Trump: "¡No queremos que lo que pasa en Europa con la inmigración ocurra aquí!"
El presidente de EEUU dice que la ola de refugiados ha cambiado la "cultura" europea y carga especialmente contra el Gobierno alemán.
El presidente de EEUU, Donald Trump, elevó hoy su discurso antiinmigración al asegurar que el país no se convertirá "en un campo de acogida de refugiados" a la par que criticó a Europa, en plena polémica por la separación de menores de sus familias tras cruzar ilegalmente la frontera con México.
"Estados Unidos no será un campo de inmigrantes y no será un campo de acogida de refugiados. Lo que está ocurriendo en Europa y otros lugares, no lo permitiré, no bajo mi vigilancia", dijo Trump en un acto en la Casa Blanca.
Ante los dramáticos reportes aparecidos este fin de semana sobre la situación de estos menores alojados en almacenes reconvertidos en centros de detención temporal y, en algunos casos, ubicados dentro de recintos divididos a modo de jaulas, Trump no dudó en señalar la supuesta debilidad mostrada por la Unión Europea (UE) en materia migratoria.
"Un gran error por parte de toda Europa es aceptar a millones de personas que radical y violentamente han cambiado su cultura", tuiteó el mandatario, que dedicó parte de la mañana a enviar mensajes a través de esta red social.
En concreto, citó el caso de Alemania donde dijo que "el pueblo alemán le está dando la espalda a sus gobernantes debido a que la inmigración está sacudiendo la débil coalición de Berlín", y agregó que "la criminalidad está subiendo", pese a que las cifras demuestran que se ha reducido en los últimos años. En otro mensaje, Trump apuntó que "algunos de los peores criminales" del mundo "usan" a niños inmigrantes para entrar en el país.
"¿Dónde está el clamor por los asesinatos y crímenes causados por pandilleros y matones, incluida la banda (centroamericana) MS-13, entrando en nuestro país de manera ilegal?", se preguntó.
Al mandatario se sumó la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, quien remarcó esta mañana que el Gobierno no pedirá "disculpas" al asegurar que "las acciones ilegales tienen consecuencias" en un discurso ante la Asociación Nacional de Sheriffs en Nueva Orleans (Luisiana). "Este Gobierno tiene un mensaje sencillo: Si cruzas la frontera de manera ilegal, serás procesado", subrayó.
Precisamente, la pasada semana, el departamento dirigido por Nielsen confirmó la separación de sus familias de cerca de 2.000 menores inmigrantes en la frontera con México en un plazo de seis semanas, en el marco de la política de "tolerancia cero" contra la inmigración ilegal, impulsada por Trump.
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Los demócratas, en contra
Estas acciones han generado una ola de rechazo entre la oposición demócrata y grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes.
La líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, denunció que estas políticas dejan "un mancha oscura" en la nación. "Separar a niños pequeños vulnerables de sus padres es de una atrocidad extrema que socava los valores de EEUU, nuestro legado como faro de esperanza, oportunidad y libertad", sostuvo Pelosi en un comunicado.
Pero también en el seno del propio partido republicano, al que pertenece el presidente Trump, se dejaron escuchar contundentes rechazos.
Mario Díaz-Balart, congresista republicano por Florida, aseveró que "es totalmente inaceptable, por cualquier razón, separar a propósito a menores de sus padres ". "No podemos permitir que esto siga pasando y debe pararse", indicó Díaz-Balart.
Sin embargo, el rechazo más sorprendente provino de la propia esposa del mandatario, Melania Trump, quien habitualmente se mantiene alejada de cuestiones políticas. "La señora (Melania) Trump odia ver a los niños separados de sus familias (...) Ella cree que tenemos que ser un país que siga todas las leyes, pero también un país que gobierne con corazón", dijo hoy a Efe la portavoz de la primera dama, Stephanie Grisham.
En los últimos días, el Ejecutivo ha ofrecido dispares y a veces contradictorias justificaciones sobre la normativa de separación de los menores, y Trump ha llegado a plantear el tema como una posible moneda de cambio en el marco de las discusiones en el Congreso para la reforma del sistema migratorio estadounidense.