Arturo Pérez-Reverte: "Los perros son machistas. No les importa lo que diga Twitter después"

Arturo Pérez-Reverte: "Los perros son machistas. No les importa lo que diga Twitter después"

El escritor presenta 'Los perros duros no bailan'.

Pérez-Reverte presenta su nueva novela 'Los perros duros no bailan'.EFE

"Yo he venido aquí a hablar de mis perros y mis perras", ha bromeado Arturo Pérez-Reverte este jueves durante la presentación de su nuevo libro, Los perros duros no bailan (Alfaguara).

El murciano ha recalcado que tras treinta años escribiendo novelas ya ninguna se le "escapa de las manos". Por ello, mejor no esperar un libro cargado de "sensiblería" por el hecho de que sus personajes sean perros.

Un mundo de perros, pero un mundo revertiano, al fin y al cabo. Su "animalismo perruno", del que sus amigos se burlan, ha empujado a Pérez-Reverte a escribir esta novela en solo un mes, pero sin ninguna otra intención. "Es sólo una novela policiaca".

La actitud de los legisladores en España respecto al maltrato animal es una vergüenza. Nuestra ley es de las más infames de Europa"

La novela trata el mundo de los humanos trasladado a la mirada de los perros. "Fue divertido al principio, pero se hizo amarga. Amplié el lado oscuro de los perros en España", ha explicado el escritor, en referencia al maltrato animal, a las peleas de perros y, especialmente, a la legislación española: "La actitud de los legisladores en España respecto al maltrato animal es una vergüenza. En España, el maltrato animal es casi gratis". Al final, ha retomado el tema: "Y como sale gratis, cantidad de hijos de la gran puta se benefician de ello". Pérez-Reverte ha insistido en que nuestra ley "es de las más infames de Europa". Por ello, las incursiones en este terreno en la novela le hicieron "menos feliz".

El académico ha querido mostrar cómo se ve la vida con "esa mirada enturbiada" por las heridas que arrastra Negro, el personaje principal. Pero también ha podido representar con este cruce de mastín español y fila brasileña "la lealtad, el valor, el coraje... Me gusta este perro. Me habría gustado que fuera mío. El perro tiene virtudes que yo querría para los seres humanos. No hay perros malos, hay dueños que los hacen malos", ha explicado sobre su animal preferido, porque "los gatos son demasiado humanos y el caballo es noble, pero estúpido. Nadie está solo si tiene un perro".

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El paso del tiempo es el que ha formado esta visión del escritor, que con "veinte años creía en muchas cosas. La vida me ha arañado y me ha quitado muchas cosas. Un perro nunca te falla. He perdido el respeto a muchas cosas, pero al perro nunca".

Los perros duros no bailan es una metáfora de la vida de los seres humanos, aunque con una diferencia. "Los perros son machistas. Y no les importa lo que diga Twitter al día siguiente", ha explicado sobre la "autocensura en las redes sociales", aunque sin hacer apología del machismo en ningún momento. Ello le ha permitido contar las cosas de una forma que con personajes humanos no habría sido posible. En relación a esta nueva era, los perros se han convertido para Pérez-Reverte en una buena "coartada para escribir con libertad. Es muy difícil escribir hoy, todo es susceptible de comentarios. Hay periodistas jóvenes que no se atreven a hacerlo por lo que vayan a decir. Nos están tapando la boca", ha señalado, aunque reconoce que a los escritores de su edad, de 66 años, ya no les pasa esto.

Por otro lado, el autor ha aprovechado para hacer una crítica sobre el mundo que estamos creando, porque "hacemos creer a las generaciones jóvenes que todo es gratis. Creen que todo está ahí porque es gratis, y no es verdad. Todo puede desaparecer, estamos en un lugar peligroso y hostil en el que hay que seguir luchando por la libertad". Además, ha querido dejar claro que "la lucha es buena, ha sido fundamental para nuestra libertad y le estamos diciendo a los chicos en los colegios que la lucha es mala".

De hecho, sobre esa libertad, la lucha y el machismo, Pérez-Reverte ha querido subrayar la historia de Yugoslavia, donde la mujer estaba "en un estadio altísimo de liberación y volvió atrás con la guerra".

He tenido una vida muy afortunada, y esa vida te deja una mirada y una forma de ver las cosas a veces con remordimientos"

Con los perros de su novela, el académico ha tenido también ciertas reservas, porque ha disfrutado "una vida muy afortunada, y esa vida te deja una mirada y una forma de ver las cosas a veces con remordimientos".

Al final, es inevitable recurrir a esa mirada de autor, porque cada escritor tiene "su propio territorio": "Cuando me pongo a pensar historias (para mis libros) viene mi vida, no puedo hacer otra cosa. Yo no he aprendido esto leyendo a Hemingway, yo esto lo he visto". Y, por eso, sus novelas son suyas.