Cocina sostenible
Para empezar, os quiero recomendar: La Pesadilla de Darwin, del documentalista Hubert Sauper, que toca el espinoso tema de la explotación de los recursos naturales de un país para el beneficio de otros. Dicho esto, os presento a este pez: La perca. Un pescado blanco de contenido graso muy bajo.
Canción recomendada: From Little Things Big Things Grow, Paul Kelly.
Llevo unas semanas hablando y enfocando las recetas y mis comentarios en lo que hemos dado en llamar una cocina sostenible y responsable con el medio ambiente. La cocina, este oficio, va aprendiendo uno con el paso de los años, pasa también por ser respetuoso con las materias primas y su explotación.
Para ello me apoyo en fuentes literarias, cinematográficas, sociológicas, etc, etc, lo que haga falta para hacer más amena e interesante ésta nuestra cita semanal, mensual o anual.
Hoy, para empezar, os quiero recomendar una película: La Pesadilla de Darwin, del documentalista Hubert Sauper, que toca el espinoso tema de la explotación de los recursos naturales de un país para el beneficio de otros. En este caso, 500 toneladas de filetes blancos son capturados cada día en Tanzania, para luego ser exportados a Europa con el fin de hacer negocio. Mientras tanto, los propios habitantes no se lo pueden permitir y se ven obligados a sobrevivir con las cabezas y restos que las factorías descartan.
Os recomiendo que veáis el documental antes de preparar la receta, ya si luego les sabe mejor o peor, cosa de cada cual.
Dicho todo esto, os presento a este pez: La perca.
Es un pescado blanco de contenido graso muy bajo. Su consumo está indicado para aquellas personas con problemas de exceso de peso que necesiten llevar a cabo una dieta hipocalórica, siempre que se empleen para su elaboración técnicas suaves. En la composición de la perca también están presentes diferentes vitaminas y minerales. Sin embargo, ninguno de estos nutrientes se encuentra en cantidades destacadas.
Por otro lado, hace unos años la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomendó no consumir panga y perca (el panga se cría en el río Mekong (Vietnam) y la perca habita en el lago Victoria en África) puesto que se encontraron restos de pesticidas en el panga y trazas de mercurio en los filetes de ambos pescados y, aunque aseguraba que estos residuos contaminantes están dentro de los límites legales y no suponían un riesgo inmediato para la salud, aconsejaba no comerlos más de una vez por semana. Espero que los grandes comedores colectivos tomen buena nota de esta denuncia.
¡Ah, que no os den perca por lenguado ni mero!
Lo dicho, de vuelta al tajo, a las tablas de picar, las cacerolas y los fogones. Nos queda un laaaaaargo y delicioso año por delante.
Sed curiosos.
Besos y sus cosas.
Andrés.