Cumbres del Clima: el día de la marmota

Se cierra el telón en Marrakech y nos inundan los sentimientos de hastío, impotencia y rabia de siempre. Y ya van 22... La llamada Cumbre de la acción concluye con una declaración política que reconoce el escenario de urgencia climática al que nos enfrentamos pero que no va más allá, demostrando una vez más que nuestros políticos creen que podemos seguir esperando un año más o incluso hasta 2020...

La Organización Meteorológica Mundial ya ha confirmado que 2016 se cerrará como el año más caluroso de la historia. Los cientos de informes científicos que confirman la magnitud del problema no parecen suficientes para acabar con la actual parálisis política. Tampoco ayuda que el negacionismo climático se haya instalado en la Casa Blanca o la falta de liderazgo de la Unión Europea sumida en la incertidumbre del Brexit y la crisis de los refugiados.

Los discursos se repiten en bucle año tras año; solo cambia el escenario y en algún caso los actores. El año que viene ya no será Ban Ki-Moon quién les diga a los líderes mundiales que deben suprimir todas las ayudas y subsidios a los combustibles fósiles -325.000 millones de dólares-, le tocará el turno a Antonio Guterres. "Si no se actúa ahora, la temperatura del planeta subirá casi 4 grados a finales de siglo", insistía el secretario general de la ONU en su último discurso en una Cumbre del Clima. El carbón, el petróleo y el gas recibieron el año pasado más del doble de las ayudas que las energías renovables. ¿Hasta cuándo seguiremos en el día de la marmota?

Un día de la marmota que también se apodera de los medios de comunicación donde las olas de calor abren informativos pero sin vinculación alguna con el calentamiento global ni sus graves consecuencias. Lo verde sigue sin vender en los medios y sin conectar con la gente. "En esta crisis/estafa, que dura ya ocho años y puede que se vuelva a cerrar en falso, se vio la ecología como un lujo o un adorno del que prescindir ante problemas más acuciantes más que como una oportunidad de cambio para construir otra economía y otra sociedad, una oportunidad para aprovecharla como una transición y pasar de un Estado del bienestar a un Estado del Buen Vivir", señala muy acertadamente el periodista medioambiental Rafa Ruiz.

No podemos seguir anestesiados: formamos parte de la tierra, no somos un ente separado, por lo que seguir mirando para otro lado no hará sino agravar el problema. Las más de 400 organizaciones que formamos Alianza por el Clima seguiremos presionando para que Rajoy se comprometa realmente en la lucha contra el cambio climático y apoyando iniciativas locales que apuestan por esa transición necesaria hacia un modelo de desarrollo basado en la justicia climática. En España no queremos una verano perpetuo ni ser responsables de un deterioro del planeta que suponga que muchas personas en otros países no tengan tierra a la que regresar...