Alen Halilovic o el efecto Thiago Alcántara
Es una evidencia que Alen Halilovic puede convertirse en una maravilla si se cumplen las profecías de los entendidos, Robert Prosinecki incluido, y que no habrá nada que decir si en un par o tres de temporadas es realmente el nuevo Modric como se ha asegurado.
El Barça ha pasado más temprano de lo habitual por el mercado de jóvenes promesas y, según ha confirmado el propio jugador en su cuenta de Instagram, Alen Halilovic jugará en el Barcelona la próxima temporada.
La noticia no sería especialmente extraordinaria si no fuera por algunos factores a tener en cuenta. Inicialmente sorprende el precio pagado por un chaval que aún no puede conducir en España, y cuyo apellido no ha sonado especialmente entre los aficionados hasta que los periódicos han empezado a hablar maravillas de él. "El Messi Croata" se llegó a publicar. Lo que se llama meter poca presión, digamos.
Es una evidencia que el chico puede convertirse en una maravilla si se cumplen las profecías de los entendidos, Robert Prosinecki incluido, y que no habrá nada que decir si en un par o tres de temporadas es realmente el nuevo Modric como se ha asegurado. Pero sus melenas de Canales dan un poco de mal rollo, no sé si me explico.
El Barça tiene la obligación de nutrirse de las joyas imberbes del continente, pero la contratación de Halilovic también desconcierta por el perfil de jugador que es, abundante en Can Barça y la Masía. Y no hay que ir demasiado lejos. A Rafinha, recientemente escogido mejor jugador de la Liga en febrero y buscándose la vida en Vigo, es probable que el fichaje del croata no le haya sentado del todo bien. Como seguramente tampoco a Sergi Samper, Javi Espinosa o Denis Suárez, talentos prematuros que verán reducidas sus opciones con los mayores por la llegada del pequeño genio de los Balcanes.
Su aterrizaje provocará que el embudo evolutivo que el propio paso del filial al primer equipo se obstruya aún más. Y ahí el club tiene un problema. Relativo, pero un problema. La entidad ha presumido de basar su juego en el talento de los canteranos, pero a la vez parece que no es capaz de gestionar su eclosión cuando saltan al primer equipo. El último gran caso fue la salida de Thiago Alcántara al Bayern, después de que el centrocampista se cansara de esperar más oportunidades.
Suplir a Xavi, Iniesta, Cesc o Busquets es una responsabilidad tan grande como pocas veces asumible, por lo que solamente los elegidos pueden considerarse aptos. Si Halilovic lo es, su fichaje saldrá barato; pero pagar tanto dinero por un futbolista tan poco contrastado es especialmente arriesgado, sobretodo porque los minutos que él necesite para formarse, serán minutos que otro crack potencial esperará en el banquillo.
Algunos de los fichajes más mediáticos del filial azulgrana, como Kiko Femenía o Rodri, no cuajaron como se esperaba y tuvieron que salir de la entidad con más pena que gloria. Halilovic, tal como está consiguiendo Denis Suárez, debe cambiar la dinámica y demostrar que el Barça no se ha equivocado con él. Si consigue desprenderse de la presión que su precio comporta y de la mediatización de su llegada, el Barça habrá conseguido otro cromo para su colección de peloteros.
Por cierto, ¿cómo va el tema del central?