"Pesaba 99 kilos el día que di a luz a Rumi y Sir. Estaba hinchada por la preeclampsia y había estado sin moverme de la cama durante más de un mes", explica Beyoncé en la revista de moda.
"Mi salud y mis hijos estaban en peligro y por eso me tuvieron que practicar una cesárea de urgencia", ha añadido la artista, que dice haber entrado en "modo supervivencia" y no haberse dado cuenta de ello hasta meses después.
La cantante también ha alabado a su marido, el rapero y productor musical Jay Z, al que describe como un "soldado" y un "apoyo muy importante" en ese momento. "Estoy orgullosa de haber sido testigo de su fortaleza y evolución como hombre, como mejor amigo y como padre", ha reafirmado.
Tras la cesárea, Beyoncé señala que necesitó tiempo para sanar y recuperarse, y que decidió aceptar sus curvas, ser "paciente" consigo misma y "disfrutar" de su cuerpo.
"Hasta ahora, mis brazos, mis hombros, mis pechos y mis muslos son más grandes. Tengo una pequeña tripa de madre, y no tengo ninguna prisa en librarme de ella porque creo que es muy real", ha agregado.
Un fotógrafo negro por primera vez en Vogue (y en su edición más importante)
La artista afirma haber elegido a Mitchell para la sesión para tratar de diversificar el mundo de las artes.
"Hasta que no haya un mosaico de perspectivas que vengan de diferentes etnias detrás de la cámara, seguiremos teniendo una postura y un punto de vista estrecho de lo que es el mundo en realidad. Por eso quise trabajar con este brillante fotógrafo", ha detallado.
La cantante de Texas opina además que si la gente que está en posiciones de poder continua contratando a gente que "tiene el mismo aspecto que ellos, suena igual que ellos y viene de los mismos vecindarios que ellos", nunca van a entender realmente otras experiencias distintas a las suyas.