El aval de un año gobernando Comunidades Autónomas

El aval de un año gobernando Comunidades Autónomas

Los socialistas podemos presentarnos a las Elecciones Generales con un buen balance: en las Comunidades en las que gobernamos estamos cumpliendo con nuestros compromisos electorales; estamos gobernando como dijimos que lo haríamos, y estamos haciendo lo que dijimos que haríamos.

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La repetición de las Elecciones Generales va a coincidir con el primer aniversario de los gobiernos autonómicos que se formaron tras el 24M. Una buena parte de esos gobiernos son socialistas. Lo son en Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Extremadura. En otras dos Comunidades, Canarias y Cantabria, los socialistas están presentes en el gobierno. En las primeras, las gobernadas por gobiernos socialistas, los acuerdos que permitieron las investidura son variados, e incluyen tanto a partidos nacionales, Ciudadanos, Podemos o IU, como a partidos nacionalistas. En las segundas, los socialistas forman parte de gobiernos de coalición, en un caso con un partido nacionalista, Coalición Canaria, y en el otro con una formación de corte regionalista, Partido Regionalista de Cantabria. Como se puede observar, son acuerdos o coaliciones que, con todas las cautelas que cabe introducir en lo que podríamos denominar topología política, incluyen partidos situados a la izquierda del PSOE, junto a formaciones políticas que defienden posiciones a la derecha de los socialistas.

Resulta interesante analizar los balances que estos gobiernos presentan un año después de su toma de posesión. En todos los casos, son gobiernos que han hecho un ejercicio permanente de transparencia, austeridad y diálogo. Transparencia, empezando por las declaraciones de bienes de los miembros de los propios gobiernos. Austeridad máxima, por ejemplo, en los denominados gastos de representación. Diálogo dentro de los respectivos parlamentos y, por supuesto, con los agentes sociales; un diálogo que en la mayoría de las Comunidades gobernadas en la anterior legislatura por el PP simplemente había desaparecido.

Las coincidencias son aún mayores en las políticas puestas en marcha en este año. Todas las Comunidades gobernadas por socialistas han tenido como objetivo prioritario la recuperación del empleo perdido, siempre a través de la confluencia de la inversión pública con el fomento de la iniciativa privada. En todas ellas, los gobiernos se han esforzado por recuperar los derechos sociales que los gobiernos de la derecha, en España o en las Comunidades, eliminaron. Recuperar el carácter universal de la sanidad, las becas, empezando por las becas comedor, los puestos escolares y los centros de salud suprimidos, las ayudas a la dependencia y a las mujeres maltratadas... Porque eso es lo que significa para estos gobiernos el término "recuperar", lo que dice la primera acepción del diccionario de la Real Academia de la Lengua: "volver a tener o adquirir lo que antes se tenía".

En todas estas Comunidades, en fin, se han aprobado medidas para luchar contra la corrupción, para prevenir, perseguir y castigar a quienes utilizan un puesto público en beneficio propio.

Parece evidente que la identidad de estas actuaciones políticas, de formas y de fondo, de gobiernos dispares en cuanto a sus apoyos parlamentarios incluso en su propia composición, sólo puede achacarse a lo que todos ellos tienen en común: el PSOE. Efectivamente, son las propuestas que los socialistas llevábamos en los programas con los que nos presentamos a las elecciones autonómicas del año pasado. Políticas que estamos desarrollando con independencia de con quién gobernemos, de quién nos dé el apoyo parlamentario necesario, o de cuánto necesitemos, en términos estrictamente numéricos, ese apoyo. Los socialistas podemos presentarnos, pues, a las Elecciones Generales con un buen balance: en las Comunidades en las que gobernamos estamos cumpliendo con nuestros compromisos electorales; estamos gobernando como dijimos que lo haríamos, y estamos haciendo lo que dijimos que haríamos.