Al general Chicharro: Mi general, usted no me representa, no comparto lo que dice
El general de división de Infantería de Marina en situación de reserva, Juan Antonio Chicharro, pronunció una conferencia cuya lectura me ha producido una honda preocupación, un malestar profundo, y me ha hecho recordar declaraciones parecidas que hicieron altos cargos militares antes del 23F de 1981.
El general de división de Infantería de Marina en situación de reserva, Juan Antonio Chicharro, pronunció el pasado 6 de febrero una conferencia en el Gran Casino de Madrid con el título Fuerzas Armadas y Orden Constitucional. El texto de la conferencia fue publicado posteriormente por el periódico El País.
El artículo ha llamado poderosamente mi atención porque en mi opinión es involucionista. Su lectura me ha producido una honda preocupación, un malestar profundo, y me ha hecho recordar declaraciones parecidas que hicieron altos cargos militares antes del 23F de 1981.
En estos tiempos muchos españoles se están quejando en las calles de que los políticos no les representan. Lo dicen a voz en grito. Quieren una representación más real, más directa, y he aquí que el general quiere aportar su granito de arena, y se erige como representante de nuestras fuerzas armadas. Cree que expresa su sentimiento colectivo. Me parece un poco osado. Eso sí, acepta ser el único responsable de lo que dice.
Supone el general que se le invitó a dar una conferencia, en tan ilustre escenario, para que hablase sobre Las FAS y el Orden Constitucional. Esto me hace suponer un auditorio muy concreto, muy motivado hacia lo que sabían que iba a decir el general, y muy dispuesto a aplaudir y a dar palmaditas en la espalda. Me parece, cuanto menos preocupante.
Mi respuesta personal a sus palabras es: Mi general, usted no me representa, no comparto lo que dice.
Se refiere el general "a la peculiar situación de ostracismo que en muchos aspectos de la vida pública se encuentran hoy nuestros dirigentes militares".
El general sin duda recuerda situaciones más favorables para su visión de las Fuerzas Armadas, cuando en épocas de la dictadura el ejército ocupaba la Jefatura del Estado, la Presidencia del Gobierno, al menos tres ministerios, y tenía jurisdicción territorial a través de sus Capitanías Generales, gobernadores militares, Comandancias de Marina etc. Sí, era una presencia masiva en la vida pública. No deseable, pero masiva.
Si el general se preocupase de leer las Constituciones de algunos de los países próximos a nosotros, con democracias mucho más antiguas y consolidadas, para ver el papel que en ellas se asigna a las FAS, se encontraría con la siguiente sorpresa:
En la Constitución Española, en el artículo 8.1 de su Título Preliminar se le asignan misiones específicas a las Fuerzas Armadas:
En la República Francesa la Constitución asigna de forma explícita al presidente de la República las funciones de:
Además el presidente de la República es el jefe de las Fuerzas Armadas.
El Gobierno dispone de la fuerza armada; y el primer ministro es el responsable de la defensa nacional.
La Constitución francesa no menciona para nada las obligaciones de las Fuerzas Armadas, a las que solo se refiere en su condición de dependencia del presidente de la República, del Gobierno o del primer ministro. Las Fuerzas Armadas no tienen ninguna obligación constitucional propia.
En la Constitución de los Estados Unidos de América el Congreso tiene las facultades de declarar la guerra; dictar reglas para el gobierno y ordenanza de las fuerzas navales y terrestres; dispone cuando debe convocarse a la milicia nacional con el fin de hacer cumplir las leyes de la Unión, sofocar insurrecciones y rechazar invasiones.
El presidente de los Estados Unidos sostiene, protege, y defiende la Constitución de los Estados Unidos; y es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y de la milicia de los diversos estados cuando se la llame al servicio activo de los Estados Unidos.
La constitución norteamericana no menciona para nada las obligaciones de las Fuerzas Armadas, a las que solo se refiere en su condición de dependencia del Congreso y del presidente de los Estados Unidos. Las Fuerzas Armadas no tienen ninguna obligación constitucional propia.
En ambas constituciones, francesa y norteamericana, el jefe de la Fuerzas Armadas es elegido directamente por el pueblo, para un periodo de tiempo limitado*.
¿Por qué entonces la definición de las obligaciones de las fuerzas armadas en la Constitución española, y además en su Título preliminar? ¿Por qué a las fuerzas armadas españolas se les asignan las mismas obligaciones específicas que en las constituciones francesa y estadounidense tienen nada menos que el presidente de la República, el Congreso y el presidente de los Estados Unidos? La respuesta solo se concibe teniendo en cuenta la tremenda presión de los poderosos restos del franquismo presentes en nuestro país cuando se elaboró la Constitución, Ejército incluido y en primera fila. Por lo tanto general esté usted tranquilo, las FAS españolas no están en ninguna situación de ostracismo, todo lo contrario, gozan de un privilegio político inconcebible.
El general se refirió con tono negativo al "insistente y creciente apremio a reformar la Constitución".
La Constitución Española se reformó el 27 de septiembre del 2011 para limitar el déficit estructural a los márgenes establecidos por la Unión Europea, y estableciendo que el pago de la deuda pública gozará de prioridad absoluta. Este cambio constitucional fue acordado por los dos partidos mayoritarios, con urgencia, sin debate en profundidad, durante el periodo vacacional, y sin pedir su opinión mediante referéndum al pueblo español. No se buscó consenso. Simplemente se atendió a una petición de la Unión Europea. Se priorizó el pago de la deuda frente a la lucha contra el paro.
Me pregunto si le pareció bien al general este cambio constitucional, legal, naturalmente.
Muchos españoles de todos los colores políticos claman en las calles por cambios constitucionales y legales cuya necesidad les parece evidente: Democracia mucho más directa, partidos políticos mucho más transparentes y democráticos, cambio de las leyes electorales para una mejora de la representatividad parlamentaria, leyes estrictas anticorrupción, separación completa Iglesia-Estado, sometimiento a referéndum de la forma del Estado, monarquía o república, etc.
Todo esto forma parte de la participación del pueblo en la política. No debe ser de otra forma. Recordemos el artículo 1 apartado 2 de la Constitución Española:
General la soberanía hay que ejercerla, es natural, y necesario.
A continuación el general, muy molesto con los movimientos separatistas, afirma que la Patria es anterior a la Constitución y dice:
Si, nuestros padres lucharon en la guerra civil que regó de sangre nuestro país. ¿Cuál es el legado al que debemos atender?, el de los militares que fueron leales a la República y a la Constitución que se había dado libremente el pueblo español, o el de aquellos otros que violaron la ley y se levantaron en armas contra el Gobierno legal, y la Constitución que habían jurado. El patriotismo es peligroso, puede tener muchos matices. El respeto a la Constitución y a las leyes que en cada momento histórico se da el pueblo soberano es la única vía de convivencia. Lo demás es subjetivo y personal y no tiene valor social.
Lo del ADN da a entender que los militares españoles constituyen un tipo de ciudadano especial con unos valores superiores e inalterables. Si los militares creen esto, realmente el régimen constitucional no ha sabido o querido transformar en democráticas a las Fuerzas Armadas procedentes de la dictadura.
Si esto es así, general, comulgo totalmente con su frase: "No me digan que no es para no estar preocupados". Sí, lo estoy, y mucho.
Pero no termina ahí el general, el estrado le daba calor y alas para continuar, esta vez fabulando, ¿Qué pasaría si...? No le seguiré en sus fábulas porque con la realidad política tenemos bastante. Solo apuntar que para el general no todos los votos parlamentarios tienen el mismo valor. Él, que sabe mucho de estrategia militar piensa que la praxis puede imponer una pinza entre el rey y las FAS para salvaguardar lo que él considera más importante que la Constitución. ¿He entendido bien mi general?
¿No les suena esto muy conocido?
Dios nos libre de los fabuladores pragmáticos.
En relación con problemas de separatismo me gustaría referirme al Reino Unido:
Los británicos han tenido durante el siglo XX enormes y cruentos problemas con la separación de Irlanda, incluida la guerra angloirlandesa (1918-1921). Su manera actual de proceder, casi un siglo más tarde, denota que han aprendido, después de una dura lección, que los problemas políticos se resuelven con la política, no con las armas.
Recordemos que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos proclamado por las Naciones Unidas en 1966, y ratificado por el Estado Español en 1977, dice:
Para terminar, mi general, si me lo permite, le pondré un ejemplo del cine, el arte probablemente más importante y popular de los siglos XX y XXI. ¿Ha visto la película de Ken Loach The wind that shakes the barley (título traducido en España como El viento que agita la cebada), Palma de Oro en Cannes en 2006? Su director es un inglés nacido en Warwickshire, Inglaterra. En la película se revive la historia de la guerra de Irlanda por su independencia, y de los horrores y atrocidades causadas por el ejército inglés sobre los patriotas irlandeses y sus familias. Es una película dura, triste, pero hermosa. Le aconsejo que la vea, a lo mejor cambian sus ideas y sus sentimientos.
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* En la Constitución Española de la II República tampoco se mencionan para nada las obligaciones de los Ejércitos.