Impulsos de identidad
En todos los rincones del mundo hay personas que se enfrentan a la definición de su identidad para poder encajar o adaptarse en un determinado ambiente (ya sea social, económico, cultural o político). Se trata de un concepto determinante en nuestra posición o situación dentro de la sociedad. Mientras algunos cuentan con el don natural de inventarse a sí mismos, la mayoría lucha por encontrar los rasgos de identidad que mejor les definen.
Nacida en Carolina del Sur (Estados Unidos), de madre española y padre norteamericano, siempre me he sentido atraída por el tema de la identidad, y es muy probable que esta sea la razón por la que escogí ser fotógrafa. Mi oficio me obliga a cuestionarme si la propia naturaleza del trabajo fotográfico modifica nuestra percepción de la realidad. Cuando capturamos una imagen o transmitimos una historia, ¿no se trata acaso de un reflejo de nuestra propia perspectiva cultural?
En otro nivel, algunas ciudades se debaten de forma similar en torno a su propia identidad cultural, llegando en ocasiones al extremo de inventársela. Qatar es un buen ejemplo. Se trata de un país que visité recientemente y que me hizo preguntarme si el espíritu de un lugar puede construirse a partir de una visión inicial. ¿Se puede realmente definir la identidad de una ciudad partiendo de un estado de ánimo?
Las agencias de comunicación e imagen buscan este tipo de conexión emocional como punto de partida. Construyen identidades corporativas mediante el uso de imágenes, colores y estilos buscando transmitir el valor de una empresa, en qué cosas cree y por qué existe. Finalmente, es esta conexión emocional la que crea una marca, una identidad.
A partir de este razonamiento, acepté encantada la invitación de Skyscanner a través de Blueroom (que ahora representa a VisitLondon) para visitar Londres, una ciudad con una marcada identidad que estas empresas ayudan a forjar.
Cuando visualizamos la ciudad de Londres, la mayoría sentimos algo muy preciso, una emoción basada en nuestras experiencias personales y en las fotos o películas que hemos visto. A pesar de que en esta capital se hablan más de 100 idiomas y coexisten infinidad de religiones, normas e ideologías, Londres, en su esencia inusual, sigue siendo definitivamente Londres.
Durante el viaje, sentí el impulso de explorar esta identidad en las cosas inesperadas. ¿Sería capaz de captar el espíritu londinense a través de lo típicamente inusual? Con la determinación de averiguarlo, me decidí a disfrutar de un soleado fin de semana de octubre recorriendo dos barrios que no se encuentran en los típicos mapas turísticos: Bethnal Green y Stratford. Estas imágenes reflejan algunas de las situaciones que captaron mi atención y que supusieron un regalo para mis ojos.
Coautor: Carlota Nelson