Cospedal, la mujer fuerte del partido que no logró convencer a la militancia
Se queda fuera de las primarias al obtener la tercera posición con un 25'9% de los votos.
Diez años dirigiendo el partido, conociendo militantes y apoyando a sus dirigentes, diez años 'dando la cara' por un PP al que ha dedicado su vida política no han bastado para que los afiliados dieran su respaldo a María Dolores de Cospedal, que ha perdido la carrera por el liderazgo de los 'populares'.
Trabajadora incansable, valiente y generosa. Así la describen los suyos, que recalcan que Cospedal ha sido en estos años la mayor defensora del PP, de su historia y de sus valores. Y también de Mariano Rajoy.
Partía con el aval de una década como número dos de Mariano Rajoy en el PP, un puesto desde el que ha tenido que hacer frente a algunos de los momentos más duros para el partido, no sólo por los reproches a las duras medidas que tomaba el Gobierno para atajar la crisis sino, sobre todo, por los casos de corrupción.
Ese haber estado a las duras y a las maduras en la dirección ha sido el argumento que más ha recordado la también exministra de Defensa durante estos días de campaña electoral.
Su candidatura fue toda una reivindicación: era ella la que había dado la cara por el PP y la que lo había defendido en sus momentos más duros. La que mejor lo conoce y los conoce a todos.
Los días de campaña han servido para conocer a una Cospedal menos fría, más cercana a los militantes a los que ha prometido que buscaría la unidad y la integración si ganaba y que contaría también con la que, estos años, ha sido su principal rival, Soraya Sáenz de Santamaría.
Lo cierto es que Cospedal no tenía intención de presentarse a este proceso, su idea, según ella misma ha contado, era apoyar a Alberto Núñez Feijóo.
Cuando el presidente gallego dejó 'plantado' al partido, la secretaria general se decidió. Era eso o dejar la primera línea de la política, donde ha sido ya todo menos presidenta.
Su lema de campaña -'Lo primero el PP'- da idea de la importancia que Cospedal da a un partido que dirige, como secretaria general, desde 2008, cuando, en el convulso congreso de Valencia que renovó el liderazgo del partido Mariano Rajoy apostó por ella.
Después vendrían las victorias de las municipales y autonómicas de 2011, que entre otros gobiernos dieron a Cospedal el de Castilla-La Mancha, y la mayoría absoluta en las generales de ese mismo año que llevó a Rajoy a La Moncloa.
Sus opciones como posible sucesora de Rajoy se dispararon ese año, cuando se convirtió en la gran vencedora de las elecciones en Castilla-La Mancha.
Pero su paso por la Secretaría General ha tenido una sombra permanente, la del extesorero del partido que ella apartó del cargo: Luis Bárcenas.
Y es que asumió el duro papel de dar la cara para defender al partido y al presidente del Gobierno, hasta el punto de enfrentarse en los tribunales con Bárcenas, que fue condenado por vulnerar su derecho al honor.
El caso Bárcenas dejó meses muy duros de desgaste para Cospedal, muy criticada por la oposición pero también cuestionada desde ciertos sectores del partido, mientras se hacía cada vez más evidente la distancia entre Génova y La Moncloa.
Cospedal (Madrid, 1965) es licenciada en Derecho y abogada del Estado desde 1991.
Entró en la administración en 1999, como secretaria general técnica del Ministerio de Trabajo y después fue subsecretaria de Administraciones Públicas; del Ministerio del Interior, con Ángel Acebes; consejera de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, presidenta de Castilla-La Mancha y ministra de Defensa.
Una experiencia de gestión que une a su bagaje político, porque también ha sido senadora autonómica, diputada autonómica, diputada en el Congreso y vicepresidenta de FAES.
Su tenacidad le ha permitido escalar en una carrera que ha tenido no pocos obstáculos y caídas. En 2015, pese a haber vencido las elecciones autonómicas, el pacto PSOE y Podemos le arrebató la presidencia de la comunidad, el pasado mes de junio, una moción de censura del PSOE contra Rajoy la apartaba del Ministerio de Defensa.
El pasado 19 de junio, en Castilla-La Mancha, la tierra donde creció y la organización territorial que preside, Cospedal ponía fin a la incertidumbre que ella mismo provocó cuando, nada más anunciar Rajoy su marcha, admitía que estaba en un momento 'vital' en el que debía reflexionar sobre su futuro.
Dio un paso al frente. Decidió competir con los dos candidatos que, desde el primer día, se hicieron protagonistas de la campaña.
Su eterna rival, Soraya Sáenz de Santamaría, y el que se ha convertido en la sorpresa de la noche, Pablo Casado. Ambos la han vencido. Los militantes la han dejado en un tercer lugar que la aparta de la carrera por el liderazgo.
Cospedal siempre ha presumido de saber enfrentarse a las dificultades y ser capaz de levantarse tras una caída. Seguirá pues, dando juego.