Alba García se cuelga el bronce en longitud T11 y entrega la cuarta medalla a España
La atleta de Alcalá de Henares ha realizado un mejor salto de 4,76 metros para morder la chapa en los Juegos Paralímpicos de París 2024.
La atleta madrileña Alba García consiguió este viernes la cuarta medalla para la delegación española presente en los Juegos Paralímpicos de París al conquistar el bronce en la prueba de salto de longitud de la clase T11 para personas con discapacidad visual, su primer gran éxito en una gran cita internacional en esta disciplina y con algo de suspense.
Ni la lluvia que cayó en el Stade de France durante la mañana impidió que la joven deportista de Alcalá de Henares de 22 años pudiese saborear la gloria de un podio en los Juegos, desquitándose del Mundial de hace un año en la capital francesa, donde se quedó cuarta en esta prueba a tan sólo un centímetro.
Y esa escasa distancia fue la que terminó en esta ocasión por darle la medalla porque fue lo que le separó de la italiana Arjola Dedad, que en su último intento se fue hasta los 4,75 metros arrojando algo de suspense a un bronce que se labró desde el primer salto.
Sus segundos JJ.OO. tras Tokio
Ese fue el mejor de Alba García, a la que una enfermedad genética le ha reducido la visión a poco más del 1% y que competía en sus segundos Juegos tras los de Tokio, por primera vez en esta disciplina, en la que no se pudo acercar a los sensacionales 5,02 que realizó el pasado mes de marzo y que eran su mejor marca personal.
Pero nadie la pudo superar y sólo la campeona del mundo de 2017 se le pudo acercar al final, mientras que, por el contrario, la madrileña tampoco pudo hacer lo propio con la china Gouhua Zhou, campeona del mundo en 2019 y que era la que le había privado del bronce mundilista el año pasado.
La asiática aferró la plata también en su primer salto de 4,91 metros, lejos del oro, la actual campeona del mundo, la uzbeca Asila Mirzayorova, que subió un escalón respecto a Tokyo 2020, con un mejor salto de 5,24 en uno de los cinco en los que se fue por encima de los cinco metros y que le sirvió para quitar el récord paralímpico que tenía la española Purificación Ortiz desde Atlanta'96 con 5,07.