Así son las redes de narcotráfico entre Colombia y España

Así son las redes de narcotráfico entre Colombia y España

Lo que ves en 'Fariña' y 'Narcos', convertido en cifras y análisis por el Instituto Elcano y la Fundación Ideas para la Paz.

Un agente antinarcóticos de Colombia coloca la cocaína intervenida en el puerto de Buenaventura en marzo de 2009.John Vizcaino / Reuters

"Nosotros el único Escobar que conocemos se llama Manolo. Yo no me dejo ese bigote ni de coña". Roque, el inseparable socio de Sito Miñanco, miraba en el primer capítulo de Fariña una foto de Pablo Escobar sin saber ni quién era. Un narco panameño explicaba atónito que el colombiano era el más grande, el rey de la droga, pero los gallegos no habían oído ni campanas. Cómo cambiaron las cosas luego, cuando los negocios entre un lado y el otro del charco se hicieron peligrosamente intensos y lucrativos.

La realidad va más allá de la serie basada en el libro de Nacho Carretero, más allá del Narcos de Netflix, sus patrones y su agente Peña. Las conexiones entre Colombia y España, las que aparecen en ambos relatos, siguen existiendo, pese a los intentos de persecución por parte de ambas administraciones. El Real Instituto Elcano y la Fundación Ideas para la Paz (FIP) acaban de hacer público un informe titulado Una aproximación al crimen transnacional organizado: redes de narcotráfico Colombia-España que da cuenta de ello (lo puedes leer íntegro al final de esta noticia).

Según sus expertos, España es junto a Italia el país europeo donde las redes colombianas han tejido alianzas más fuertes. Inicialmente, cuando comenzaron los negocios conjuntos en la década de los 80 del pasado siglo, los cárteles se limitaban a enviar cocaína a nuestro país, "donde enlazaban con una red local para su distribución", como se ve en la serie de Antena 3. Ahora, "las estructuras criminales colombianas llegan hasta territorio español y crean su propia red de distribución", controlando más fases del proceso y mejorando los precios.

"Los tipos aprendieron acá y pensaron que era muy buen negocio, y se fueron a montarlo allá", dice uno de los especialistas entrevistados. Eso es lo que hace, por ejemplo, el grupo denominado La Cordillera, que más que ser exportador, lo que hace es comprar la droga en España y se encarga de la distribución y el control de la venta. Junto con el Clan del Golfo, son dos de los Grupos Armados Organizados (GAO) y los Grupos Delincuenciales Organizados (GDO) de los que se ha detectado un "transplante criminal" en España.

Los otros modelos de negocio son los cristalizaderos de coca y grupos de "inversores" locales con redes propias que se han detectado en zonas como Galicia y la presencia de mafias españolas internacionales asentadas en Colombia, "interesadas en el lavado de activos y en garantizar la oferta o los kilogramos de cocaína y heroína solicitados por el mercado".

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  'Fariña', de Antena 3, y 'Narcos', de Netflix, las series que han puesto de actualidad el negocio de la droga entre España y Colombia.ANTENA 3 / NETFLIX

"En el caso de España, por ejemplo, el mercado de droga representaba para las Bacrim (bandas criminales) una utilidad hasta tres veces mayor por kilo de cocaína a la obtenida con la venta a los intermediarios mexicanos para llevar a EEUU. Además, España, y en general la Península Ibérica, tiene una posición geográfica estratégica para la entrada a otros mercados europeos y asiáticos, y ofrece la ventaja de que la cocaína no se tiene que rendir con otras sustancias –como sí ocurre con la que venden a través de Centroamérica– ya que este proceso se hace en territorio europeo antes de la distribución, mejorando las ganancias en toda la cadena de producción", sostiene el estudio.

Ellos controlan pero, a su red propia, suman las alianzas habituales: tienen que controlar a personal en aeropuertos y puertos, pagar sobornos a empleados de aduanas, policías, estibadores, narcos más pequeños que ayudan, mulas y pasantes y hasta "aseguradores" de la carga.

Los datos

El informe hace primero un examen de situación del mercado de la droga en Colombia y en España y, luego, analiza la relación entre ambos estados. Según el balance elaborado por la FIP, con datos de Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés), entre los años 2010 y 2015 hubo 2.619 incautaciones de droga transportada desde Colombia, de las que el 80% fueron de cocaína (hasta 85 toneladas) y el 17%, de marihuana (42 toneladas). La mayor parte de esa coca iba en el momento de ser localizada hacia Venezuela, en un 52%, seguida a gran distancia por España, con un 18%. México (11%), EEUU (8%) y Puerto Rico (4%) son los otros destinos principales. Venezuela aparece como el destino último de la cocaína que sale de Colombia en el 37% de los registros de incautaciones, y España en el 36%. En el caso de la marihuana, el 99,9% iba a Venezuela, exclusivamente.

Por su parte, las drogas enviadas a España más frecuentemente incautadas en ese mismo periodo de estudio fueron la cocaína y la resina de marihuana, que concentraron el 60% y el 35% de las incautaciones, respectivamente. De la primera se confiscaron 114 toneladas y de la segunda, 1.014 toneladas. Los países desde donde se envió la mayoría de la coca incautada con destino a España fueron Venezuela (con el 22%, 25 toneladas), Colombia (con el 14%, 16 toneladas), Ghana (con el 13%, 15 toneladas), Ecuador (con el 12%, 14 toneladas) y República Dominicana (con el 6%, 7 toneladas). Los siguientes países de Suramérica concentran el 69% de la cocaína incautada: Venezuela (22%), Colombia (14%), Ecuador (12%), Brasil (6%), Perú (5%), Argentina (4%), Bolivia (3%), Chile (2%), Paraguay (1%) y Uruguay (0.34%). El 99% de la resina de marihuana incautada entre 2010 y 2015 que tenía a España como destino provenía de Marruecos. Estas incautaciones sumaron 1.002 toneladas, abunda el estudio.

Los dos mundos de la droga, el colombiano y el español, confluyen sobre todo en una sustancia: la cocaína. El 99% de las 792 incautaciones de droga transportada desde Colombia hacia España entre 2010 y 2015 fue de coca, dicen los datos de la UNODC. Las incautaciones revelan que la mayoría de portes se hacían directamente, sin escalas en otros países; sólo el 10% de las incautaciones de cocaína entre el punto A (Colombia) y el punto B (España) "relaciona algún país intermedio de tránsito". Cuando eso ocurre, los que aparecen con más frecuencia son Venezuela, República Dominicana y Portugal, usados en el 5%, 3% y 1% de los casos registrados, cada uno.

El 15% de las incautaciones de droga dirigida de Colombia a España entre 2010 y 2015 ocurrieron en una frontera interna y el 8% directamente en territorio nacional. El 78% de los casos se refieren a sustancias enviadas a través de rutas comerciales aéreas. El 63% de los operativos se ejecutaron en un aeropuerto y el 52% de los escondrijos empleados fueron en equipajes.

Fuentes de la lucha antidroga de la Guardia Civil constatan que la ruta normal es directa de Colombia a España pero, sobre todo en los transportes por mar, los que se ven en Fariña, suele salir de Colombia a Venezuela por el río Orinoco, viajar hasta el mar Caribe o hasta Guinea Bissau y Cabo Verde y, allí, se traslada a barcos que la llevan directamente a Galicia o se montan en un nuevo relevo, llegado desde Canarias, con idéntico destino. También se usan avionetas trucadas para aguantar sin repostar en el salto de América a África.

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En las incautaciones de cocaína transportada desde Colombia hacia España, la cantidad incautada por operativo ha venido aumentando desde 2012, constata el informe de Elcano y la FIP. Tras descender de 47kg/incautación en 2010 a 9kg/incautación en 2012, la tendencia se quebró al alza hasta alcanzar los 21kg/incautación en 2015.

"El precio promedio del gramo de cocaína en el mercado minorista de un país ubicado en Europa Central y Occidental es de 85 dólares [unos 69 euros]. Mientras, el kilogramo en el mercado mayorista se vende por 61.446 dólares [49.800 euros]", abunda el texto. Desde el Instituto Armado constatan que ese es uno de los motivos esenciales por los que los cárteles colombianos hacen negocio en España: porque el precio que se paga es mayor. Según sus datos, si un kilo se paga en Europa -de la que nuestro país es puerta de entrada privilegiada- a unos 16.200 euros (20.000 dólares). Poco que ver con los 65.000 euros que se pagan en Rusia o los 81.000 que vale un kilo en China, cierto, pero mucho más cercano y con menos riesgos de transporte.

Como curiosidad, en Estados Unidos se queda ese kilo de coca a 5.600 euros (7.000 dólares), con el "añadido" de que para subir la droga a EEUU hay que enfrentarse, forzosamente, a la competencia de Sinaloa, en México. Sólo hay que recordar que el jefe del cártel de ese estado del Pacífico era Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, el Chapo Guzmán. Conociendo al personaje, se entiende la complejidad de la plaza. Mejor ir a España, piensa el crimen organizado.

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Un nuevo modelo

Esos grandes clanes, los que protagonizan las temporadas de Narcos (Medellín, Cali, Los Pepes, la Costa, el Norte del Valle...), ya no existen. "Ya no se requieren grandes organizaciones jerárquicas como los cárteles del narcotráfico colombianos" en un tiempo de globalización, avances tecnológicos y vertiginosos movimientos de personas y bienes en las fronteras. Ahora, sostienen los expertos, el crimen organizado "se estructura a través de redes sociales, más fluidas, flexibles y con un alto grado de adaptación". Hay mezcla de nacionalidades, hay mezcla de estructuras, hay quien se alía con el enemigo porque ahora prima la oportunidad de negocio.

De los grandes cárteles se pasó a "mini cárteles", a los que se sumaban las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que también sacaban dinero con la droga, hasta el momento actual, atomizado, en el que conviven "disidencias", bandas criminales y narcos clásicos. "Las organizaciones criminales se caracterizan por ser cada vez más fragmentadas y difíciles de identificar, con presencia diferenciada según el territorio y la relación con otros actores ilegales y con una tendencia hacia el fortalecimiento y focalización de su accionar a nivel local", escriben los autores. El proceso de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC ha abierto un tiempo nuevo, un río revuelto en el que todos quieren ocupar el espacio que los guerrilleros dejan en el mercado de la droga.

Es toda una "compleja red criminal". Según cifras oficiales, en 2006 había 33 grupos activos y en 2007, 23. Hoy, el fenómeno se ha reducido a tres: Autodefensas Gaitanistas de Colombia o Clan del Golfo, Ejército Popular de Liberación (EPL) o Pelusos y Puntilleros. "Dicha reducción equivale al 90% entre 2006 y 2016. Estas tres estructuras en su conjunto, a septiembre de 2016, tenían presencia en 14 departamentos y 145 municipios y contaban con 2.099 integrantes identificados", según datos de la Policía y la Fiscalía locales.

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De 33 grupos a tres parece un avance importante, pero eso no significa una "derrota", matiza el informe. "Por el contrario, muestra que se pasó de un escenario de desorden y competencia caracterizado por múltiples grupos a uno más contenido, como el que hubo hasta el comienzo de la desarticulación de las FARC". Por ejemplo, entre 2006 y 2016 se capturaron cerca de 30.000 integrantes de estos grupos, "pero estas estructuras continúan con un número de hombres similar al registrado en 2007 y 2008". Hay un "innegable resultado operacional", constatan los autores, pero "el efecto no ha sido el desmonte gradual del fenómeno, sino la fragmentación de las estructuras en diferentes niveles de subcontratación, cada vez más difíciles de identificar y cada vez menos reconocibles para los propios líderes de los grupos armados".

Qué hay que hacer

El estudio, en su apartado final de "retos", plantea algunas acciones que necesariamente deben tomar los Gobiernos de España y Colombia para afrontar esta situación. Primero, le piden "compromiso político" para cumplir acuerdos conjuntos en la lucha contra la droga. Y, sumado al empuje, apuestan por que se fortalezcan los mecanismos de cooperación, "actúen sobre sus contradicciones legales", aprovechen las "sinergias" y siga, por ejemplo, los capitales que se mueven entre un país y el otro. "Sigue la pista del dinero", aquello del Watergate.

Además, reclaman más transparencia, que evite corrupciones en el sector político, el judicial y el policial, menores reservas en la información y "reemplazar el enfoque prohibicionista con políticas de salud pública y regulaciones enfocadas al uso de las drogas". También piden una vigilancia cercana del impacto de los acuerdos con las FARC en los nuevos dominios de territorio y capacidad de adaptación ante un "escenario cambiante e impredecible". Todo lo posible para "quebrar la columna vertebral" del sistema y "prevenir su reciclaje".

Crimen Transnacional Organizado: Redes Narcotrafico Colombia Espana by El HuffPost on Scribd

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