Habla el tío de Rubiales: "Siempre ha sido un hombre con un claro tinte machista, con actitudes propias de Torrente"
Juan Rubiales, tío y antigua mano derecha de Luis, denuncia que en la famosa 'fiesta de Salobreña' había "chicas de 18 años que podían ser sus hijas" y aclara cómo fue la 'ruptura' entre ambos.
Los acontecimientos, las críticas, los titulares se suceden a un ritmo rara vez visto en el deporte español. El 'caso Rubiales' ha sido el último escándalo del ya suspendido presidente de la RFEF, pero ni mucho menos el único. A sus espaldas, junto a varios logros, Luis Rubiales colecciona polémicas de todo tipo. Una de ellas viene de la fiesta en un chalet de Salobreña (Granada), denunciada inicialmente por su tío y antiguo jefe de Gabinete, Juan Rubiales, que ahora ha 'tirado de la manta'.
En sendas entrevistas para El Mundo y El Confidencial, Juan Rubiales denuncia haber afeado a su sobrino la presencia de niñas muy jóvenes en aquel sarao, que el mandatario intentó justificar como "reunión de trabajo con algún momento de descanso". Entre esos momentos, recuerda el tío, había "chicas de 18 años que podían ser sus hijas", como le comentó personalmente en aquella casa.
El familiar reconoce que las imágenes del beso "no me sorprendieron pero sí impactaron" porque "Luis siempre ha sido un hombre con un claro tinte machista, muy arrogante, con actitudes propias de Torrente".
También recuerda cómo se produjo la ruptura de lazos, profesionales y humanos, entre tío y sobrino. "El primer desencuentro se produjo cuando me dijo que nunca más le llamara 'Luis', sino 'presidente', y me dejó claro que él no se equivocaba porque era el máximo responsable. Que, en todo caso, me equivocaba yo porque era un empleado. A partir de ese momento le empezamos a llamar 'Kennedy'", empieza comentando.
Pero el gran problema llegó tiempo después. "Durante la última conversación que tuve con él me dijo: 'tío, tenemos que buscar la fórmula para que a mi padre le llegue dinero todos los meses desde la RFEF'. Le contesté que no iba a participar en eso y le dije '¿de qué vas?'. Me contestó: 'Vete de aquí que no te quiero ni ver. Ya sé de qué vas", rememora para El Mundo.
Antes de que ambos 'rompiesen' llegó la famosa 'fiesta de Salobreña' que investiga la Fiscalía, precisamente por su confesión. Una cita montada como 'reunión de trabajo', apunta, pero que a su llegada al sitio le sorprendió. "Allí no había reunión de trabajo ni nada. Uno de esos días, me dijeron: 'Esta tarde hay una fiesta y van a venir unas chicas'. Y efectivamente, Nené (exjugador del Granada y amigo de Luis Rubiales) trajo a ocho o diez chicas. Cuando llegaron y vi aquello, le dije '¡te has vuelto loco, tienen 18 años, podrían ser tus hijas!', y me encerré en una habitación".
"Eran 'chicas de imagen', chicas a las que se les paga un dinero por participar en una fiesta y ambientar. A partir de ahí, lo que sucede, sucede. Llegaron sobre las cinco de la tarde y se fueron a las diez de la noche", añade, preguntado sobre si eran o no prostitutas.
Y de Salobreña al viaje a Nueva York, otra cuestión de actualidad jurídica por el supuesto uso de fondos de la federación para un evento privado, sentencia. Sobre este hecho rememora que "Luis se enamoró de una chica y planteó un viaje a Nueva York a verla. Me dijo que íbamos a tener allí unas reuniones muy importantes y que era importante que yo fuera. Fue un viaje de amor de cinco días. Nos dio instrucciones de lo que teníamos que decir por si preguntaba la prensa".
Un cúmulo de escándalos hasta un final abrupto, aún a expensas de lo que decidan el TAD y el CSD, Jenni Hermoso y la FIFA, en una multiplicidad de frentes contra él. Como confiesa a El Confidencial, quien fue su mano derecha "nunca imaginé que iba a terminar de esta manera tan esperpéntica, y esta especie de sainete berlanguiano. Ahora, ¿que sabía que tarde o temprano iba a caer? Sin duda alguna".