Unidos en la diversidad
Creo que no es ni el momento ni el contexto político adecuado para llevar a cabo un debate sobre las relaciones entre el PSOE y el PSC. Justo después del desgarro que todavía sufre el PSOE por los acontecimientos pasados y por las decisiones adoptadas en las últimas semanas. Y justo antes de la celebración de un Congreso federal. Lo mejor para el socialismo, en mi opinión, es escoger primero los objetivos que debemos marcarnos para, después, en torno a ellos, perfilar y mejorar la relación y colaboración entre ambos partidos hermanos.
Foto: EFE
Creo que casi todos los dirigentes del PSOE (cuantos han sido y serán) han recibido con muestras de sorpresa primero, y enfado después, alguna determinada decisión adoptada por el PSC en algún momento de nuestra historia. La compleja, y rica, relación que mantenemos los socialistas (entre el PSOE y el PSC) ha suministrado el escenario descrito, y sin duda lo suministrará en el futuro.
Esto es así por la historia de nuestras organizaciones y por la relación, también histórica, que mantenemos (espero que por mucho tiempo). En realidad, es así también dentro del propio PSOE, donde nuestro funcionamiento federal permite y garantiza este tipo de controversias. Recuerdo ahora las discrepancias, por poner un ejemplo, con el PSPV-PSOE acerca de su voluntad de concurrir con Compromís en las últimas elecciones, o la decisión, al margen del acuerdo del Comité federal del PSOE, de formar parte del gobierno de la ciudad de Valencia. Es decir, la diversidad supone en muchas ocasiones duros debates, flexibilidad en otras y unidad siempre.
Dos son las variables principales de la relación y colaboración entre el PSOE y el PSC. La política y la orgánica. En lo político, se sustancian en que el PSC mantiene un espacio propio de decisión en Cataluña, pactado -en lo principal- con el PSOE. En lo orgánico, se basan en la participación del PSC en el PSOE mediante una fórmula eficaz, justa y productiva para ambas organizaciones.
Estos días, como en otras ocasiones similares ha ocurrido, se debate acerca de qué manera pueden optimizarse esas relaciones. Creo que es un debate certero. Pero creo que no es ni el momento ni el contexto político adecuado para llevarlo a cabo. Justo después del desgarro que todavía sufre el PSOE por los acontecimientos pasados y por las decisiones adoptadas en las últimas semanas. Y justo antes de la celebración de un Congreso federal. Es tan evidente este último argumento que no emplearé más líneas en desarrollarlo.
Es mejor que lo empleemos en el fondo de la cuestión. Lo que se dirime es cómo preservar la autonomía organizativa del PSC como partido sin que ésta cause perjuicio alguno al PSOE o a sus intereses por un lado. Por otro, que el PSC sea un partido federalista, nunca soberanista, y que el PSOE profundice ese federalismo, sin escorarse: ni a un centralismo en retirada, ni a un confederalismo (en nuestro funcionamiento interno) muy peligroso. Y por último, se trata de que ambas organizaciones sigamos manteniendo una relación y una dinámica que permita forjar un espacio mayoritario reformista y de izquierdas en España, con el concurso central de Cataluña.
En mi opinión, eso es de lo que hablamos, y para debatir, pero bien, sobre esos puntos, tanto el PSC como el PSOE necesitamos un contexto adecuado y un momento oportuno: el propio Congreso federal o inmediatamente después del mismo. Si hacemos de nuestra relación una cadena de decisiones precipitadas y más pegadas a intereses orgánicos particulares y no generales, como a veces parece que quiere impulsar el órgano provisional y quienes lo sustentan, cometeremos (cometerán) un error cuya responsabilidad tendrá que ser asumida en el futuro.
Lo mejor para el socialismo, en mi opinión, reitero, es escoger primero los objetivos que debemos marcarnos para, después, en torno a ellos, perfilar y mejorar la relación y colaboración entre el PSOE y el PSC. Aporto tres de forma muy sucinta.
- Uno. Discutir los fines e instrumentos de la socialdemocracia en España en el siglo XXI. Porque somos un proyecto mayoritario pensado para defender el progreso, el bienestar y las oportunidades, los derechos y las libertades.
- Dos. Impulsar la reforma constitucional para alcanzar la España federal en una Europa federal. Dos pasos importantes se dieron bajo los mandatos de Rubalcaba (Granada, 6/7/2013) y Sánchez (Granada, 28/10/2015). Demos el paso definitivo.
- Tres. Modernizar nuestras estructuras internas. Debemos adaptarlas al tiempo actual. Urge.
"Unida en la diversidad" es la divisa de la Unión Europea desde el año 2000. Bien podría servirnos de ejemplo y de estímulo para acometer el trabajo pendiente que nos espera al PSOE y al PSC. Puede ser una buena guía para fortalecer nuestros lazos y nuestra relación: unida en la diversidad.