que los próximos cinco años son determinantes para el futuro de la Unión. Con Donald Trump ya en la Casa Blanca, anunciando guerra comercial con Pekín y con la propia Bruselas, es hora de poner a los Veintisiete en su sitio con una mezcla de proteccionismo y de flexibilidad. El problema es que con este viraje se abandona parte de la agenda verde que tanto había costado forjar. Los empresarios, contentos. Los sindicatos y partidos progresistas, menos. 

"Si miras los últimos 20 o 25 años, nuestro modelo de negocio se ha basado básicamente en trabajo barato de China, supuesta energía barata de Rusia y una externalización parcial de las inversiones en seguridad. Estos días se han acabado", ha enfatizado la alemana esta tarde, en la presentación del documento.

En este Europe First, se apuesta por una reducción "sin precedentes" de la burocracia para impulsar la tambaleante economía del bloque en esta legislatura recién comenzada y también exige una "coordinación" económica más profunda entre las instituciones de la UE, los estados miembros y las empresas privadas. Se pretende cerrar la brecha de innovación de la UE con sus competidores, establecer una senda para aunar descarbonización y competitividad, y reforzar la seguridad económica del bloque, según avanzó Von der Leyen.

El corte es marcadamente conservador pero el comentario más repetido en la capital europea es que a Trump hay que mantenerle el pulso con sus mismas armas y, soportado el envite, hacer también apuestas propias más diferenciadas y ambiciosas. 

"Si miras los últimos 20 o 25 años nuestro modelo de negocio se ha basado básicamente en trabajo barato de China, supuesta energía barata de Rusia y una externalización parcial de las inversiones en seguridad. Estos días se han acabado"
Ursula von der Leyen

El mantra de la Comisión, que empapa todo el texto, es "simplificar y acelerar". Pide un "nuevo enfoque" de la política de competencia de la UE para alentar a las empresas a escalar, y una integración más profunda de los "fragmentados" mercados de capital del bloque. También propone "una alineación más estrecha entre los sectores público y privado" para enfrentar las crecientes amenazas a la infraestructura digital y física de la UE, una "preferencia europea" en las licitaciones de contratos públicos en sectores estratégicamente críticos y una "plataforma" común de la UE para facilitar la compra conjunta de materias primas igualmente críticas.

Ya se han recibido recibido 170 proyectos de explotación o investigación minera –que a menudo enfrentan una notable oposición local por sus impactos ambientales– y la CE se ha comprometido a "facilitar" la emisión de permisos para diversificar la oferta. La brújula prevé la creación de una plataforma para la "compra conjunta" de materias primas críticas (ahí son claves los recientes acuerdos con Mercosur) y el desarrollo de asociaciones internacionales para fortalecer las líneas de suministro de tecnologías verdes, como la energía solar y eólica, los chips y los ingredientes farmacéuticos. También se menciona una "preferencia europea en materia de contratación pública" para sectores y tecnologías críticos.

El principal empeño de la búsqueda de la inversión pública y privada es llegar a los 800.000 millones de euros en inversiones adicionales anuales que se calculan necesarios para competir a escala global, por lo que buscará dar un impulso a la Unión de Ahorro e Inversión, la antigua Unión de Mercados y Capitales que nunca acabó de cristalizar, que cambia de nombre pero tiene un propósito similar: atajar una de las principales "barreras" al crecimiento de las empresas europeas.

"Sin un cambio urgente de marcha y enfoque, el futuro de la UE como potencia económica, destino de inversiones y centro manufacturero está en juego", afirma el documento, y añade que "el riesgo de desindustrialización y dificultades económicas" desempeñaron un papel influyente entre los votantes en las elecciones europeas de junio pasado.

La carga regulatoria de las empresas se aliviará con la introducción por parte de la Comisión del Ómnibus de Simplificación, que se debe aprobar el 26 de febrero, un paquete legislativo que propondrá una "simplificación de gran alcance" en una variedad de áreas y ayudará a reducir las "solicitudes excesivas de informes" que experimentan las empresas más pequeñas. Hay un problema que conocemos muy bien en España estos días: no gusta a todos la vía por la que se quieren aprobar estas medidas, vía Ómnibus, con un paquete que lleve de todo y se vote a la vez. Hay quien prefiere que se hagan varias leyes generales y se lleven al Europarlamento, partidas. Queda mucho debate al respecto. 

El documento también pide un régimen regulatorio "a medida" para las llamadas mid-caps, o empresas que son más grandes que las pequeñas y medianas empresas (PYME), pero más pequeñas que las grandes multinacionales, una nueva categoría por la que ha peleado mucho Francia, así como un 28º régimen legal o jurídico especial para las empresas activas en varios estados miembros, para permitir que las empresas innovadoras se beneficien de un "conjunto único y armonizado" de normas sobre insolvencia, derecho laboral e impuestos.

También se afirma que la Comisión adoptará las "medidas necesarias" para cumplir su promesa de reducir las obligaciones de información en un 25% para todas las empresas privadas (y en un 35% para las pymes). "La simplificación debe basarse en una comprensión del funcionamiento práctico de las cadenas de valor y en un sistema regulatorio basado en la confianza y los incentivos, más que en un control detallado", se añade, negro sobre blanco.

La Comisión también propondrá una nueva Herramienta de coordinación de la competitividad que ayudará a los Estados miembros a cooperar en proyectos de interés estratégico común, señala el texto filtrado días antes por la prensa comunitaria.

Reiterando una propuesta mencionada por Von der Leyen antes de su reelección como presidenta de la Comisión en julio, también propone la creación de un Fondo de Competitividad especial en el próximo presupuesto de la UE de siete años, para impulsar la inversión en inteligencia artificial, espacio, tecnología limpia y biotecnologías.

En el sector financiero, la CE buscará "desbloquear la financiación bancaria" intentando "reactivar" el mercado de titulización del bloque. También recomienda "medidas ambiciosas" para una "supervisión mucho más unificada", la eliminación de obstáculos fiscales a la inversión transfronteriza y una consolidación más "impulsada por el mercado" de los mercados de valores, bolsas y fondos. 

La UE quiere que su organismo de control de la competencia tenga en cuenta las enormes necesidades de inversión de las empresas tecnológicas al evaluar las fusiones, que ahora pueden también ser más veloces. Por el momento, la atención se centra en el posible impacto sobre los precios, que dificulta la creación de gigantes europeos, cuando todos tenemos grandes nombres de macrofirmas en EEUU o China. Aunque en Europa se cuenta con una moneda única, que es una herramienta de primer orden para crear estas superempresas, no se pueden igualar las formidables campañas de recaudación de fondos de las que disfrutan sus competidores estadounidenses.

Frente a ese dopaje, hoy inigualable, se prevén ahora "nuevas directrices para evaluar las fusiones, de modo que se tengan plenamente en cuenta la innovación, la resiliencia y la intensidad inversora de la competencia en determinados sectores estratégicos", dice la CE. Como botón, se reconoce que Pekín "ha ganado la carrera en el liderazgo por determinadas tecnologías verdes", por ejemplo. 

Igualmente, se recomienda facilitar acuerdos de compra de energía a largo plazo e impulsar la inversión en la red energética para mejorar la transmisión y el almacenamiento. "Una ayuda específica y simplificada" fomentará la descarbonización industrial y la prioridad será ecologizar los "100 principales sitios emisores de CO2", que por sí solos representan más de la mitad de las emisiones industriales de Europa.

El plan también prevé la creación de etiquetas para estimular la demanda de productos con bajas emisiones de carbono, como el acero "verde" , muy apreciado por Bruselas pero que tiene poca demanda debido a sus costes prohibitivos. Se elaborarán, también, planes específicos para sectores en dificultades, como el químico, el siderúrgico y el automovilístico, al igual que habrá una nueva ley de economía circular.

Cada paso, claro, hay que darlo con dinero, por lo que la brújula contempla una reorientación del presupuesto para satisfacer todas las necesidades de financiación. Lo que no se incluye es una deuda común, por más que la estén reclamando incluso Estados que siempre han sido más dogmáticos en materia de austeridad, como Dinamarca y Finlandia. En su caso, la preocupación es defensiva, por encima de todo. 

La filosofía y el argumentario

Estas apuestas de Von der Leyen y su equipo suponen poner en práctica las recomendaciones de dos informes encargados por la CE y que a finales del año pasado ya pusieron las luces en la pista de despegue, si los líderes querían tomar nota. Son los llamados informes Draghi y Letta, elaborado el primer por el exprimer ministro italiano Mario Draghi y el segundo, por uno de sus predecesores en ese cargo, Enrico Letta.

Ambos exmandatarios italianos urgieron a los Veintisiete a movilizar inversión pública y privada, potenciar sectores estratégicos -como telecomunicaciones, energía, chips o inteligencia artificial- y diversificar suministros si quieren ser capaces, no solo de atajar la brecha con otras potencias, sino de mantener su propia agenda en materia de clima o bienestar social, por ejemplo.

Los problemas de suministros durante la pandemia, la crisis energética a raíz de la guerra en Ucrania y los ingentes programas de subsidios de Pekín y Washington han impulsado en los últimos años una carrera por la competitividad europea aún más relevante tras el regreso de Trump, que augura un recrudecimiento del proteccionismo y unas relaciones transatlánticas más tensas.

Federico Steinberg, investigador principal del Real Instituto Elcano, ha analizado lo que se puede esperar de una segunda temporada de Trump y justo explicaba que habrá más aranceles para Europa, puede que tan pronto como en marzo o abril. "Para él, la Unión es un rival comercial y no un aliado geopolítico, lo que seguramente llevará a la eliminación del Trade and Technology Council, que ha servido como foro de diálogo económico transatlántico durante los últimos cuatro años, así como a relaciones mucho más tensas tanto con Bruselas como con Berlín", indica. 

"En este contexto, sería importante que la Comisión Europea adoptara un tono transaccional con Trump, poniendo sobre la mesa lo antes posible una oferta comercial que evite que Washington imponga los aranceles". Por ahí va la nueva brújula. 

También la reciente atención de la Comisión al cambio climático, con un Pacto Verde acordado en la pasada legislatura, y la ética empresarial ha llevado a muchas empresas a quejarse de una regulación excesiva que agrava los altos costos de la energía y las inversiones débiles. El vicepresidente de la Comisión, Stéphane Séjourné, el galo responsable de Mercado Interior, ha prometido "un shock de simplificación sin afectar a los objetivos medioambientales", pero no convence a las fuerzas más progresistas, que temen que en el desarrollo del plan se recorten las normas sobre estándares ambientales y de derechos humanos en las cadenas de suministro, los informes sobre sostenibilidad corporativa y la seguridad química, entre otros. El comisario no cede: "Esta estrategia se resume en tres palabras: competitividad, competitividad, competitividad". Es el leitmotiv.

Von der Leyen dijo en el Foro de Davos de la semana pasada que el bloque debe "continuar diversificando nuestros suministros de energía" y "expandir fuentes limpias de generación", incluida la energía nuclear, que una vez fue un tabú en Bruselas. Desde luego, no ahora. Hay que invertir más en tecnologías verdes y en la modernización de la infraestructura eléctrica; así como diversificando sus suministros, ha explicado la alemana. 

En este sentido, Bruselas ya ha anunciado que en los próximos meses presentará una Ley de Industria Limpia, planes para sectores concretos como el del acero o el automóvil, o un Fondo de Competitividad.

Las iniciativas de la Brújula de Competitividad tendrán que plasmarse después en propuestas legislativas concretas que, en la mayoría de casos, deberán ser negociadas entre los Estados y la Eurocámara para salir adelante. Puede que no sea sencillo, en un hemiciclo con enorme presencia de la ultraderecha nacionalista que justo pide menos Europa y con el enfado de grupos como el Verde, que apoyó a Von der Leyen en su investidura y ahora lamenta que olvide lo que ella misma ayudó a aprobar hace menos de un año. 

La apuesta queda hecha. Ahora viene el consenso y la acción. 

MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciada en Periodismo y especialista en Comunicación Institucional y Defensa por la Universidad de Sevilla. Excorresponsal en Jerusalén y exasesora de Prensa en la Secretaría de Estado de Defensa. Autora de 'El viaje andaluz de Robert Capa'. XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla.