En el corazón de la primera Copa del América femenina 173 años después: "Ya era hora de un cambio"
Dos de las integrantes del Sail Team BCN español, la entrenadora, Mónica Azón, y la copatrona, Silvia Mas, explican a El HuffPost los pormenores de una cita histórica en Barcelona y en plena revolución tecnológica y de producto de la competición internacional más antigua del mundo.
"¿Que si es justicia deportiva o social? Lo que es, sobre todo, es que ya era hora de un cambio 173 años después". La voz de Silvia Mas suena fuerte al otro lado del teléfono. Ideal para una regatista de 28 años llamada a ser una de las patronas del pionero barco español que abrirá la primera Copa del América de vela femenina, el Sail Team BCN.
Porque la competición internacional deportiva más antigua del mundo adquiere en 2024 una nueva dimensión, con el estreno de una división para mujeres, que se suma a un programa que ya incluye otra disciplina para menores de 26 años. Todo, en plena revolución 'tecnológica y 'de producto' de la llamada en verdad Copa del América (aunque normalizada como Copa América) revitalizada con unas embarcaciones "hechas para volar, no para navegar", los AC40 para juniors y mujeres y los AC45 para hombres. La clave, unas hidroalas llamadas 'foil' que permite impulsarse por encima del agua a unos 45 nudos —83 kilómetros—, nada que ver con las embarcaciones tradicionales.
En esa batalla entre tradición y modernidad hacia "los nuevos públicos", queda un encendido debate, como admiten a El HuffPost tanto Mas como Mónica Azón, entrenadora de la embarcación española. Ambas, con pasado olímpico, forman parte de una tripulación que completan Neus Ballester como patrona y María Cantero y Paula Barceló como trimmers, encargadas de las velas.
"Que nadie se confunda, la vela tradicional no va a desaparecer y seguirá siendo la base de todo, pero el foil va a crecer más y más", expone Azón. Es consciente de que esta modaliad "ya es una realidad en las competiciones, incluso en los Juegos, pero también en las playas, en el día a día y Copa América está apostando por un producto más atractivo a nivel de dinamismo, de velocidad, de cobertura mediática...". Se suma su pupila, consciente de que "críticas ya hay, como en todo cambio en la vida, pero yo creo que esto va de adaptarnos a los tiempos; claro que no va a desaparecer la vela tradicional, esto va en paralelo".
Frente a las críticas, ambas coinciden en que la innovación permite la presencia de la mujer, porque "si bien no había una categoría exclusivamente masculina, la exigencia física era tan extrema que apenas había oportunidad para incorporar a mujeres a los equipos. La nueva tecnología facilita la inclusión. Y da la oportunidad de que las mujeres puedan alargar su trayectoria más allá de la vela olímpica", verbaliza Mónica Azón.
En un discurso que comparten patrona y entrenadora, esta última se muestra segura de que "la Copa América femenina ha venido para quedarse y de hecho creo que su evolución pasará por mantener la edición femenina un tiempo y ya en un futuro posterior no me extrañaría que haya espacio para embarcaciones puramente mixtas".
Ese horizonte aún no se contempla, pero sí un tiempo actual en el que las dudas son la tónica. Ante un barco "que es nuevo para todos", los trabajos se limitan a "mucho análisis técnico y simulador", como reconocen. De hecho, la técnica catalana no duda en autodefinirse "más directora deportiva que otra cosa, porque me ha tocado gestionar de todo (risas)". "Hasta ahora mi labor ha sido ayudarles a encontrar especialistas, facilitar entrenamientos con el simulador, no tanto una labor de conocimientos, porque el AC40 es algo nuevo, pero sí transmitir mi experiencia como regatista y técnica", aclara.
A días de subirse al barco, Silvia Mas confiesa sus ansias, por ahora calmadas con "mucho simulador". El concepto puede sonar extraño a los ajenos al mundo náutico; por ello, la regatista lo compara "con los aviones, que tienes que hacer muchas horas de simulación para conocer bien todos lo necesario".
"La Copa América es lo último de lo último a nivel tecnológico. Piensa que estos barcos son tan complejos que no hay otro similar en el mundo. Y que vas a unas velocidades tan altas que no puedes subirte de primeras. Por muy campeona del mundo que seas tú no llegas el primer día y navegas, hay que hacer un trabajo de simulador previo", reconoce.
Ese momento se acerca. Tras finalizar la competición juvenil, también con representación española, las participantes comenzarán los entrenamientos oficiales el 28 de septiembre, apenas unos días antes de que comience "lo serio", la pura competición, prevista entre el 5 y el 13 de octubre. Un 'mar' de incógnitas para las 12 embarcaciones participantes, seis naciones que ya participan en la Copa América masculina (Nueva Zelanda, Gran Bretaña, Suiza, Francia, Italia y EEUU) y otras seis invitadas (España, Alemania, Países Bajos, Canadá, Suecia y Australia).
Entre tanta incertidumbre, cabe preguntarse qué aspiraciones reales se plantea el Sail Team BCN. "Yo te diría que tanto en mujeres como en junior, las expectativas españolas son pasar la fase de grupos. A partir de ahí, meternos en la final sería un regalazo", explica Azón. Como responsable del proceso selectivo para definir la composición del equipo, admite que "en mujeres contamos con un currículum de regatistas más alto, pero como las embarcaciones son tan nuevas que todo se iguala". Mas mira a un horizonte similar, pese a ser consciente de que "somos un equipo pequeño, y de hecho llegamos sin barco propio y hemos hecho casi todo con simulador".
Los 12 participantes se dividen en dos grupos de seis (uno para los países que compiten en Copa América masculina y otro con los invitados), de los que clasificarán los mejores tres de cada grupo tras un total de ocho regatas. En las series finales se disputarán cuatro regatas de las que saldrán los dos clasificados para la Match Race Final, una regata única que decidirá el vencedor de una cita llamada a hacer historia.
Orgullo y prejuicio(s)
Ocurra lo que ocurra, el foco está en Barcelona y con alto peso español. Mónica Azón celebra como una primera victoria patria que "una marca española, catalana, como es Puig quiera ser el patrocinador de la primera Copa América femenina es importante y como españoles tenemos que estar contentos de que no haya sido otra empresa, sino una nuestra".
De hecho, reclama valorar el peso de la vela española, como hizo el CEO de la mismísima Copa América, el neozelandés Grant Dalton. "Tras el covid se notó un bajón del seguimiento, entre las restricciones, la diferencia horaria con Nueva Zelanda... y en ese abanico de opciones se postuló Barcelona", rememora la entrenadora. En cuanto salió elegida, "el mismísimo Dalton fue el primer interesado en que hubiera equipo local y ante la imposibilidad de montar un equipo masculino por la altísima exigencia presupuestaria se apuntó al junior y al femenino".
Ya instaladas en la Ciudad Condal, las integrantes del equipo español no son ajenas al altísimo interés social que genera la gran cita de la vela. Un impulso que se topa con algunos de los peores clichés de este mundillo. "Me encantaría decirte que se va superando esos prejuicios de deporte de ricos, de acomodados, pero cada día nos toca enfrentrarlos, explicar que lo logrado es por mi esfuerzo deportivo, no por el dinero de mi familia", responde con pesar la propia Azón.
La histórica regatista muestra una cierta mezcla de sensaciones al respecto de la fama de la vela. "Quizás la imagen de la Familia Real en regatas ha podido construir esa idea de deporte de ricos, pero no quiero que se malinterprete —matiza de inmediato— la presencia de reyes o infantas ha sido fundamental para este deporte".
"A la Familia Real hay que agradecerles su afición y ser conscientes de que su presencia en competiciones no sólo da eco mediático y social, también ha permitido la entrada de patrocinadores a este deporte que de otra manera seguramente no hubieran llegado, y esto es algo que se sabe de puertas para dentro", explica, en un intento de no caer en interpretaciones malintencionadas.
El foco, en todo caso, no está ahora ahí. Lo inmediato es una competición tan relevante como impredecible. Y un más allá deportivo al que las dos regatistas miran, porque "queremos que el Sail Team BCN sea el inicio de algo más grande", culmina ilusionada Silvia Mas, con ganas de "mirar a las tres competiciones de la Copa del América, también la división masculina".