Proyecto en positivo para el PSOE
Hace dos semanas que el PSOE saltó por los aires. Se precipitó todo lo previsto previamente y la hoja de ruta cambió. Todo esto, unido al debate entre monarquía y república, puede llevar al partido en el que milito a convertirse en fuerza minoritaria, sin opción de gobierno, si no se hacen las cosas de la manera adecuada.
Hace dos semanas que el PSOE, tras un muy mal resultado electoral en las elecciones europeas, saltó por los aires. Se precipitó todo lo previsto previamente y la hoja de ruta cambió. De las primarias abiertas, en noviembre, se pasó a un congreso adelantado en el que los protagonistas van a ser los militantes, a través de la elección directa del secretario general.
Todo esto unido al debate entre monarquía y república, que se ha vuelto a abrir por la abdicación del Rey, puede llevar al partido en el que milito a convertirse en fuerza minoritaria, sin opción de gobierno, si no se hacen las cosas de la manera adecuada. Y hacerlo así supone que los posibles candidatos y sus entornos propicien un proceso de construcción del PSOE, fortaleciéndolo y no debilitándolo, criticando al resto de candidatos constantemente supuestas conspiraciones, que trasladan a la opinión pública a través de sus opinadores de cabecera.
En estas dos semanas he observado los movimientos y las estrategias desde mi militancia privilegiada y a través de los medios de comunicación, que parece haber sido el espacio elegido para las primeras escaramuzas. De antemano reconozco que ni me gusta ni comparto la estrategia de alguno de los candidatos que ha dedicado el tiempo de su equipo a hablar más de los contrarios, insinuando ser víctima del aparato, aún siendo parte del mismo, y el salvador de las esencias del socialismo, como sí se tratara de un héroe, cuando lo que menos necesita la política de hoy son de héroes que sólo existen en las películas y en los cómic, y sí es mucho más necesario la participación de personas normales, integrantes de todas las generaciones, formadas y adaptadas a nuestro tiempo para hacer frente a los retos con los que se enfrenta nuestra sociedad, que no son pocos.
Pero lo más curioso de estas dos intensas semanas es que la campaña montada por algunos intenta mostrar a su candidato como el luchador contra los aparatos del partido, llegando a utilizar algunos dirigentes orgánicos las armas y otras peores que tanto critican. Critican las llamadas de unidad realizadas por algunos barones regionales, pero es lo mismo que ellos utilizan en sus territorios para intentar unir voluntades alrededor de su candidato, cuando son los primeros que han defendido públicamente un militante un voto, pero después en lo interno buscan que todos voten al que ellos han decidido apoyar.
Necesitamos candidatos que tanto ellos como su entorno se dediquen a fortalecer el partido y no a debilitarlo, que se recorran el territorial al encuentro de los militantes a debatir con ellos, enfrentándose a sus preguntas, sus reflexiones y críticas. Si el futuro nuevo secretario o secretaria general no es capaz de palpar los problemas de los militantes difícilmente va a poder encontrar las mejores soluciones. Como ya publiqué hace tiempo en este mismo medio, las primarias puede que no sea siempre el procedimiento más correcto si queremos que todos los candidatos tengan las mismas oportunidades, porque siempre tendrán más oportunidades los más conocidos por el cargo que ocupan, o que han ocupado, y que les permite haber tenido más presencia mediática. Pero que nadie interprete estas palabras como un posicionamiento contrario al proceso de primarias, sino todo lo contrario, defiendo el proceso de primarias pero con unas reglas del juego y un comportamiento de los candidatos y sus entornos que permitan a todos jugar en igualdad de condiciones.
Espero que los medios traten por igual a todos los candidatos y que la dirección del partido ponga en marcha las acciones que nos permitan conocer y decidir cuál es el mejor, a través de debates televisados, mediante la explicación de sus propuestas y otras acciones. Y para que el proceso se desarrolle de la mejor manera posible las direcciones del partido,en los diferentes ámbitos territoriales, actúen como garantes del proceso y no como jefes de campaña de algunas candidaturas.