Descontento con el acuerdo del Brexit entre laboristas y líderes escoceses, galeses, norirlandeses y eurófobos
A Jeremy Corbyn no le gusta pero no aclara si votará a favor o en contra.
Theresa May ha conseguido un primer apoyo de su Gobierno al acuerdo del Brexit con la UE, y algunos líderes europeos lo han recibido con buen ánimo. Entre ellos el primer ministro de Irlanda, que asegura que se ha alcanzado "un desenlace satisfactorio en lo que se refiere a las prioridades irlandesas".
Hasta ahí las buenas noticias para ella.
Las malas: la reacción de varios de sus ministros, de los diputados más conservadores de su partido, de los principales líderes de la oposición y líderes regionales británicos y hasta de su exjefe de gabinete.
Aunque el Ejecutivo de May haya declarado un apoyo general al proyecto, varios ministros se han opuesto a él personalmente. Varios medios británicos aseguran además que los ministros a los que no se les ha concedido el voto al dirimir sobre el texto están furiosos.
La BBC asegura que varios diputados tories, ardientes defensores del Brexit, planean proponer una moción de censura contra May en el Parlamento, del que depende ahora el acuerdo. Consideran lo pactado con la UE una gran concesión contra los intereses británicos.
El exjefe de Gabinete de May, Nick Timothy, quizá haya sido el más venenoso contra lo pactado, de los críticos del bando de la primera ministra.
Timothy considera el acuerdo una "capitulación, no sólo ante Bruselas, sino a los miedos de los negociadores británicos, que han demostrado con sus acciones que nunca creyeron que el Brexit pudiera ser un éxito. Lo que incluye, siento decir, a la primera ministra".
"Es más importante que nunca que no presenten la falsa elección entre un mal acuerdo o ninguno en absoluto", añade.
A Corbyn no le gusta nada pero no aclara si votará a favor o en contra
El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, ha hablado con May a petición de la primera ministra, que busca su necesario apoyo para que el proyecto salga adelante en el Parlamento. La prioridad de los liberales es que el Gobierno autorice a los diputados a modificar el texto antes de votar.
Corbyn se ha mostrado muy crítico con el acuerdo: "No creo que concuerde con los intereses nacionales, no aborda los intereses de todas las partes del país, no nos transmite seguridad en nuestras relaciones comerciales con Europa por medio de una unión aduanera permanente en la que tengamos voz y voto".
El líder laborista no ha aclarado si su partido respaldará el pacto pero ha dicho que lo sopesarán "en base a nuestras seis pruebas y, si no las supera, votaremos acorde". Y admite que lo que se ha presentado este miércoles no concuerda con esos principios.
Los escoceses, descontentos; los unionistas norirlandeses, también
Según The Guardian, un "ominoso tuit" apunta al descontento de los socios del Gobierno de May en Irlanda del Norte y fervientes partidarios del Brexit.
La líder del Partido Unionista Democrático, el más importante a favor del Gobierno central en esa región, ha publicado un mensaje bastante escueto y poco claro pero que los medios británicos coinciden en leer como negativo al acuerdo.
De manera más clara, no augura nada bueno para May el tuit de la ministra principal escocesa. Ha calificado el acuerdo de "malo para Escocia" y asegura que es "como ser chantajeado para elegir entre la sartén o el fuego".
Menos agrio pero tampoco muy feliz suena el ministro principal de Gales:
El eurófobo UKIP está muy descontento con el acuerdo y ha lanzado una campaña de afiliación.
Bajo el hashtag #BrexitBetrayal ("traición al Brexit") y con un tono muy militarista, llaman a "alistarse" a su formación y comparan a May con Neville Chamberlain, el primer ministro británico que apartó la vista durante los primeros pasos del nazismo, optando por apaciguar a Hitler.
El Partido Liberal Demócrata, de los más contenidos, demanda que el proyecto final sea sometido a un nuevo referéndum que muchos medios consideraría perdido para el Brexit.