Las diez canciones que Serrat no ha incluido en su antología discográfica (pero deberían estar)
Serrat celebra su medio siglo de carrera musical. Una antología desordenada, publicada por el cantante, sirve de balance creativo. Pero hay algunas canciones que no han sido incluidas y que han señalado diferentes momentos de su trayectoria artística y de nuestra memoria sentimental.
Serrat celebra su medio siglo de carrera musical. Una antología desordenada, publicada por el cantante, sirve de balance creativo. Y aquí, un recuerdo para algunas canciones que no han sido incluidas y que han señalado diferentes momentos de su trayectoria artística y de nuestra memoria sentimental.
Ara que tinc vint anys. Joan Manuel Serrat. 1966.
Para la historia discográfica, señaló su primer hit. Serrat manifestaba su adhesión a un paisaje y a unos principios, afirmando la revolución juvenil que bullía por la década todavía no prodigiosa y donde parecía estar permitido todo menos aburrirse. Es verdad que el cantante ya había infringido varios liftings en este medio siglo de carrera musical, y quizás en ese momento no se veía con fuerzas de resucitarla de nuevo. La canción queda ahí como una de las composiciones que más han hecho por construir la lírica y la épica serratiana.
Mis gaviotas. Joan Manuel Serrat. 1968
La canción quedó como cara B y algo perdida del aquel famoso y después prohibido, La la la eurovisivo. Los arreglos y la producción de Juan Carlos Calderón, quizás el arreglista que le ha dado las mejores texturas pop a las canciones de Serrat, envolvían el tema en una delicada y melancólica atmósfera musical. Serrat hacía por primera vez balance vital, una temática a la que regresará en el futuro, y entraba a formar parte de los sueños de los adolescentes del otro lado del Ebro.
Poco antes que den las diez. Joan Manuel Serrat. 1968.
Recibir el titulo de no radiable en los años del Franquismo venía a ser como una medalla honorífica en el currículo personal. Serrat señalaba un tema tabú de la sociedad española, el toque de queda de las diez de la noche como señal de la inmaculada virginidad de la mujer española. Como otros cantautores, Serrat normalizaba las relaciones entre hombres y mujeres y su conocimiento carnal. Juan Carlos Calderón volvía a dar en la diana en los arreglos, aunque la canción -con menos fortuna- sería reelaborada por Ricard Miralles.
Cançó per a en Joan Salvat-Papasseit. Joan Manuel Serrat / Joan Salvat-Papasseit. Serrat 4. 1970.
Por primera vez, Serrat se acercaba a los versos de Joan Salvat-Papasseit (1894-1924), mezclando las palabras del poeta y su propia poética, cosa que a más de un purista le hizo torcer el morro. El cantante reivindicaba la filosofía vital del poeta en unos momentos en que la división dentro de la Cançó presentaba sus grietas más profundas entre puros e impuros. Nos quedamos con los versos: "Jo no vull allistar-me sota de cap bandera/ de la divina acràcia seré ara el glossador/ de l'acràcia impossible en la vida dels homes/ que no senten desig d'una era millor..." ("Yo no quiero alistarme bajo ninguna bandera/ de la divina acracia seré ahora el glosador/ de la acracia imposible en la vida de los hombres/ que no sienten deseos de una vida mejor"...).
Conillet de vellut. Joan Manuel Serrat. Serrat 4. 1970.
Manuel Vázquez Montalbán hizo en su momento grandes elogios de la canción uniéndola a una poética barcelonesa y los versos cínicos de Jaime Gil de Biedma. Serrat daba acta musical de su nuevo estatus como cantante popular y, al mismo tiempo, figura comprometida que se encerraba en Montserrat contra la dictadura franquista. Bajo el paisaje de la gauche divine, el joven cantante relataba su relación sentimental y posterior ruptura, en un equilibrio de ternura y causticidad , con la modelo Susan Holmquist, ahora ya para siempre, inolvidable "Conillet de vellut" o conejito de terciopelo.
Piel de manzana. Joan Manuel Serrat. Piel de manzana. 1975.
Serrat volvía a su calle y barrio de Poble Sec a pesar de haberlo dejado atrás hacía tiempo. Con descripción minimalista el músico punteaba sobre la historia de las muchachas de barrio que había visto crecer en las calles, esperando a ese príncipe azul que nunca llegaría. La canción, como el álbum al que daba título, quedó como uno de los discos ocultos de Serrat, al coincidir su salida con sus declaraciones contra las últimas ejecuciones franquistas y su posterior prohibición.
Caminito de la obra. Joan Manuel Serrat.. Piel de manzana. 1975.
Aunque el titulo de la canción podía resultar equívoco y pensar que se trataba una composición dedicada a la organización fundada por monseñor Escrivá de Balaguer, nada más lejos de las intenciones. Crónica de la clase obrera a ritmo de rumba peretiana con referencias al paisaje barcelonés y uso del argot popular. Serrat testimoniaba su vocación de cantante mestizo y cantor charnego. Y aunque para algunos, el mensaje de la canción resultaba un tanto derrotista, ya sabemos que, como último consuelo y destino, la clase obrera siempre va al paraíso.
Quina grua el meu estel. Joan Manuel Serrat / Joan Salvat-Papasseit. Res no és mesquí. 1977.
Serrat finalmente publicaba su esperado álbum dedicado a la obra de Papasseit. El disco recogía en su atmosfera musical la onda mediterránea que en aquel momento circulaba por la música catalana. La figura del músico Josep Maria Bardagí recorre todo el trabajo musical. Entre las creaciones más bellas del álbum, este poema transformado en una habanera que se desliza como un cometa fundiéndose con la sensualidad del cuerpo de una mujer. El cantante que había dedicado una canción al viejo Mare Nostrum dejaba, quizás, su canción más mediterránea.
Irene. Joan Manuel Serrat. 1978. 1978.
Incluida en uno de los álbumes menos reconocidos de la discografía serratiana, una luminosa balada protagonizada por uno de los personajes femeninos más enigmáticos o misteriosos de la lírica serratiana y que no ha merecido la suerte de otras protagonistas -Penélope, Helena, Lucía- esa mujer de formas exuberantes que se balancea entre alambres y sábanas y que el cantante observa con curiosidad y placer desde su mirada indiscreta.
És quan dormo que hi veig clar. Joan Manuel Serrat / Josep Vicenç Foix. Tal com raja. 1980.
Transformar en canción y, además con sobresaliente, un poema de las características de És quan dormo que hi veig clar, escrito por el poeta y pastelero de Sarrià, Josep Vicenç Foix ( 1893-1987) no era una empresa fácil. Serrat recogió con sensibilidad el torrente lírico del poeta y sus versos surreales, realizando con éxito ese juego siempre delicado y de vasos comunicantes entre la poesía y la canción.