Ahora o nunca: las mujeres buscan su revancha contra Trump
Las elecciones de este martes en EEUU llegan con un número récord de mujeres candidatas: quieren transformar su indignación en poder político.
Entre los dos puntos con los que comienza este reportaje han pasado 13 años. Un tiempo considerable en el que Donald Trump logró llegar a la presidencia de EEUU, algo para muchos inimaginable... ¿Cómo iba a ser el líder de Estados Unidos capaz de haber dicho algo así en el pasado? Pues sí, lo fue. Como también ha sido capaz, una vez en la Casa Blanca, de decir que las mujeres tienen que vestir "como mujeres", de recortar derechos, libertades o de proponer a un juez, Brett Kavanaugh, sobre el que pesan varias acusaciones de abusos sexuales, para el Tribunal Supremo. Y eso que sólo lleva dos años como presidente. Pero ese tiempo ha sido muy bien aprovechado por aquellas a las que tanto se ha jactado de menospreciar: las mujeres.
Fueron ellas las que se echaron a las calles cuando ganó las elecciones y desde entonces no han han cesado en su lucha por reivindicar su papel frente a un presidente que no las representa. El #MeToo ha puesto de manifiesto hasta qué punto han dicho basta no sólo a Trump, sino a todo aquel que pone en duda su valía o pisotee sus derechos. Por eso el 2018 pasará a la historia como el año del empoderamiento femenino. Y por todo ello en las elecciones legislativas que se celebran este martes quieren traducir su indignación en poder político y lanzan un contundente mensaje: tarde o temprano llegará la política liderada por mujeres.
De momento ya han batido un récord: nunca en la historia de EEUU se había presentado tal cantidad de mujeres como ahora. Según Center for American Women de Rutgers, hay 235 que buscan ser representantes a nivel nacional (en 2016 habían sido 167) y 22 se presentan al Senado (el máximo anterior había sido 18, en 2012). Unas 40 se presentan a gobernadoras. El movimiento se replica a nivel de las legislaturas estatales, donde el número supera las 3.000, otra cifra histórica. Las mujeres suponen más de una cuarta parte de los candidatos en una cita electoral que cuenta, haciendo la lectura de otra manera, con el menor porcentaje de hombres blancos en las papeletas de las últimas cuatro elecciones.
El 75% de las candidatas son demócratas (183 frente a 52 republicanas) y son ellas las que han puesto el foco en asuntos sociales. Esto no es casual: es una reacción a la verborrea de Trump y su discurso machista, xenófobo y racista. De ahí que, además de mujeres, entre los candidatos demócratas también haya habido un ascenso de personas pertenecientes al colectivo LGTB o de color. Así, estas elecciones son una cita cargada de "primeras veces". Podría elegirse a la primera musulmana en el Congreso (por Michigan), a la primera gobernadora transgénero de Vermont, a la primera gobernadora afroamericana de Georgia, a la primera estadounidense-somalí en el Congreso (por Minnesota), a la primera mujer afroamericana en la delegación del Congreso de Connecticut y a la mujer más joven del Congreso.
"Un año sin precedentes"
A muchas de estas candidatas demócratas las ha ayudado Emily´s List, un grupo que desde hace años apoya a mujeres progresistas que defienden el derecho al aborto. En estas elecciones esta organización ha que gastado casi 60 millones de dólares para apoyar a mujeres demócratas durante la campaña. "Hasta el momento hemos ayudado a más de 800 mujeres a nivel estatal y local, a 116 en la Cámara de Representantes, 23 en el Senado y a 12 candidatas a gobernadoras", explica a El HuffPost Vanessa Cárdenas, directora nacional de la organización.
"Ha sido un año sin precedentes para nosotras. Desde las elecciones de 2016 más de 42.000 personas se han puesto en contacto con nosotras para interesarse sobre cómo sumarse a nuestro trabajo. Para entender bien lo que ha supuesto, un dato: en 2016, cuando Hillary estaba en lo más alto, 920 mujeres nos contactaron", añade Cárdenas.
A sus 35 años, la hispana Catalina Cruz, que llegó como indocumentada en 1992 y hoy es abogada laboralista defensora de los derechos civiles, es una de las jóvenes promesas demócratas. Es la primera dreamer en competir por el puesto de asambleísta estatal en la Legislatura del estado de Nueva York y tiene claro que, independientemente del resultado, esta cita con las urnas ya ha lanzado un contundente mensaje: "El pueblo está cansado de que elijan por nosotros, de que se ignore nuestra voz. Las mujeres nos sentimos con más necesidad de luchar por nuestros derechos. Más empoderadas y más necesitadas", sentencia a El HuffPost.
Como muchas otras mujeres, Cruz decidió dar el salto al mundo de la política tras la victoria de Trump. "Me sentí obligada a utilizar mi experiencia y mi carrera para combatir el odio y la injusticia que sabía que traería su mandato. Yo pensaba postularme en un par de años, pero esto adelantó mi agenda".
En su caso fue la victoria del magnate frente a la demócrata Hillary Clinton, y, como explica Cárdenas, esto ha influido en muchas otras mujeres a la hora de presentarse. "Creo que es la suma de muchos hechos. Por un lado está la derrota de la presidencia de Clinton. Creo que eso hizo que muchas mujeres estadounidenses se dieran cuenta de que tal vez no hemos llegado tan lejos como pensábamos. La gente a menudo olvida que las mujeres sólo representan el 20% de los cargos electos en EEUU, pero somos el 53% del electorado, por lo que la brecha es enorme y queda mucho trabajo por hacer".
"En segundo lugar, las políticas que Trump está impulsando son ofensivas para muchas, muchas personas de nuestro país y particularmente para las mujeres. Sus políticas sobre salud, derechos reproductivos de las mujeres, inmigrantes y comunidades vulnerables van en contra de nuestros valores como americanos y las mujeres son las que están defendiendo estos valores. El #MeToo ha añadido más leña al fuego", añade Cardenas.
La directora de Emily's List añade otro factor más: la elección del juez Brett Kavanaugh para el Tribunal Supremo. "Como mujer, migrante y persona de color que soy, he pasado por muchos, muchos momentos difíciles en los dos últimos años y creo que su designación fue uno de ellos, porque fue profundamente decepcionante y supuso un ejemplo de cómo las elecciones tienen consecuencias. Sin embargo, lo que me da esperanza es que las mujeres fueron a expresar su disconformidad y a hacerle rendir cuentas.
Los demócratas necesitan un líder
Más allá del género, detrás de este auge de mujeres entre los candidatos demócratas, hay otra lectura: la de que el partido, tras la derrota de Clinton, necesitaba renovarse y encontrar su estrella. Tienen ganas de revancha, no sólo frente a Trump, sino frente a su propio partido. De ahí que se las conozca como las "insurgentes" porque retaron con éxito al establishment del Partido Demócrata.
Lideradas por Alexandria Ocasio-Cortez, son en su mayoría millenials del ala izquierda demócrata, nacidas en EEUU —como Ocasio-Cortez, segunda generación de puertorriqueños que trabajó como camarera para mantener a su familia—, o inmigrantes, que han logrado que los votantes, que se vieron reflejados en sus historias de superación, abrazaran sus propuestas y les dieran la victoria en las pasadas primarias del Partido Demócrata de junio. De lo que pase este martes se podrán extraer lecciones de cara a las presidenciales de 2020, ya que el partido tendrá que decidir qué rumbo toma a nivel estatal: si abraza estas posturas de su ala más izquierdista, o por el contrario asume un discurso más moderado.
Pero para esa cita con las urnas aún queda, por lo que la meta más inmediata es la que centra todas las estrategias. Y no sólo entre los demócratas se da una movilización femenina. También existe, aunque en menor medida, entre las mujeres conservadoras pro Trump. Hay más candidatas que en otras ocasiones, aunque la cara del partido republicano no ha cambiado. Lleva 20 años consolidándose como el favorito de los hombres blancos. Sólo un 32% de las estadounidenses se declaran republicanas (siete puntos menos que en el 2010); el 58% se alinea con los demócratas.
Y pese a la revolución de este año, la política estadounidense sigue siendo cosa de hombres. Las cifras de parlamentarias nacionales o estatales palidecen comparadas, por ejemplo, con España: son un 20% de la actual Cámara de Representantes frente al 40% del actual Congreso español. Con la nueva hornada de candidatas se podría llegar al 25%.
Queda mucho por hacer para las mujeres en EEUU, pero las bases están puestas y son más fuertes que nunca. Cárdenas es consciente de la oportunidad que existe este martes, pero también de que hay que mirar más allá: "No creo que esto sea 'solo' un año de las mujeres. Vemos este momento como un cambio radical que modificará la política en Estados Unidos en los próximos años".