El éxito no se encuentra en el éxito, sino en su antesala

El éxito no se encuentra en el éxito, sino en su antesala

Si un país quiere ganar un mundial, no puede pensar "vamos a juntar a los 11 mejores y ganarlo", sino "vamos a montar escuelas de fútbol base". Si quieres ganar un Oscar, no puedes centrarte en la ceremonia, sino en tu primera clase de interpretación. Todo triunfo está precedido por algo que es el verdadero artífice del éxito.

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Cuando el público acude al cine, ve una película. Cuando un director de cine va al cine, no ve una película, sino el trabajo previo de la fase de producción. Cuando los fans acuden al estadio, ven la victoria de su equipo. Cuando un entrenador va al estadio, ve las horas de entrenamiento que produjeron esa victoria.

Todo triunfo está precedido por algo importantísimo que es el verdadero artífice del éxito. Es su antesala. La antesala del éxito representa el camino que conduce al éxito y sin el cual éste no existiría.

La antesala es el proceso y el éxito el resultado, e igual que existe el binomio éxito-antesala, existe el binomio observador-protagonista. El observador es el que contempla el éxito de otros y el protagonista es el que lo protagoniza y lo vive, el que consigue ese éxito. El resultado no se produce prestando atención al resultado. El resultado se produce prestando atención al proceso.

Es casi paradójico que el que más atención presta al éxito es el que menos lo consigue, y viceversa; pero si lo piensas, tiene sentido. Si quieres ser el primero de la cola del banco no puedes centrarte en el principio de la cola, sino en el final, y llegado el momento, serás el primero.

Si un país quiere ganar un mundial, no puede pensar "vamos a juntar a los 11 mejores y ganarlo", sino "vamos a montar escuelas de fútbol base". Si quieres ganar un Oscar, no puedes centrarte en la ceremonia de entrega, sino en tu primera clase de interpretación.

Si tienes un proyecto emprendedor, puedes concentrarte en los millones que vas a ganar o en el camino que te permitirá llegar hasta allí. Si haces lo primero, te estarás centrando en el premio y posiblemente no lo consigas. Si te centras en lo segundo, te estarás centrando en su antesala y construyendo lo que será el camino del éxito.

Centrarse en la idea del éxito es centrarse en una idea etérea. Es como una nebulosa sin principio ni fin, sin fechas ni hitos. Está ahí pero alejada de la realidad, y acercar ese éxito a la realidad, o la realidad a él, es difícil. De ahí que se fracase si uno se centra en él.

En cambio, centrarse en la antesala del éxito es centrarse en algo concreto que, en lugar de una nebulosa infinita, nos ofrece un camino finito con un número de pasos concretos que a veces serán tortuosos y tal vez dificultosos pero, por encima de todo, son certeros porque cada uno de ellos te acerca a ciencia cierta al objetivo que es el éxito.

Si quieres ir de aquí a París, no me hables de París. No me hables del Sena, de los cruceros que lo navegan, de su gente, del idioma, de la Torre Eiffel. Háblame de qué medio de transporte vas a utilizar, qué día vas a salir, de qué distancia se compone el trayecto, de cuántos kilómetros vas a avanzar cada hora y de qué alternativas tienes en mente en caso de nieve o tormenta. Eso es hablar de la antesala del éxito, y hacerlo es maximizar las probabilidades de conseguirlo.

#88peldaños

Todo éxito tiene su antesala, y sólo ella te conduce a él.

@anxo8BELTS