Por qué las relaciones entre Turquía y Europa están en la cuerda floja
Tras el intento fallido de derrocar al Gobierno turco y la fuerte reacción de Erdogan, las relaciones de Europa con Ankara están a punto del colapso. El supuesto deseo de Erdogan de restaurar la pena de muerte está generando especial preocupación en Alemania. "No podemos ignorar esta demanda", dijo Erdogan a las masas. "En las democracias, se hace lo que diga el pueblo".
Últimamente, las relaciones entre Turquía y Alemania no han estado muy distendidas. La canciller Angela Merkel está cada vez más frustrada con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan por un buen número de razones, entre ellas: disputas por los requisitos de la visa para turcos, el encendido debate sobre la Resolución del Genocidio Armenio y el caso Jan Böhmermann, por el que un poema satírico sobre el presidente turco acabó en acusaciones judiciales contra un cómico alemán.
Tras un intento fallido por derrocar el Gobierno turco y la fuerte reacción de Erdogan, las relaciones de Alemania con Ankara están a punto del colapso. En Berlín y en Bruselas crece la preocupación.
El supuesto deseo de Erdogan de restaurar la pena de muerte está generando especial preocupación en Alemania y en la UE.
"No podemos ignorar esta demanda", dijo Erdogan a las masas reunidas a las puertas de su residencia hace unos días. "En las democracias, se hace lo que diga el pueblo".
Poco después de reprimir el golpe, se hizo popular el hashtag "Quiero la pena de muerte" en las cuentas de Twitter de todo el país.
En Turquía la abolición de la pena de muerte se llevó a cabo en dos fases: en 2002 y en 2004, como parte de los requisitos para entrar en la UE. Una vuelta a la pena de muerte supondría un retroceso de 10 años en su postura diplomática.
Es evidente que si las amenazas de Erdogan llegan a efectuarse, a Alemania le costará permitir que Turquía forme parte de la UE.
"Alemania y los Estados miembros de la UE tienen una postura clara en esto: rechazamos categóricamente la pena de muerte", afirmó el pasado lunes el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert.
Pese a la condena unánime de la UE del intento de golpe de Estado, Berlín y Bruselas están al borde de una nueva era glacial con Ankara.
Hay fuertes muestras de que Europa se dirige hacia un importante conflicto con Turquía. Hasta ahora, Erdogan ha sido un compañero de negociación difícil. En un futuro próximo, podría convertirse en un radical incontrolable y poner en peligro el futuro de la UE.
Es evidente que las relaciones de la UE con Ankara plantean más preguntas que respuestas. Entre ellas: ¿en qué se convertirá el acuerdo de los refugiados? ¿Qué ocurrirá en el debate sobre los requisitos de visa para los ciudadanos turcos? ¿Ha renunciado Erdogan a las peticiones de la UE de que Turquía reforme su legislación sobre el terrorismo?
"Si la UE y Berlín deciden ponerse serios y romper las negociaciones fronterizas de entrada con Turquía, Erdogan puede dar marcha atrás y amenazar con sanciones. En ese punto Europa estaría en riesgo de una espiral de alarma", explica Thomas Jäger, profesor de Política Internacional y Política Exterior de la Universidad de Colonia, al HuffPost Alemania.
El politólogo también predice que "la violencia estructural" de Erdogan y el aumento en la represión que se planea darán lugar a una nueva ola de refugiados. "Cada vez más turcos verán en las próximas semanas y meses que su país ya no es un lugar donde quieran o puedan vivir", advierte.
Jäger se basa en informes de miembros de la oposición política de Turquía, que han expresado su ansiedad por su seguridad en la crisis de gobierno que siguió al golpe fallido.
Aun así, el experto opina que la actual situación no provocará necesariamente una ruptura entre las relaciones turcoeuropeas. "Ahora todo depende de cómo responda Erdogan a las advertencias de la UE. La pelota está en su tejado", dice.
Este post apareció originalmente en la edición alemana del 'HuffPost' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano.